Capítulo 22

850 79 9
                                    

“También hay que aprender a agradecer lo que no fue”.

—Maritere Lee

Dulce

Antes de irme a dormir, le muestro su habitación a Claudia. Esta encantada con mi hogar, ella dice que es muy familiar. Le pregunto por mi cuñado, y me cuenta que vendra en unos días. Esta bien para mi, ya que quiero disfrutar de toda mi familia.
Subo a mi habitación, y Christopher ya esta acostado. Parece que esta dormido.
Me dirijo a mi armarios y busco mi pijama, trato de no hacer ruido.
Apago mi velador, y acomodó mi lado de la cama, lo miró y él sigue dormido.
Me meto dentro de la cama, y espero que él me abrace como todas las noches, pero no sucede. Entonces decidió ser yo, quien esta vez de el paso.
Me pego a su espalda desnuda, paso mi brazo izquierdo por su cintura y me aprieto contra él.

— Buenas noches amor— le dejo un beso en su hombro. Él toma mi mano, la sube a pecho y la aprieta contra él.

— Buenas noches mi amor— susurra.

—Christopher... necesitamos hablar— digo suavemente.

— Ahora no, por favor— besa nuevamente mi mano— Sólo quedate así ¿Sí?

— Esta bien— me acomodó mejor, y dormimos asi. Juntos.

A la mañana siguiente despierto sola, Christopher no esta a mi lado. Me acomodó en la cama, y una vista hermosa de mi esposo recién salido de la ducha me alegra la mañana.

— Buenos dias guapo— digo coqueta.

— Buenos días— se acerca y me besa— ¿Cómo amaneciste hermosa?

— Con esta vista... pues— él ríe.— Mi amor... ¿Porqué reaccionaste así anoche? — acarició su mejilla, él suspira.

— Perdón, sólo que... No quiero pensar en esa posibilidad— dice besando mi mejilla.— Dulce te quiero pedir algo.

— Dime cariño— digo mirándolo a sus ojos.

— No te despidas, por favor — sus ojos se empañan de lágrimas.

— No lo haré, te lo prometo— lo abrazo.

— Te amo, te amo tanto Dulce— dice en mi oído.

— Yo a ti — respondo.

La mañana es tranquila, Claudia se sienta conmigo en el jardín. Ambas recordamos nuestras travesuras de niñas, disfrutamos de la risa y del momento. Porque los momentos así, se viven, se disfrutan y se guardan.
Te das cuenta, qué lindo es hablar y que te escuchen, dar y recibir, caer y que te levanten.
Contar con gente que te quiera.
En momentos difíciles descubres que el amor, la compañía, y la familia te salva.
Hay personas que son refugio, que cuando están cerca, nada afecta, nada toca, nada daña, simplemente todo está bien, muy bien. Mi familia es eso, mi zona de confort.

— Clau... — mi hermana me mira, mientras acaricia a Toby— ¿ Tú también extrañas a mami y a papi?

— Sí, cada dia pienso que sería de ellos ahora, o cuanto disfrutarian de vernos juntas y felices con nuestras familias— dice con una sonrisa triste.

— Yo también lo pienso, y también pienso que fueron los mejores padres — ella asiente— Tengo miedo, Clau.

— ¿Porque hermanita?— pregunta.

— Tengo miedo a que mis hijos se olviden de mi, mamá y papá dejaron una huella en nosotras imposible de olvidar ¿Pero si yo no se las deje a mis hijos y ellos se olvidan de mi? Cabe la posibilidad que yo no salga de la cirugía.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora