Ventitres

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Un trago tras otro, Jimin sólo quería apagar su cerebro, dejar de pensar tanto en los muchos sucesos. No sabía como ayudar a Jungkook, no sabía como estaba Taehyung, no sabía como olvidar aquella confesión de Namjoon. Se estaba perdiendo. El celular en su bolsillo comenzó a sonar, lo saco viendo como el nombre de contacto de Jungkook resaltaba en la pantalla y soltó un soplido acabando con el licor en su vaso.

- ¿Jimin?

De repente el sonido de batería insuficiente llegó a él y el celular se apagó sin antes darle una respuesta a Jungkook. Jimin guardo su celular con una mueca en los labios y acabo de beber su sexta botella pidiéndole al cantinero una más.

-¿Se hará costumbre encontrarte en éstos bares?

-¿Eh? -Jimin giró su cabeza a la derecha-. Taemin.

-Hola, jefe. -Le sonrió el chico.

-No me digas jefe fuera del trabajo.

-Esta bien, ¿Jimin?

-Así esta mejor.

Taemin continúa mirando a Jimin, si antes el aura decaído se le notaba a distancia de cerca era aún peor. Era decadente para un chico como lo es Jimin.

-Anda, Jimin, deja que lleve a casa.

Hizo el amago de extender su mano pero comprendió que no era el lugar pero sobretodo que debía sacarlo de ahí.

-Aún es temprano, además, ¿tú que haces aquí?

-Vine con unos amigos -dijo señalando la mesa del fondo donde habían dos chicos más y una joven hermosa-. Entonces te vi aquí y decidí acercarme.

-Hmn -asintió-. Deja de perder el tiempo conmigo y ve con ellos.

-Me preocupa más dejarte aquí sólo. Alguien de la prensa podría verte.

-Que se jodan. Vete, no quiero arruinar tu noche.

-Al menos déjame pedir un taxi para ti, Jimin.

-¿No vas a dejarme en paz, eh? -Bufó y luego de pagar se dejo guiar por él.

Taemin se acercó a la mesa de sus amigos.

-Eh, chicos, él es Jimin, mi jefe. -Jimin lo miró mal porque después de todo no era tanta la diferencia de edad-. Voy a esperar con él un taxi.

-Sí, claro -contestó su amigo jugetonamente.

-No seas un tonto, Minho.

-Ten tu abrigo, Tae, hace frío.

La chica le entendió un enorme tapado gris que reposaba en la sila vacía antes ocupada por él.

-Gracias, Sana.

La chica le guiñó haciendo reír a sus amigos y finalmente salieron del bar. Tal como su amiga dijo el frío los golpeó apenas salieron, Taemin dejo su abrigo sobre los hombros de Jimin antes de que pudiera decir algo.

-¿Seguro no quieres que te lleve a casa?

-No te preocupes, no bebí tanto -contestó deinmediato ocultandose en el abrigo que le quedaba inmenso.

-¿Por qué haces eso?

Taemin miro hacia otro lado y extendió su mano para detener el taxi que venía hacia ellos.

-¿Hacer qué?

-Desde el momento en que te vi, cautivaste mi corazón, tonto, y pareciera que quieres empeorarlo todo. -Golpeó suavemente la cabeza de Jimin-. ¿Por que no te das cuenta?

Cáncer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora