IV

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Las hermosas hadas servían comida a los desnutridos quienes hablaban alegremente entre ellos mientras comían, pero aún así ellos seguían muriendo.

Dentro de un bosque se encontraba un hombre sentado, él jamás se levantaba más que para preguntar si habían peces en el río o si debía pescarlos

Ahora era una estatua.

Los monos pasaban cruzando las ramas de los árboles sobre el río, al ver a los peces les ofrecían ayuda para no ahogarse sacándolos del agua y colocándolos en las ramas.

Pegaso se había enamorado de la sirena y para ser correspondido dejó de volar, su pelaje ya no brillaba, su rayo había desaparecido y sus alas ya no servían, un día cuando pasaba por el lago miró su reflejo y vio que ya no era él, la sirena lo vio y no supo quien era

Lara KlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora