Lara Kler

LA PINTURA

Por fin, después de muchos días de esfuerzo y ayuda por parte de su amigo, Lara había terminado su pintura y hoy sería la exposición, ya estaban listos, ambos con sus cuadros, los dejaron en el salón de artes ya que serían colocados en el pasillo central de la escuela donde todos podrían verlos y apreciarlos, o al menos eso era lo que se supone debían hacer.

El cuadro que había pintado la castaña era un tanto peculiar ya que se trataba de un espejo roto con el reflejo de una chica llorando del cual escurrían gotas las cuales formaban un río justo debajo de los fragmentos de cristal pero el agua de este no era azul ni transparente, era roja y el agua no era agua.

Minutos antes de terminar las clases, ambos amigos caminaron hacia el pasillo principal de la escuela para poder ver sus obras pero la de la castaña no se encontraba ahí lo cual se les hizo extraño así que salieron de la escuela para irse pero se arrepintieron al instante ya que afuera del colegio, en el patio principal se encontraban todos los alumnos reunidos y en el foro un chico quien tenía en sus manos un lienzo pero no se veía lo que estaba pintado en él, no hasta que aquel joven le dio la vuelta dejando ver lo que estaba plasmado en este, era la pintura de Lara, la ojimarron sintió que se paralizaba al notar su obra en manos de aquel chico que hasta ahora desconocía su identidad, hasta que se dio la vuelta sosteniendo en una mano el lienzo y en la otra un micrófono, comenzó a hablar llamando la atención de todos quienes voltearon al instante

—Hola a todos, se preguntaran ¿Qué hago aquí?. Pues como sabrán se llevo a cabo la exposición de pinturas y ¿Quién creen que presentó la suya? Exacto, la loca de la institución, Lara Kler; esta chica es una psicópata antisocial y un bicho raro —dijo el chico frente a todos y volteando la cabeza para que todos pudiesen oírlo bien y fue en ese momento cuando Lara quedo en shock, era su hermano

—Aquí tengo lo que hizo y como podrán notar es una cosa bastante rara como ella, a esto ni siquiera debería llamarsele arte ¿Acaso lo pinto con los pies? —siguió hablando ganándose una risa por parte de todos

—No debería permitírsele a alguien como ella siquiera tomar un pincel, debería estar en un psiquiatra y no aquí, sólo nos estorba con sus cosas extrañas, además de ser una asesina, es un error. Seguro no les ha contado nada, ¡Oh! Es cierto, que ella no habla, pues les diré yo: hace un par de años mi familia y yo vivíamos en un pequeño pueblo a las orillas de Oxford.

6 años atrás...

25 de Junio del año 1961 en Golden Hill, Shaftesbury, Reino Unido.

12:57 p.m

En la casa de la familia Anderson Lee, había un incendio, todos en la casa había logrado salir a excepción de la pequeña Lara quien se encontraba en su habitación atrapada ya que el fuego había llegado hasta las escalera quemando la mitad de estas, debilitándolas demasiado, la señora Alease decidió ir por su nieta

—Voy a subir por ella —dijo firmemente mientras empezaba a caminar hacia la casa, pero alguien la sujeto

—Madre eso es una locura, mejor esperemos a que los bomberos lleguen —negó el padre de la castaña

—¿¡Y dejar que muera ahí!? Claro que no, estas muy equivocado si crees que la dejare Roger ¡Es tú hija!, Mi nieta, iré por ella. No intentes detenerme porque sabes que no lo haré —habló antes de soltarse del agarre de su hijo y entrar a la casa

Mientras las llamas se elevaban cada vez más la mujer se abrió paso entre ellas logrando llegar a las escaleras las cuales estaban casi completamente destruidas, con mucho cuidado logró subir hasta el cuarto de su nieta el cual se encontraba bloqueado por algunos pedazos de madera que se habían caído, los movió dejando así libre el acceso al cuarto; se adentro en él y en una esquina escondida con las piernas encogidas y la cabeza retrancada en ellas se encontraba Lara temblando de miedo, poco a poco la mujer se acerco a ella y se agacho hasta su altura