Como siempre la castaña fue a la escuela, aunque ella no lo consideraba algo bastante interesante, pero sus padres la obligaban a ir, todos los días en la institución era lo mismo ya que siempre la molestaban, aunque no hiciera nada ni hablase con nadie, cuando por fin lograba encontrar un lugar tranquilo se sentaba a dibujar en su cuaderno pero al poco rato alguien llegaba para hacerle una broma.
La vida de Lara estaba llena de problemas a los que debía enfrentarse sola; sus padres nunca estaban en casa y si lo estaban eran para decirle que dejara de ser tan rara, su hermano la ignoraba por completo y la negaba siempre, todos sus vecinos y algunas otras personas; la excluían, además de que le ponían apodos y la tachaban como un bicho raro, y en la escuela todos le hacían bullying por ser una "esquizofrénica loca", cada día pasaba algo peor al anterior y a pesar de tener dos amigos, la ojimarron seguía sintiéndose totalmente sola por lo que hablaba con el viento.
Al llegar la hora del receso y como siempre, Lara se quedo en el salón de clases mientras todos los demás salían del aula para ir a la cafetería, mientras miraba su cuaderno atentamente hacía algunos garabatos y después comenzaba a centrar su atención en cada una de las lineas que dibujaba, no tardo mucho tiempo para que Leo, el chico de ojos color miel apareciera y se sentara junto a ella mientras miraba lo que esta hacia, estuvieron un rato en silencio hasta que la chica poso su atención en la ventana que daba hacia el pasillo y pregunto algo
—¿Por qué no sales con los demás?. Deberías estar afuera comprando cosas y hablando con tus amigos, no con una rara como yo —dijo la castaña mientras miraba la ventana atentamente
—No le veo nada de malo a eso, no me gusta comer mientras todos hablan y tampoco me gusta escuchar como es que te insultan o inventan cosas de ti, me parece algo tonto, eres la única que conozco que no piensa solo en alcohol y fiestas —contó el chico mientras miraba a sus compañeros pasar de un lado al otro a través de la ventana
—Pensarán que estas loco por juntarte conmigo —explicó la chica mientras volvía su atención a su cuaderno
—No me importa, me gusta lo que dibujas, eres muy expresiva además de que siempre piensas en la realidad y no inventas cosas ni cuentos felices para ocultar la realidad —contestó el chico mientras miraba lo que la castaña dibujaba
—Sólo digo la verdad, no hago fantasías de cosas que todos sabemos como son, la realidad puede ser mala para algunas personas pero es la verdad —pronunció la chica mientras seguía sus trazos
La única persona que le hablaba en la escuela era ese chico tan amable y amistoso que la trataba como una persona normal y no como una extraña anormal.
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Lara Kler
Short StoryEl mundo esta lleno de locos, y en un mundo de locos los únicos cuerdos están locos.