Ocho

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[Namjoon]

-¿Namjoon, adónde vamos?

Por fin había conseguido el permiso para que salieramos del hospital y con mucha insistencia también convencí a los padres de Yunho.

-¿Qué lugar deseas visitar con todo el alma? -Lo sorprendí con ma pregunta y una sonrisa creció en mis labios-. Anda, dime.

-Sólo quiero ir a la playa, Nam, pero no podemos.

-Podemos ahora. -Me arrodile frente a su silla de ruedas-. Todo estará bien.

-¿Pero de que hablas? ¿Podemos salir?

-Podemos salir.

Llevé conmigo a Yunho e hicimos un corto viaje en tren hasta la playa. Lo más emocionante de todo era que no tenía idea de nada y se sorprendía con todas las cosas a su alrededor como si tuviera diez nos y estuviera en su primer viaje escolar.

¿Alguna vez habrá ido a alguno? Yunho, ¿siempre has vivido atrapado entre cuatro paredes?

-Cuando llegemos podemos hacer todas las cosas que tú quieras, Yunho. Lo prometo.

Quiero que vivas cada experiencia que te fue arrebatada.

Pague al chofer del taxi y ayude a Yunho a bajar del auto en cuanto llegamos a nuestro destino. Su cuerpo es delegado y frágil por lo que no me costó mucho andar con él.

-¿Seguro que no quieres usar la silla de ruedas? -pregunté preocupado.

-Estoy bien, Namjoon hyung.

Sonreí para él y tomé su mano con la mía. Juntos caminamos por la arena hasta estar cerca del agua salada del mar.

-¿Es lo que esperabas? -Miré a Yunho, él se mantenía callado.

-Es... tan enorme. -susuro-. Es muy hermoso.

Lentamente fue caminando, dejándome atrás hasta que sus pies en lugar de arena tocaron agua y el mar sus tobillos. Alzó los brazos a ambos lados de sus hombros y echó la cabeza hacia atrás. Me mantuve en el mismo sitio, viendo a Yunho ser libre, como un ave abriendo las alas luego de mucho tiempo. Amaba el sentimiento que me provocaba, repentino y cálido.

-Mejor descansa, el viaje fue largo.

Yunho aún sin mirarme asintio y se sentó en la manta que traía dentro de mi mochila, luego saque otros bocadillos y le extendi a Yunho un sándwich.

-Iremos adonde quieras y haremos lo que tú quieras, sólo pidelo.

-Nam ¿por qué haces esto?

Sus ojos seguían puestos sobre el lejano mar que se extendía más allá de donde pudieramos llegar a ver. Más que nunca la respuesta a su pregunta fue sencilla.

-Porque creo que lo mereces.

Alquile una pequeña casa de playa y nos instalamos allí cuando el sol cayó, toda la tarde Yunho y yo nos la pasamos jugando en la arena, conversando sobre las cosas que nunca hemos hecho pero nos gustaría, hablamos de nuestros lugares favoritos y nadamos sólo un poco. No quería agotarlo tan pronto. Era difícil elegir un lugar donde poder estar con alguien con las condiciones de Yunho pero no lo saque del hospital para encerrarlo nuevamente.

-¿Tienes hambre, YunHonie?

-Estoy bien. -Sonrió y volvió a dirigir su mirada al mar-. Me gustaría admirar el mar todos los días.

Entonces se me ocurrió una segunda actividad.

-¿Alquilaste un bote? -Abrió sus ojos a la par y miró el barco otra vez.

-Todos abordó. -Sonreí.

-¿Sabes conducir? -preguntó asombrado.

-Mi abuelo me enseñó todo lo que sé desde niño. -Sujete su mano para ayudarlo a entrar-. Estás en buenas manos.

-¿Y adónde iremos, hyung? -pregunto una vez arriba, sonreí y encendí el motor.

-Hay un mini pueblo ubicado en una playa a unos diez kilómetros. De niño mis abuelos me llevaban allí, es hermoso, te gustara.

Los diez kilómetros en mar abierto con Yunho podían ser la mayor aventura, me alegraba verlo tan emocionado con todo. Señalando cada pez o tortuga que veía a su paso, tomando fotos de todo e incluso me pidió que le enseñara a navegar. Podía sentir que con él mi vida estaba completa. Podía sentir como me enamoraba de él y me gustaba la sensación que provocaba en mí.

Al abarcar Yunho no dejaba de saltat emocionado, amarre el bote al muelle y nuevamente lo ayude a bajar con cuidado, aún no me convencía verlo sin silla de ruedas. Yunho podía ser un chico muy hiperactivo pero no podía ignorar el estado de fragilidad que cargaba con su cuerpo.

-Namjoon hyung, ¡mira, mira! -Señaló a algún lugar.

Reí y observe que señalaba un carrito de helados.

-¿Quieres uno?

- ¿Puedo? -Me miro con ojos de cachorro.

Negue con diversión ante su actitud y me deje llevar por él hasta el hombre del puesto de helados.

-Uno de vainilla y otro de chocolate, por favor.

-Claro joven. -El hombre asintio y tomo dos conos para servir.

Me causaba algo de risa ver a Yunho mirar tan a detalle al hombre servir los helados, como si fuera lo mas interesante del mundo, claro que así veía Yunho a todo.

- Aquí tienen. -Nos extendió los conos, tomé el mío y le di el de vainilla a Yunho, luego saque mi efectivo para pagarle-. Gracias.

- Namjoon hyung, todo es tan colorido aquí, hay juegos por todos lados y puestos también.

- Es por el festival del hilo rojo, joven. - Habló el señor.

- ¿Festival del hilo rojo?

Yunho ladeo la cabeza.

- Es un festival para festejar a las parejas predestinadas, las parejas deben usar hilos en sus meñiques toda la noche y divertirse en los juegos, al final la gran chaman del pueblo elige a dos personas para festejarlas, lo hacemos cada año. Será esta noche. Oh, y deben usar ropa blanca.

Cáncer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora