Al día siguiente y como de costumbre la ojimarron fue al parque pero esta vez había algo diferente en ella, se sentó en el mismo lugar de siempre y sacó su libreta pero esto no sería para escribir un pensamientos, espero a que su amiga llegara y como si le pidiese que lo hiciera, llegó cinco minutos después, se sentó junto a ella y miro lo que hacía pero esta vez no fue la castaña quien rompió el silencio
—Se lo que pasó ¿Estás bien? —pregunto preocupada
—Sí, no te preocupes por eso —aseguro la castaña sonriendo ligeramente
—¿Segura? ¿Enserio no estas mal? —volvio a preguntar la chica con cierta angustia en su voz
—Ya te lo dije, estoy bien —recalco la castaña regresando su mirada a su cuaderno
Se quedaron calladas como solían hacerlo siempre mientras observaban el lago, esta vez había algo distinto en la ojimarron ella estaba ahí pero no del todo, por primera vez en su vida sonrió de la manera más falsa que podría hacer, las dos chicas se quedaron en silencio por al menos una hora hasta que la castaña termino de escribir y cerró su libreta dirigiendo su mirada hacia su amiga quien volteo al instante
—¿Podrías hacer algo por mi? —preguno la castaña mirando directamente a los ojos de la pelinegra
—Claro que si, sabes que haría lo que fuese por ti —dijo segura la ojiverde
—Mañana quiero que vengas aquí justo a la misma hora de siempre, a las 5 de la tarde —pidió sincera la castaña mientras sonreía ligeramente
—Eso siempre, lo prometo. Todos los días vendré aquí a verte —hablo firme y honesta la pelinegra mirando fijamente a los ojos de su amiga
—Gracias por todo, eres mi mejor amiga —dijo la ojimarron antes de abrazar a su amiga
—Y tú la mía. Gracias a ti también por dejarme ser parte de tu vida —se sincero la ojiverde correspondiendo fuertemente a su amiga
Se abrazaron fuertemente, como si fueran la cosa más importante que tenia cada una y tuviesen miedo de perderse.
Ese fue el ultimo abrazo que se dieron.
—Te quiero, gracias por todo, enserio, pero tengo que irme —dijo Lara separándose del abrazo y mirando directamente a los ojos a la otra chica antes de dar la vuelta e irse caminando
Sin saber la chica de ojos verdes había echo tantas cosas por Lara con tan solo un Hola había echo una gran diferencia en la vida de la chica, cuando la castaña se fue Clara se quedo un rato más pensando en lo que acababa de ocurrir, ese día fue distinto a los demás, su abrazo sería el último y sin saber, ese; Tengo que irme había sido su despedida.
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Lara Kler
Short StoryEl mundo esta lleno de locos, y en un mundo de locos los únicos cuerdos están locos.