《You Got That Thing | J.Jk》✔︎

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-Su nariz es horrible, parece la de un cerdo.

Mis ojos ya rodaron tanto como para quedar frente a frente con mi cerebro. Incluso podría tener una conversación amena de globo ocular a neuronas, algo como "¡Hola!, ¿por qué no aparecieron antes de haber aceptado venir hasta acá?"

La invitación de MinHa no me pareció algo tan malo en un inicio, simplemente saldríamos por ahí, comeríamos algo y hablaríamos tranquilamente; sin embargo, parece ser que el concepto que tienen MinHa y sus amigas sobre ello es opuesto al mío. Todo lo que han hecho es sentarse en una mesa y criticar el aspecto de las chicas que pasan frente nuestra y burlarse de otras estudiantes de la escuela.

Vaya vida de mierda.

El hecho de que les parezca divertido reírse del peso, de los pasatiempos, de la manera de caminar, de los hobbys y simplemente de la manera de ser de personas que no les han hecho ningún daño me está haciendo temblar el ojo de rabia. Sus pasatiempos y, en esencia, toda su maldita existencia es más patética y lo demuestran haciendo esta clase de cosas.

En realidad quien no ha dicho demasiado es MinHa, ella se ha limitado a escuchar a las demás chicas y a darles la razón en silencio. Eso refuerza un poco mis motivos para creer que no es tan mala persona. De vez en cuando me da una mirada de reojo y se acomoda en el asiento poniendo su falda hacia abajo con discreción.

Pero si es muy tranquila, no entiendo porqué la creen tan mala.

Decido enviarle un mensaje a Jimin pidiéndole de favor que venga a recogerme para no escuchar más a esas chicas con lengua filosa, mi hermano me responde que viene en camino, así que me relajo un poco y espero el pasar del tiempo. Probablemente llegue en alrededor de treinta minutos puesto que el centro comercial donde me encuentro está algo lejos de casa.

Las amigas de MinHa parecen tener prisa por irse, puesto que revisan la hora en su teléfono, observan unos momentos a MinHa y se retiran rápidamente. MinHa, que estaba dándome las espaldas, voltea hacia mí y me sonríe.

-¿Me acompañas al baño un momento?-pregunta.

-Claro, vamos-camino en dirección a los baños del centro comercial pero me detiene del hombro.

-Sinceramente no me gusta entrar a los baños de aquí-aprieta ligeramente mi hombro. Yo la miro confundida. ¿A quién carajo le parece mejor y a los sucios baños de fuera cuando puede utilizar los limpios y bonitos baños de este lugar? Bueno, no la juzgo. Todos tenemos nuestras manías.

-Bien, vamos a los de fuera-le dedico una sonrisa de boca cerrada y la tomo del brazo. Salimos del lugar.

Las calles del centro siempre me han parecido una hermosa vista nocturna. Las resplandecientes luces de Seúl en contraste con la oscuridad del ocaso siempre me han parecido algo completamente cautivador, casi mágico. Los paisajes nocturnos son algo que siempre me ha relajado observar, una atmósfera de tranquilidad y estabilidad en la que el tiempo fluye con tranquilidad a mi alrededor. Todo es lento y siento que eso deja de hacerme sentir la presión de vivir siempre con prisa, me deja disfrutar de mis pensamientos más tontos sin sentirme mal por desvariar un poquito. Me hacen sentirme en paz.

Pero extrañamente no me siento así a pesar de lo hermoso que se ve mi alrededor. Siento una presión en el pecho y una sensación de ansiedad.

Ojos.

Siento ojos observándome desde el callejón, desde esa oscuridad que normalmente me parece embriagante, pero que se ve siniestra. Tan obscura que ni las farolas de la calle pueden apaciguarla.