Capítulo 12

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"No me olvidaste porque me fui. Me fui, porque ya me habías olvidado.

— Anel  Marielle

Dulce

Un dia increíble pasé con mis hijos y Any, apesar de tanto estrés pude olvidarme de todo un rato.
La noche llegó, fui a ver a mi princesa, leía su libro favorito.
Cuando fui a la habitación de Ben, él ya estaba en la cama. Me vio y sonrió.

— Es hora de dormir cariño— digo mientras me acerco a su cama.

— Mami, de verdad lo siento— se sienta en la cama.

— No es tu culpa, Isabel tendría que haberte cuidado — tocó su mejilla.

— Pero yo me fui, y no debí hacerlo.

—Es cierto, pero los adultos debemos estar atentos a los niños travieso como tú. — él sonríe.

— Es linda y buena Mami.

— Bueno, si te gustan rubias y tontas, claro que si es linda — digo irónicamente.

— Ma... — dice llamando mi atención.

— Si?

— Sí quieres que la odie, la odiare. — se sube a mis piernas— Pero tú eres la más hemosa para mi.— lo miró, y veo amor en sus ojos. Lo abrazo fuerte, y lo beso hasta el cansancio.

— No mi amor, no quiero que la odies. Esta bien lo que sientes. Sí a ti te gusta es estupendo. — él asiente. — Ahora a dormir.

— Mami quedate conmigo hasta que me duerma, por favor— junta sus manitos, y a esa carita no le puedo decir no.
Me quedo con él, hace que le lea un cuento y luego queda dormido. Acarició su cabello, y por un momento pienso que pasará si muero, entró en pánico porque no se que pasaría con él y Ana, son muy pequeños para estar sin su mamá.
Me levantó despacio para que él no sienta que me estoy yendo, bajo a la cocina y termino de ordenar lo que queda.
Prendo la laptop, y busco los comprobantes de los pasajes para poder imprimirlos. Miró hacia la izquierda y allí esta el papel con el número de mi hermana.
Lo pienso bastante, y decido buscar mi teléfono.
Marcó su número, y espero que atienda. Dos tonos y escucho su voz.

— Hola... — dice del otro lado de la línea.

— Claudia, soy Dulce — digo conteniendo el aliento.

— Dulce, hermanita! — responde sorprendida.

— Sí, soy yo...

— Dulce, Any me contó todo. Quiero que sepas que estoy contigo, y lamentó tanto todo. — su voz se quiebra. Camino al jardín de casa, no quiero que nadie nos escuche.

— Estoy asustada hermana, no quiero morir— la voz me tiembla.

— Eso no pasará, me oyes! — dice segura.

— Quiero pensar en positivo Claudia, pero se expandió y no se que pasará. — digo angustiada.

— Hemanita, sólo puedo decirte que estaré contigo. Any me dijo que el lunes vienen a Nueva York, y estaré allí contigo. Te prometo que estaremos bien — trata de tranquilizarme, lo sé porque su tono de voz es el mismo de cuando eramos niñas y ella me calmaba porque le tenía miedo a las tormentas.

— Dulce — una voz que reconozco al instante hace que me de la vuelta. Christopher.

— Te llamó mañana Claudia, Christopher esta aquí. — ella se despide y cuelgo. — ¿Como entraste? — digo mirándolo enfadada.

— Toque timbre y nadie me abría, y decidi entrar.

— Sabes que tu ya no vives aquí ¿no? — lo desafió y veo que se esta enojado.

No podré estar sin ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora