Habían pasado 35 años desde aquella noche en que Lara Kler se había suicidado.
Un día hace algunos años por coincidencia se encontraron Clara y Leo en el parque al cual seguía asistiendo la ojiverde a la misma hora de siempre para contemplar el lago y leer una y otra vez el cuaderno de quien había sido su amiga, al verse se dieron cuenta de que ambos habían conocido a la chica de cabello castaño y sin querer ambos habían sido los últimos en verla viva y sonriendo.
Ambos chicos seguían encontrándose todas las tardes en la misma banca para contemplar juntos el lago mientras recordaban a su amiga. Con el tiempo ambos se fueron haciendo cada vez más cercanos hasta que terminaron por enamorarse, al terminar la escuela se mudaron juntos y a los pocos años se casaron, formaron una hermosa familia, tuvieron 2 hijos; una mujer y un hombre, se mudaron a Bogotá dejando atrás su pasado, pero no sin antes cumplir una de las peticiones de la castaña; en el año de 1979 se publicaron en la galerías nacional de Inglaterra 5 cuadros con pinturas echas por Lara Kler, el rubio se había dedicado a plasmar algunos de los dibujos de su amiga en lienzos logrando así hacer 5, y así fue como terminaron por proclamarse de las mejores obras que existían en el país.
Al mudarse a Colombia comenzaron una nueva vida, pero jamás olvidando lo que le había prometido a su amiga, pero lamentablemente 20 años después de haber llegado al país; Leo falleció a la edad de 52 años debido a síndrome de Wolff, dejando así sola a Clara junto a sus dos hijos.
Años después la familia se fue haciendo más grande, los hijos de Clara y Leo se hicieron mas grandes y formaron sus familias.
Y ahora aquí estaba Clara.
Eran las 8 de la noche y ella estaba en su casa, en la cual había vivido desde hace ya más de 30 años, estaba en el balcón principal recostada sobre una silla contemplando el obscuro cielo junto a las estrellas mientras recordaba como había sido su vida, paso una juventud muy divertida pero nunca se olvido de su amiga, siguió yendo a la banca del parque a admirar el lago durante varios años, todas las tardes a las cinco en punto ella ya se encontraba sentada en la misma banca de siempre.
Ahora Clara tenia 70 años y estaba enferma, pero nadie lo sabía ya que quería ocultarlo para no hacer sentir triste a nadie, estaba en la fase terminal de su enfermedad pero de todas formas seguía siendo feliz, si algo le había enseñado la castaña era a disfrutar al máximo los últimos momentos que te quedaban. Después de un rato escuchó como alguien entro a su casa por lo que se levantó de la silla en la que estaba y lentamente camino hacia adentro.
—¿Poché? —preguntó mirando a su nieta quien estaba totalmente destrozada y con los ojos hinchados de tanto llorar
—¡¡Abuela!! —dijo la pelinegra acercándose a la mujer y envolviéndola en un fuerte abrazo
—¿Qué haces aquí mi niña? —preguntó envolviendo a la chica entre sus brazos
—Necesito quedarme contigo un par de días —musitó con la voz entre cortada y la mirada baja
—Esta bien, ¡Ey! No llores pequeña, mira ven conmigo se ve que bienes corriendo, debes tener hambre. Vamos a sentarnos y me cuentas lo que esta pasando ¿ok? —dijo guiando a su nieta a la cocina, en donde se sentó en una silla frente a la barra mientras la mujer mayor buscaba algo
—Aqui tienes, ¿Fresa, vainilla o chocolate? —preguntó colocando frente a la chica una caja
—Amm... Fresa, supongo —contestó algo confundida la chica antes de que su abuela le entregará una cajita de leche de sabor —¿Leche en cajita y Fruit Loops? ¿Enserio abuela?, pero si esto es para niños
—¿Quién lo dice?, Eso es lo que la gente cree pero no por eso significa que es verdad —contó la mujer antes de insertar una pajita en el pequeño cartón de leche que tenía en sus manos y sorber un poco del contenido de esta
—Tienes razón —dijo antes de tomar el cartón entre sus manos y hacer lo mismo que había echo la mujer mayor
—Ahora si hija, cuentame que es lo que de pasa —preguntó pacientemente sirviendo algo de cereales en un tazón para después ponerlo frente a la chica
—Descubri que Karla solo me está utilizando, además de que la vi con un hombre, yo enserio la amo pero ella a mi no, ¿Por qué todo lo malo me pasa a mi? La única persona que me quiere en estos instantes eres tú, mi papá y Vale están enojados conmigo y mis "amigos" me dejaron —explicó llorando
—¡Ay! Mi niña, las cosas siempre pasan por algo —consoló a su nieta mientras la abrazaba —pero tú siempre debes ser fuerte ante todo y saber sobre llevar los problemas, verás que pronto todo va a mejorar
—No lo creo —negó mientras agachaba la cabeza y seguía llorando desconsoladamente
—Claro que deben hacerlo, hija
Clara había encontrado a la persona indicada para cumplir el deseo de su amiga, dejó unos segundos a la pelinegra en la cocina mientras iba a su habitación por el cuaderno que durante muchos años había guardado buscando a la persona indicada para tenerlo, y al parecer la había hallado
—Mira pequeña, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras pero no estés triste, toma deberías leer esto —explicó entregándole el viejo cuaderno
—¿Quién es Lara Kler?
—Fue una chica de la ciudad de Oxford, todos creían que estaba loca pero en realidad ella era la persona más cuerda que existía —habló recordando a su amiga
—Una loca muy cuerda —terminó la frase la pelinegra hojeando el cuaderno
Después de haber esperado por años en busca de alguien que necesitara ayuda, Clara por fin había encontrado a alguien que podría portar los cuadernos de la castaña.
Y así Lara Kler fue eterna, tan eterna como las estrellas y el viento que llevaba sus pensamientos.
.
Solo quería pasar a decirles que Lara Kler soy yo, es mi seudónimo. Todas las frases son totalmente mías, algunas inspiradas en autores que amo.
ESTÁS LEYENDO
Lara Kler
Short StoryEl mundo esta lleno de locos, y en un mundo de locos los únicos cuerdos están locos.