Capítulo 24- Final

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“Te extraño
demasiado
y
por
todas partes”.

—Delia E.

Christopher

El tiempo vuela, y no vuelve. Eso me di cuenta cuando ya faltaba un día para que Dulce sea operada.
En la noche no dormir, creo que más de diez veces que me levante al baño, dos fueron para llamar a Isabel.
No era que quería algo con ella, claro que no, sólo necesitaba un oído. Y ella junto a su novio eran el mío.

Eran las doce del mediodía, todos ya estabamos de camino a la Clínica. Yo estaba absorto en mis pensamientos, no tenía claro que sentía. Pero nada bueno era.
Tal vez solo era que mi mente trabaja demasiado, o el cansancio de dormir dos horas. Claro, la ansiedad y pensar todos el tiempo en cuantas horas faltaban para la operación lograron que durmiera dos horas antes que el maldito despertador nos avisara que era hora de prepararnos.

Tenía que correr la mala energía de mi. Todo iba a estar bien, ella me lo prometió y ella no rompía promesas. Todo va a estar bien, Christopher, me repetía una y otra vez para mi mismo.

Todos los procedimientos pertinentes se llevaron a cabo, por suerte todo habia salido bien, ya estábamos en la habitación de Dulce.
Los minutos eran eternos, y yo no aguantaba mi ansiedad.
Dulce estaba hablando con su hermana y Anahi. Mi teléfono sonó, entonces salí a atender.

— Bueno...— respondo.

— Hijo ¿Como estas?— mi madre hace una pausa— escuchame, estoy en recepción. Podrías venir por mi, no me dejan pasar.

— Esta bien mamá, bajo en un momento— digo desganado.

Entró nuevamente a la habitación, Dulce mi mira extrañada. Entonces le sonrió.

— Amor ¿Qué pasó? — pregunta. Dios, como amo que me diga "amor". La amo tanto. Miró sus ojos que buscan una respuesta, y rápidamente recuerdo que me acaba de hacer una pregunta.

— Mi mamá esta en recepción, ire por ella ¿Esta bien?— le comunico, para luego acecarme y besar su coronilla.

— Bien, pero después tengo que decirte algo.— La miro con desconfianza— No es lo que estas pensando - se apresura a aclarar  sonriendo.

Voy en busca de mamá, ella entra a la habitación de Dulce y apenas la ve la ataca con preguntas.

— Dulce, cariño ¿Cómo estas? — dice acercandose a ella.

— Bien Alex, grancias por venir— responde Dul amablemente.

— ¿Te sientes bien? Traje almohadas ¿quieres una? — mi mamá no la deja en paz, pero Dulce sonríe.

Dejo a mi madre con Dulce, porque se que por más que le diga que la deje en paz no lo hará.
Me mensajeo con Isabel, le cuento lo asustado que estoy, y lo mal que me siento. Aún no me perdono haberla dejado, y haber buscado a otra mujer.

Se que Dulce tiene la peor parte, pues ella tiene que cargar con esa enfermedad, pero el cargo de conciencia me mata, quiero tenerla más tiempo para recompensarlo. Y el tiempo me juega en contra, no se si ella vivirá, y si no lo hace morire con ella. Mi corazón y mi alma se los llevará ella. Dios, tengo que dejar de pensar en lo peor.  Tendré toda la vida para recompensarla porque ella saldrá perfecta y estaremos bien, me vuelvo a repetir para que mi mente deje de pensar cosas estúpidas.

Un mensaje de Isabel me dice que esta por subir, le digo que no es una buena idea, pero ella insiste.
Se abre la puerta y entra Isabel junto con su novio, Dulce esta sorprendida igual que nuestra familia. Momento incómodo, y eso significa que todos se comienzan a retirar, dejándonos solos.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora