Capítulo 10

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"Fuimos, quizás, un pedazo de instante que quizo ser eterno."

- M. Sierra Villanueva.

Christopher

Mi pregunta durante el último mes era ¿Estoy preparando para arriesgarme nuevamente por amor? La respuesta era sí, pero que pasaría con Dulce. Ha decir verdad ella me enseño a amar, y también me enseñó a levantarme cuando ya no creía en el amor, esa clase de amor que te ayuda a avanzar y es tu razón de vivir.
Dulce era eso y más para mi, pero en los años que estuvimos separado encontre a Isabel, sencillamente me dio otra perspectiva del amor que jamás conocí.
Dejar de amar a Dulce no podre nunca, es y será mi primer amor. Pero Isabel es mi vida y mi felicidad ahora. O eso creo.

Aquí me encontraba, en mi departamento preparando una cena especial. Nervioso porque mi vida cambiaría y con ello vendría pruebas que estaba seguro que podriamos superar.
La puerta se abrio, y alli estaba ella. Esa rubia, con esos ojos dulces y una sonrisa encantadora.

— ¿Que es todo esto?- pregunta sorprendida.

— Para ti - corro una de las sillas para que tome asiento.
Luego de una cena exquisita, que obviamente cocine yo, llega el momento más esperado.
Cuando estoy por sacar aquella cajita aterciopelada de mi bolsillo, Isabel me mira con ternura, y sonríe como lo hacía Dulce.
No se porqué me acuerdo de aquella mujer que sigo queriendo, y tengo ganas de abrazarla ahora.
¿Que me esta pasando? Miró a Isabel, pero no la veo a ella sino a Dulce.

— Cariño ¿Te pasa algo? - Isabel toma mi mano.

—Dame un momento - me levanto al baño, y lavo mi cara. Dulce, Dulce, porque sigues tan presente en mi corazón, digo dentro mio.
Pero no puedo, ella ya dio vuelta la página, ya no me ama aunque yo a ella sí.
¿Christopher que te pasa? Me pregunto mirando al espejo. Amo a Isabel, amo a Isabel, me repito una y otra vez. ¿Pero no como a Dulce? Dice una voz en mi interior. Decido congelar estos sentimientos, y seguir con mi vida. Nada hará que cambie de opinión.
Salgo del baño y alli esta parada ella.

— ¿Estas bien? - pregunta preocupada.

—Sabes, Isabel. Te conocí en un momento importante para mí, y creo que fuiste ese empujón necesario para que continúe- me mira confundida- Estoy tan agradecido a ti y a la vida. Y quiero estar a tu lado durante los que nos queda vivirla - se tapa la boca, mientras me arrodilló- ¿Te casas conmigo? - ella se arrodilla y me abraza.

— Sí, claro que si - dice emocionada, y yo suspiró. No estoy seguro que pasa conmigo, pero no se como explicar lo que siento.

Unas semanas después de la gran propuesta, me encontraba en mi oficina. Mientras buscaba un marcador, abro uno de los cajones de mi escritorio y ahi lo veo. Ese pequeño circulo brillante de oro, ese significado de compromiso y amor infinito. Lo tomó en mi mano, mi alianza de casamiento con Dulce. Y es ahí cuando recuerdo que con Dulce jamás nos divirciamos.
El día pasa rápido, y no se como comunicarme con ella, me odia y mis hijos también. Ahora será mas grande ese sentimiento.
Entonces decido hacer lo peor, pero es mi único método, le dire la noticia por mensaje.

Mensaje de Christopher
Vier. 17/3. 22:30 hs

¿Estás? Por favor responde es importante!.

Esperó su repuesta atento, no dejo de mirar la pantalla, cuándo veo que responde. Agradezco que aunque sea me hable por aquí. Extraño verla todos los días, pero esto lo busqué yo.

Mensaje de Dulce
Vier. 17/3. 22:31

Dime, estoy aquí. Que sea rápido por favor.

Es cortante, y precisa su respuesta, la entiendo. Claro que sí, yo también me odiaria por todo lo que dije.

Mensaje de Christopher
Vier. 17/3. 22:32

Necesito verte, tengo que informarte algo. Y tengo que decírtelo personalmente.

Me muerdo el labio, se que me va a decir que no. Pero no quiero decírselo por este aparato.

Mensaje de Dulce
Vier.17/3 22:33

No veo porque eso sea necesario, dímelo por aquí. Ya sabes que no accedere a ver tu cara!

Lo sabia, y cuando Dulce se enfada no hay quien pueda con ella.
Demoró en escribir lo siguiente, Dios que difícil, borró tantas veces el mensaje, y decido ir al grano.

Mensaje de Christopher
Vier. 17/3 22:35

Esta bien, no insitire. Le pedi a Isabel que se case conmigo... Necesito que me ayudes a hablar con los niños, se que será difícil, pero no le quiero ocultar esto.

Esta vez su respuesta demora, guardo mis cosas ya que es hora de ir a casa. Cuando estoy por salir de mi oficina, suena mi teléfono, es ella.

Mensaje de Dulce
Vier. 17/3. 22:40

Felicidades... pronto te llegara noticias de mi abogado. Con respecto a los niños, creo que podemos darle la noticia la semana entrante. Buenas noches.

Leo una y otra vez su respuesta, y decidió no contestar más.

La semana estuvo muy atareada, no volví a hablar con Dulce. Pero llegó el viernes y ella se comunico con Isabel para pedirle si en la mañana podría cuidarlos, los niños no tenian clase y yo tenía que trabajar. Isabel con gusto aceptó.
Pero en el mediodía me llamó Isabel alterada, fue con Ana y Ben al centro, tenía que sacar algunas fotos para una publicidad con su equipo y los dejos solos. Mi hijo se fue, y  Ana e Isabel se dieron cuenta que se no estaba por ninguna parte.
Mi niño tiene apenas 6 años, estaba perdido solo en el centro sin comida ni protección. Esto ya era demasiado.
Cuando Isabel me llamó oí lo molesta que estaba Ana, no quería que ni la tocará. Deje todo mis quehaceres en la oficina y salí de inmediato a donde estaban ellas.
A las dos horas se comunicaron conmigo, me dijeron que lo habían encontrado y que su madre estaba en camino.
Sabía que me esperaba la furia de Dulce, ni bien llegamos Dulce ya estaba con Ben. Ana corrió a los brazos de su madre, y la mirada que nos dirigió a mi y a Isabel fue tremenda.
Dejo a los niños a un lado y se acercó a ambos.

— Dulce... lo que — no dejo que terminará de hablar.

— Te callas, y me escuchan ambos — dijo apuntandonos con el dedo.— Mi hijo pudo haber sido secuestrado o algo peor.

— Dulce te pudo pasar a ti — digo tratando de calmarla.

—No estúpido, y te callas. Sabes que, voy a empezar los trámites de divorcio y además pedire la custodia de ellos, y esta estúpida jamás se acercará a ellos.— dice duramente.

— Pero eso no facilita nada, asi los niños jamás me aceptarán— dice Isabel.

— A mi eso no me importa, prefiero que te odien y que esten bien — dice furiosa— Y tú jamás podrás verlos mientra que ella este a tu lado. Creeme que haré lo posible porque jamás, ninguno de los dos puedan verlos — esta vez su tono es elevado.

— Son también mis hijos— digo agarrando su brazo.

— No me toques! — se suelta de mi agarré— Nos vemos en el juzgado.— agarra mis hijos,  Any la ayuda con los bolsos de los niños, y se van.
Isabel no sabe de que forma pedirme perdón por esto, y yo no se que haré ahora.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora