Secuestrada

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Que era ese extraño sentimiento que sentia en su pecho.

¿Tal vez era remordimiento?, no.

¿Quizas miedo?...tampoco.

Era una mezcla de dolor con una inmensa frustración.

La Alfa de cabellos castaños se encontraba en un rincon con el rostro escondidos entre sus piernas.

Ese sentimiento alojado en su pecho no la dejaba pensar en otra cosa.

Un gruñido de parte de su estomago reclamando alimentó se escucho fuertemente, era razonable no había probado ni un solo bocado de comida desde esa noche.

Sin ganas se levantó del rincon donde se encontraba, lentamente camino arrastrando los pies hasta llegar al refrigerador.

Llevo su manos a la manija de este y lo abrió encontrandolo completamente vacío.

- Demonios - frunció el ceño, ahora tenía que salir a conseguir algo de comer.

Cerro el refri y fue a cambiarse, tomo una ducha para después salir y vestirse.

Una camisa cafe, un pantalón de mezclilla y nos tenis rojos, cogio un abrigo y sus llaves para después salir de su hogar.

Al otro lado de la acera, un auto negro con dos personas adentró observaban la vivienda de la Alfa.

- Son las 5:46 y no hay ningún movimiento - el mismo Beta de esa misma mañana era uno de los sujetos.

- Esto es aburrido - un Alfa de pelo rubio y ojos azules era su compañero - Oye Nile.

- ¿Que? - dijo el pelo-negro sin mirarlo.

- ¿Tienes algo que hacer esta noche?.

- ¿Eh?, ¿para que quieres saber?.

- Tenía pensado invitarte a cenar - el rubio sonrió.

- Tks, en vez de que pienses estúpideces deberías ayudarme a vigilar.

- ¿Eh?, ¿quieres decir que pensar en invitarte a cenar es una estupidez?.

- Exacto - miró por los binoculares hasta que sintió como la mano del rubio lo tomaba de la barbilla y lo acercaba a su rostro - Mike - frunció el entrecejo - ¿Que crees que a-

Sus palabras fueron calladas por los labios del contrario, lucho por algunos segundos intentando alejarse pero se rindió dejándose llevar por aquel beso tan pasional.

Mike paso su lengua por los carnosos labios de Nile pidiendo permiso para entrar en su boca cosa que el de ojos avellanas acepto.

El sonido sus bocas siendo devoradas provocaba un sonido obsceno y placentero.

Por la falta de aire se separaron jadeando uniendolos unicamente un hilo se saliba, ambos tenian un fuerte sonrojo en sus rostros y sus ojos reflejaban lujuria.

Una vez mas unieron sus bocas con necesidad, no paso mucho para que las manos del rubio empezaran a recorrer los muslos y cintura del Beta que no hacia mas que dejarse hacer y disfrutar de las caricias del Alfa.

Las cosas hubieran seguido sino fuera por que el pelo-negro abrio uno de sus ojos y vio como su objetivo salia.

- ¡Maldición! - se separo de golpe del rubio que lo miro sorprendido - El objetivo se esta moviendo.

- Rayos - susurro frustrado.

El Beta prendio el motor del coche y comenzó a seguir a Ymir.

La pecosa caminaba camino al supermercado sumergida en sus pensamientos sin percatarse que un auto se acercaba hacia ella.

Tal vez debería dejar el rencor de lado y ver como esta Historia. Si es cierto lo que ese Beta me dijo Historia esta muy grave.

El coche estaba cada vez mas cerca.

Si eso haré ire al hospital donde esta Historia y le pedire perdón, y tal vez, solo tal vez...

- Podamos empezar de cero.

Un auto paro de golpe, dos sujetos salieron de el sujetaron a la morena podiendole un saco en su cabeza e inmovilizandola, la metieron al auto y arrancaron a toda prisa. La calle estaba desierta nadie habia presenciado aquel acto.

Ymir Fritz habia sido secuestrada.

Un Amor ProhibidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora