Capítulo 11

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"A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos, y nuestras narices se hinchan; y somos horribles y lloramos y queremos extinguirnos... Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse"

— Julio Cortázar

Dulce

Las palabras salieron sin más, Any estaba sorprendida. Salí de la central de Policía con mis hijos, no miré atrás.
Cuando llegamos a mi casa, ella se bajó con nosotros.

— Niños suban a su cuarto, descansen un rato hasta que este la comida— Ana me abraza. Y sube.

—Mami.— dice Ben

— ¿Que tienes cielo? — digo agachandome para estar a su altura.

— Lo siento — mira hacía abajo, y me mata de amor. Mi pequeño hijo es mi debilidad, levanto su rostro y beso su mejilla.

— Sube, luego hablaremos. — él sonríe y sube corriendo.

Cuando veo que ya no estan, pongo mi rostro entre mis manos. Suspiro, y miro hacía la nada.
Todo va tan mal ¿Que haré con ellos?
Tengo que ir al juzgado, además que, más tardar el domingo tengo que estar en un avión a Nueva York con mis dos hijos.
Recién me enteró que esta maldita enfermedad me esta consumiendo, y ni siquiera tengo tiempo de pensar porque uno de mis hijos estuvo en peligro ¿Que iba a hacer si algo le pesaba?  Esto también es mi culpa, por confiar en una mujer que no es madre, y que de seguro por obligación acepto. No aguanto más, es demasiado todo esto.

— Cariño, todo estará bien — Any toca mi hombro.

— No doy más, ya no — digo mirando por la ventana de la cocina.

— Mira, mientras estabas con los niños ya saque los pasajes. — me muestra la laptop y sacó 5 viajes.

—¿ 5 viajes?— digo mirándola extraño.

— Sí, tu, los niño, Manuel y yo. Obviamente— dice con una sonrisa.

— Sabías que eres lo mejor que tengo — la abrazo.

— Mientras viva siempre, siempre estaré a tu lado— me abraza a un más fuerte.

— Yo también simpre estaré para ti.

— Dulce?— me dice apartandose de mi. — Claudia vive en Nueva York.— y ya se a que se refiere, y es un rotundo NO. Voy al refrigerador, sacó los ingredientes para empezar a cocinar.

— Comeras con nostros — afirmó mientras corto los tomates para la salsa.

— Dulce, por dios. ¿ Porque no quieres? — se acerca a mi.

— Por que NO — sigo asiendo mi trabajo.

— Es tu hermana caray, además tendrás que ir a Nueva York todo los meses, no crees que será más acogedor quedarte con ella.

— Any me odia, sabes que desde que murió mamá y papá ella no me quiere ver — dejo a un lado el cuchillo y la miro— me cerrará la puerta en la cara.

— ¿Hablaste con ella? Dulce pasaron 10 años desde que tus padres murieron.

— Lo sé, pero tanto ella como yo lo sentimos como si fuera ayer — me sirvo un poco de agua y la bebo, este tema remueve tantos sentimientos.

— Cariño, habla con ella. Necesitas más apoyo, y que más lindo a tu hermana. — acaricia mi brazo.

— Dejame pensarlo ¿Okey?

— Bien, no te molestes conmigo. Pero ya me comunique con ella, estará esperando tu llamado esta tarde. — me tiende un papel con su número.

— Repito ¿Que haría sin ti? — digo sonriendo.

— No mucho — responde— Ahora cocina, yo buscaré a Manu y vendré a comer.

— Bien..— ella agarra su bolso y sus llaves.

Mientras cocino pienso en mi hermana, y recuerdo todo lo dicho por ambas aquella noche que desearía olvidar

Flashback

Ana tenía recién un año, Christopher estaba de viaje y mis padres también.
Estaba acostando a Ana, y mi teléfono sonó, no le di importancia. Seguí tratando de hacer dormir a mi bebé.
Anq estaba dormida, entonces la acosté a mi lado. Mir el número perdido y era de mi padre. Marco, y al tercer tono atiende.

—Cariño ¿Cómo estas? — la voz alegre de mi papá era inexplicable.

—Bien papi, me marcaste y justo estaba con Ana. Recién logró dormirla.— se escucha la voz de mi mami saludando.

— Pondre las manos libres, tu madre quiere hablar contigo también. — mientras espero miro a Ana como duerme profundamente.

— Ahora si, hola cariño — dice mi mami.

— Hola mami, cuentame que tal su viaje.

—Fue demasiado relajante, pero en fin, estamos a unas cuadras de tu casa. Extrañamos mucho a nuestro amor chiquito — no lo dice por mi, lo dice por Ana. De pronto escucho que mi mamá le grita a mi papá, se escuchan golpes y luego nada.
Me asusto, marcó nuevamente y no contestan. Marcó insistentemente y nada.
No se que hacer, marcó a Christopher y me pide que mantenga la calma.
Después de una hora, una llamada entra a mi teléfono, es Claudia mi hermana.
Me da la noticia que mis padres tuvieron un accidente.
Alzó a Ana y la abrigo, llamo a un taxi y me dirijo donde estan mis padre, en el camino llamó a Christopher.
Cuando llegó Any ya esta allí, le doy a Ana y corro hacia Claudia.
Mamá esta en una camilla toda vendada, Claudia me ve llegar y se aparta un poco.

—Mami, vas a estar bien— digo tomando su mano.

— Lo se mi amor, te amo cariño. Ha ambas las amo — susurra mamá.

— ¿Y mi amor chiquito?— Pregunta.

— Esta allí con Any — ella asiente.

— Dile que la amo — susurra.

— Le dire, pero quiero que resistas ¿Esta bien? — ella asiente.— Te amo mami

Vienen unos enfermero y se la llevan, tiene un cirugía de urgencia. Miro a Claudia, esta peocupada.

— Y papá? — preguntó.

— No se, no me dicen nada— responde.

Después de unas horas nos avisan que mis papás estan en estado crítico.
Nos informan que en dos horas podremos verlos, Christopher llega a la clínica, no sé como pero, esta aquí. Me abraza a mi y a Claudia, ambas lloramos.
De un momento a otro entramos a ver a papá, le digo cuanto lo amo, después voy a mamá y le repito lo mismo.
Cuando salimos, mis padres entran en un paro cardiorrespiratorio.

Luego de su entierro, Claudia no me habla. La llevo a mi casa y sigue sin hablarme. Christopher lleva a Ana a su cuna y me quedo con ella.

— Claudia... — le hablo.

— Esto es tu culpa, era contigo que iban hablando. Me lo dijeron los policías — dice enfadada. Yo la miró sorprendida.— Culpa tuya las personas que más amo ya no estan.

— Claudia que estupideces dice!

— Ninguna, es la verdad! Y sabes que, no quiero verte más!— grita enfadada.

— ¿Sabes que? haz lo que quieras, me harías un favor. Yo tampoco te quiero en mi vida, siempre fuiste celosa de mi — elevo la voz.

— Eres una estúpida, ojalá jamás hubieras nacido— sale de mi casa.
Christopher esta en la escalera, y lo miró. No dice nada y me acoge en su brazos.

Fin del flashback.

— Estamos de vuelta— Any entra con Manu.

— Hola hermoso — agarró a Manu y lo lleno de beso.

— Tía— dice señalando el frasco de galletas, le doy un beso en sus cachetotes, y le doy una galleta.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora