CLARA III

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La chica de cabello castaño estaba sentada nuevamente en la banca del parque frente al lago mientras observaba este y a los pequeños animales que paraban a tomar agua, se concentraba en cada detalle que la rodeaba, desde: la forma de las nubes, hasta las ondas emitidas en el lago cuando algo era arrojado dentro del agua, ella era una chica bastante observadora por lo que lograba distinguir perfectamente bien entre las emociones de alguna persona, sabía cuando alguien estaba enojado, triste, feliz, angustiado y si alguien mentía o no, sus sentidos de percepción estaban bien definidos. Observa hasta las cosas que nos parecen más insignificantes y las estudia con sutileza.

No tardó mucho tiempo para que la chica de ojos verdes llegase y se sentara junto a la ojimarron y en silencio la observara anotar mientras leía lo que la chica escribía y pensaba en ello, después de un rato pensando y anotando la chica de cabello castaño hablo.

—¿La Tierra sabrá quien la habita? —preguntó mientras miraba al cielo

—No lo creo, y si lo hace no todo lo que ve le debe gustar. ¿Por qué sigues viniendo aquí? —dijo la chica mientras se recostaba en la banca y contemplaba las nubes

—Me recuerda algunas cosas —contestó mientras observaba como el cielo se tornaba de un color anaranjado con rojo y amarillo

—¿Cómo que?

—Hay cosas que están mejores en la memoria de uno

—Deberías confiar en mi, jamás te haría algo malo

—No digas cosas que probablemente no cumplas, la gente cambia

—Las cosas también

—Pero no siempre es para bien —respondió antes de quedarse ambas en total silencio, sólo contemplando el cielo.

La confianza no era algo que a Lara le gustaba otorgar ya que una vez lo había echo, pero aquello no termino bien. Varias veces la chica había intentado confiar pero siempre terminaban por defraudarla, antes era alguien a quien le gustaba confiar en todos, lo más importante para ella había sido la confianza, pero no todos los cuentos terminan felices.

Había tenido tantos problemas pero a pesar de esto jamás se había rendido, todo lo que le había pasado era una razón más para no volver a confiar en nadie. Era una chica llena de secretos y problemas pero sólo ella conocía, el tiempo le enseño a no confiar en nadie.

Lara KlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora