𝟏𝟑𝟒𝟑𝟒𝟎 | Relatos ficticios, tomando a los siete chicos de bangtan seonyeondan como principales protagonistas.
Tu mirada sofocante, todavía giro a tu alrededor y nada ha cambiado. Pero si el amor no tiene nombre, todo ha cambiado ─ BTS, 134340...
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Las personas pasaban a mi lado, no me miraban más que con curiosidad y tristeza, yo igual lo haría, me preguntaría exactamente lo mismo. Solo que yo sabía lo que me pasaba y porque estaba así.
Mi mente en las últimas semanas no han dejado de dar vueltas al asunto, tenía que dejar de pensar en él, era una gran tortura recordar las íntimas caricias y palabras de amor eterno que nos decíamos después de hacer el amor cada noche.
Mis pies habían llegado más rápido de lo que me di cuenta, estaba frente a su estudio, las gotas caían sobre mí mojando mi atuendo, no esperaba terminar así este día, tocando su puerta, esperando nerviosamente y asustada a que el me abriera, sabía que estaba dentro, esto era lo único importante para él y yo lo sabía.
En silencio abre su puerta sabiendo que estaba del otro lado, esta allí, tan hermoso como el arte que creaba siempre.
Dentro en silencio a su gran espacio un salón con un caro sofá en el centro, una costosa cocina y solo dos puertas más, una llevaba a un baño y la otra, donde habían pasado más que eróticos recuerdos.
─Quítate la ropa.─y con breve esperanza de que volviera a suceder empecé a hacerlo─ vamos al baño, debes darte una ducha, te enfermarás─ el sentimiento de euforia y adrenalina que había pasado por mi cuerpo fue eliminado en menos de lo que empezó.
Caminé detrás de él notando sus pies descalzos, su costoso y cómodo pantalón suelto y su camisa gucci, que no le importaba ensuciar, su cabello volvió a ser negro y no puede dejar de verse tan varonil con él.
Saca ropa de un pequeño cajón y me la entrega, sale sin decir alguna palabra, entro a la ducha y las gotas tibias no se comparan con las frías gotas de afuera.
Salgo del cuarto de baño con ropa interior y con un lindo pantalón suelto, al parecer Kim Taehyung olvidó entregarme alguna polera, o eso es lo que no quería creer.
La puerta estaba levemente abierta, podía ver por la abertura a un concentrado Kim, entre su grande mano tenía un pincel y en la otra su típica paleta de madera fina donde mezclaba los colores de su creación, delante de él un lienzo, no podía observar bien lo que est...
─No debes de observar a las personas con tanta firmeza, los incómodas─así de ambiguo y seguía causando cosas en mi.
Me había atrapado observando, espiándole en su concentración. Caminé hacia él con unos pasos lentos no demasiado firmes, quería parecer que no tenía el control sobre mí, pero él sabía que siempre lo a tenido y yo lo sabía de igual manera.
Justo a su lado podía ver la pintura que estaba dibujando, le quedaba jodidamente perfecto cada toque realizaba, era el arte, su don tan progresivo que pensaba que debía ser visto por todos los seres del planeta, realmentes sabía expresarse en sus obras.
