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El río corría, corría y corría mientras el pez intentaba nadar; nadaba, nadaba y nadaba hasta que finalmente se ahogo.

Ahora volaba.

El caballo galopaba y galopaba tratando de alcanzar la corriente pero una vez que se rindió dejo de hacerlo

¿Se ha ahogado?
¿Vive?

Abrió los ojos dándose cuenta de que siempre ha estado en el desierto.

Lara KlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora