Epílogo

1.8K 126 42
                                    

"Entendemos lo mucho que valen las personas hasta que se convierten en recuerdo".

-J. Wailen

Christopher

Me siento morir, es un dolor que no lo deseo a nadie.
Parece mentira estar escuchando a la hermana de Dulce despedirse de ella. Mis hijos están abrazando a Any, mi madre esta tomando mi mano. Pero si no veo que ella me la apreta, no sabria que lo hacen, porque no siento nada.
Escuchó un sollozo de Claudia cuando termina con su discurso diciendo "te voy a extrañar hermanita".
Levantó mi vista, y veo que ella me llama para que hable.
Jamás pensé tener que preparame para hablar en el velorio de mi esposa. Comprar el arregló floral mas hermoso, elegir la ropa con la que la despediran y elegir el mejor lugar para que descansen sus restos.
Mi madre llora cuando me ve parado en medio de la Iglesia, la misma donde dijimos "sí, acepto".
Miro a un costado y la foto de mi amor sonriendo, logra romperme. Alfonso se levanta y me abraza. Me ayuda a acercarme al micrófono. Mis empelados, amigos y personas que conocen a Dulce me miran con pena. Yo sólo se que me estoy muriendo por dentro, mi corazón late porque respiró y porque pasa sangre por mis venas.
Me quedo en silencio, busco el papel donde escribí mis palabras para ella. Está arrugado, y manchando por mis lágrimas. Pensé que en algún momento podria dejar de llorar, pero no. Mis lágrimas salen, y no paran.

- Primero, gracias por venir- tomó aire para poder hablar sin quebrarme- Es un momento difícil... eh.... simplemente no se que decir. Sólo que...- un sollozo traba mis palabras- perdón...- tomo agua- Sólo que escribí esto para mi esposa. - acomodó el papel y comienzo- Duele decir adiós, duele golpearse, duele caerse, duele aprender. Pero nada se compara con el dolor que dejaste en mi. Me pediste que siguiera adelante, y temo que no podre hacerlo... pues tu eras mi camino, mi guía y mi luz. Sólo puedo prometerte que te amo, te amo y te amaré. Jamás me olvidaré de ti. Dulce fuiste la flor más hermosa que apareció en mi camino, fuiste esa flor que creció cuando uno pierde la esperanza. Eras eso, luz, amor y vida. Quisiera decir que aprendí algo de esto... Pero no.... Sólo estoy tratando de aprender como podre estar sin ti.- termino de leer esas últimas palabras y rompo en llanto. Me acercó a su cajón, y me derrumbo en él. ¿Porque te fuiste? ¿Porque me dejaste? Son preguntas que no tendrán respuestas.
Alfonso y Facundo me ayudan a levantarme, es hora de que sus restos descanses eternamente. No me pregunten en que momento, pero llegamos al cementerio. Hay muchos flores, y el padre esta orando por ella. Su hermana dice unas ultimas palabras que no logró escuchar. Y comienzan a bajar el cajón. Me caígo de rodillas, ya no puedo. Este dolor me desagarra el alma, el corazón y mi mente.

- Dulce, por favor!!! Mi amor... no podre estar sin ti - gritó atragantandome con mis sollozos.- Que sea mentira mami, por favor. Traela, la cuidare, por favor...- mi madre me toma entre sus brazos. Mis amigos lloran conmigo, y yo me destruyó cada segundo un poco más....

— Christopher....— siento que me hablan.- Hijo, despierta.

— ¿Que? — miro a mi madre. Estoy confundido.

— Dulce, despertó! Hijo despertó! —mi madre esta feliz, y yo no entiendo.

— Pero... Dulce? ¿Mi Dulce? — digo confundido.

— Sí hijo apurate — mamá me levanta, y es ahí cuando me doy cuenta que pasa.
Desde hace un mes atrás tengo la misma pesadilla, Dulce salió de la operación en coma, hace 15 semanas no abre los ojos. No me moví de su lado en un instante, y cuando me duermo tengo el mismo maldito sueño.
Pero ahora no, mi esposa despertó ¡Al fin!
Llegamos a la zona de coma, Walter sale de la sala y sonríe.

— Esta preguntando por ti, que no hable mucho — yo asiento, y entro a ver a mi esposa.
Me sudan las manos de los nervios, mi corazón no para, esta por darme algo de la emoción.
Llegó a la camilla de ella, y ahi esta. Mi hermosa esposa, me sonríe y siento felicidad, tanta que no puedo evitar llorar. Me acerco a ella, y me apoyo en su abdomen, lloró como un bebé.

— Mi amor, estoy aqui— susurra.

— Lo sé, pero no sabes cuanto estuve sufriendo este último tiempo —digo limpiando mis lágrimas.

— No me iré, me tienes por mucho tiempo — dice sonriendo.

— Gracias, gracias, gracias — beso sus manos, su cara y su labios. Y agradezco al cielo por tenerla conmigo.

A las hora la habitación de Dulce se llena de gente, mis hijos no salen de arriba de ella. Su hermana no la deja por un segundo, y Anahi menos.
Estoy feliz, y completo. Salgo de la sala y me encuentro a Walter.

— Gracias por todo, gracias — lo abrazo.

— Ella lo hizo todo, y buenas noticias. Sacamos todo el cáncer, sólo cada una año vendra a control.— dice sonriendo.

— Esta bien, gracias.— lo dejo y vuelvo a entrar a la habitación. Me siento a un rincón y quedó mirando a mi familia. Soy afortunado. Demasiado afortunado, y no se que hice para merecer esto, pero estaré agardecido eternamente.
Me quedó un segundo en el pasillo de la Clínica, y sonrió. Sólo puedo sonreír, no hay nada que me saque esta felicidad.

Dulce
5 años después

Aquí me encuentro nuevamente en una sala de cirugía, estoy nerviosa. No puedo creer esto.
Claudia ira a cesárea y quiere que entre yo. Mis nervios estan de punta

— Señorita — una enfermera me llama. — pongase la bata, ya estamos listos.

— Esta bien — Sigo con sus instrucciones, y me acercó a Claudia. Esta nerviosa.

— Saldrá bien, no te preocupes— digo aparentando su mano.

— Eso espero — dice nerviosa.

Pasan dos horas, y cuando creo que estoy por desmayarme por toda la sangre que veo, un llanto ensordecedor se escucha en la sala. Mi sobrina ya esta aquí.
Claudia me pide que la vea, y se la describa. Es hermosa, es igual a mamá.
La traen a los brazos de Claudia, pero como esta algo débil y cansada, la ponen en mis brazos, la beso y la mir. Toco su manito, luego se la acerco a Clau,  ella hace lo mismo. Ambas nos miramos, y sin decir nada sabemos lo que pensamos.

Después de unas horas, mis hijos conocen a su primita. Ana no la deja ni un segundo, mi esposo me mira embobado. Me acerco a él.

— ¿Calmaste a Kevin? — pregunto sentándome en sus piernas.

— Fue imposible, fallé — dice riendo.

— Me parecia, estaba transpirando cuando entro a conocer a Camila — río.

— Te dije que estas hermosa cuando tienes un bebé en brazos— besa mi mejilla.

— No, nunca lo mencionaste —acarició su mejilla.

— Pues, te ves sexy con un bebé en brazos. — afirma, y a continuación besa castamente mi labios —Quiero otro.

— Ni lo sueñes —respondo rápidamente — Ya tenemos a Cami.

— Uno nuestro, piénsalo— insiste mientras me abraza pegandome más a él.

— Lo pensaré, pero acuérdate que si tenemos otro no tendremos tiempo para nosotro... ya sabes — él sonríe porque sabe a lo que me refiero.

— Te amo — dice besando mi cuello.

— Yo a ti — lo abrazo.

Sé que en un momento pensé que Christopher se dio por vencido con lo nuestro, pero ahora después de 15 años juntos puedo decir y asegurar que tengo a mi gran amor junto a mi.
Puedo afirmar que jamás me dejará, y que siempre estará aquí.
Fue un momento duro mi enfermedad, que nos debilitó por un momento. Pero nos hizo más fuertes y más unidos.
Sólo puedo agradecer a Dios y a la vida, que tengo el placer de disfrutar a mis hijos, a mis familia y sobre todo a mi bello esposo.
Y también aprendí que cuando la noche esta obscura, es porque se acerca el amanecer. No desistir es el punto, y siempre aferrase a lo que se ama.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora