LEO I

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Mientras todos guardaban sus cosas para salir al break la chica de ojos marrones sacó su libreta de la mochila y se quedó sentada mientras dibujaba en su cuaderno, los demás alumnos que pasaban frente a ella le hacían bromas y le decían cosas pero ella simplemente los ignoraba, mientras escribía unos chicos se acercaron y le tiraron agua en la cabeza

—Esto es para ver si se te refresca la memoria y dejas de escribir tus patéticas cosas raras —dijo un chico alto dejando caer agua de una botella sobre la cabeza de la chica

La pequeña no dijo nada, solo quito su cuaderno de la mesa y lo abrazo, los otros chicos se reían de ella mientras abrazaba su libreta, quería llorar pero sabia que si lo hacia las burlas aumentarían, así que sólo se encogió de hombros y bajo la cabeza esperando a que aquellos chicos que tanto la molestaban se fueran, pero no fue así, ellos se quedaron más tiempo hasta que otro chico llegó y les dijo que se largaran por lo que corrieron

—No les hagas caso Lara, ellos simplemente quieren hacerte sentir mal, pero tranquila ya estoy aquí —le dijo calmadamente un chico de ojos color miel y cabello rubio, mientras se sentaba al lado de ella

—No importa, ellos tienen razón de todas formas —contestó cabizbaja la chica, mientras volvía a colocar su cuaderno en la mesa

—No deberías pensar eso ¿Sigues dibujando? —preguntó el chico a lo cual Lara respondió con un simple asentimiento de cabeza

Mientras pasaba el tiempo la chica de cabello castaño y ojos marrones se dedico a observar su lápiz mientras garabateaba algunas cosas en su cuaderno, Leo sólo la observaba sabiendo que no debía interrumpir los pensamientos de la chica, por lo cual no dijo nada y se dedico a admirar lo que su amiga hacia mientras comía su sándwich, le ofreció uno a la ojimarron pero esta simplemente se negó, al pasar el tiempo nadie de los dos chicos habló, ni siquiera intercambiaron palabra más que al inicio, pero a pesar de esto el ojiclaro jamás se fue, le gustaba admirar lo que la chica dibujaba y aunque muy pocas veces entendía, algunas cosas le parecía algo extraordinario

Lara KlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora