Lara estaba en el salón de artes terminando de poner los últimos detalles en su pintura, mientras tanto el chico de ojos miel contemplaba desde su banca la obra que la chica había terminado; observo con detenimiento cada uno de sus trazos, cada pincelada, cada gota de color, cada punto de luz y cada centrimetro de aquella obra la cual representaba tantas cosas y a la vez nada. Al terminar su pintura Lara se quedo unos minutos observándola en silencio hasta que habló
—¿Eres mi amigo?, Leo —preguntó de la nada la ojimarron mientras miraba al chico
—Sí, siempre lo he sido —afirmó el chico de cabello rubio mirando con una sonrisa sincera a la castaña
—¿Por qué? Habiendo muchas más personas en la Escuela decidiste estar conmigo
—Tú no lo ves pero eres especial, desde el primer momento en que te vi supe que serías mi amiga, tienes una forma tan maravillosa de ver las cosas que enserio me encanta y eres tan tranquila y cuidadosa con lo que haces —explicó el chico mirando directamente a los ojos a Lara
En esos momentos ella supo que decía la verdad, ese mismo brillo que había visto en los ojos de la ojiverde se encontraba en los del chico, se quedó un par de segundos en silencio sólo mirándolo a los ojos hasta que se acercó y cubrió con sus brazos el cuerpo del chico
—Gracia por ser tú, Leo
—Gracias a ti también por ser Lara
Su abrazo duró un par de minutos antes de finalmente separarse y quedarse hablando en el salón, aquel día Lara le contó a su amigo la razón por la que le gustaba pintar, aquel día dejo que le aconsejara, dejó que la viera ser la antigua Lara Kler.
Aquel día Lara terminó su pintura la cual lo era todo para ella, ese día sin saber se convertiría en uno de los últimos, nadie sabia lo que sucedería el día siguiente.
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Lara Kler
Short StoryEl mundo esta lleno de locos, y en un mundo de locos los únicos cuerdos están locos.