𝟏𝟑𝟒𝟑𝟒𝟎 | Relatos ficticios, tomando a los siete chicos de bangtan seonyeondan como principales protagonistas.
Tu mirada sofocante, todavía giro a tu alrededor y nada ha cambiado. Pero si el amor no tiene nombre, todo ha cambiado ─ BTS, 134340...
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Los rayos de sol comienzan a molestarme, me giro tratando de evitarlo y estiro mi brazo hacia su lado del colchón, abro mis ojos cuando no siento su cuerpo a mi lado, me siento en la cama tapando mi desnudez con las sábanas blancas, me quedo un rato analizando mi habitación buscándole con la mirada pero no está aquí, me levanto y busco mi ropa en el interior del armario.
Los rayos de sol comienzan a molestarme, me giro tratando de evitarlo y estiro mi brazo hacia su lado del colchón, abro mis ojos cuando no siento su cuerpo a mi lado, me siento en la cama tapando mi desnudez con las sábanas blancas, me quedo un rato analizando mi habitación buscándole con la mirada pero no está aquí, me levanto y busco mi ropa en el interior del armario.
Sin importarme demasiado mi ropa bajo las escaleras con solo un buzo y mi ropa interior negra. No me importó estar con mi sostén a la vista, mis hijos están durmiendo y no despiertan hasta tarde.
7:54 am, aún era temprano, para ellos, para mí, era otro día común despertando temprano.
Sonriente miro la espalda descubierta de mi esposo, apostaba que estaba haciendo el desayuno, muerdo mi labio cuando sus hombros se marcan al hacer cualquier movimiento.
La edad sólo hacía verlo mucho más atractivo.
Tenía un buzo al igual que yo, solo que sabía que él no llevaba ropa interior, prefería evitarla si no es estrictamente necesario, y yo nunca me quejaba.
Cuando al fin se da cuanta de mi presencia se gira y me mira felizmente.
─Buenos días amor.─ se acerca a besarme brevemente los labios, se separa pero antes de que vuelva a lo suyo, tomo su muñeca y hago que me mire nuevamente, choco mis labios con los suyos y tomo la iniciativa de meter mi lengua en su boca sin permiso, gruñe cuando lo hago, ambas lenguas luchan y nos separamos por falta de aire.
─Ahora sí.─ ríe─ buenos días.─ respondo.
─¿Tienes hambre?─ me pregunta mientras vuelve a tomar el sartén, sus pancakes siempre eran su especialidad.
Un excelente chef de desayunos.
─¿De qué?─ sonreí traviesa y el gira su cabeza captando el doble sentido de mis palabras.
Nuestra relación siempre ha sido así, desde que iniciamos hace años en la secundaria, me atrevería decir desde la primaria ya que fue mi vecino durante pequeños, crecimos y nos volvimos a encontrar en el primer año de universidad y ahora hasta con nuestros hijos jugamos, demostrándoles nuestro amor, es solo que nos gusta molestarlos.
─Si Taehyung, tengo hambre y necesito darme un baño.
─Después de desayunar nos duchamos ambos.
─Me agrada esa idea cariño, aunque no sé dónde vamos a parar─ saco el juego del refrigerador, saco dos vasos para colocarlos en la mesa justo en el momento donde el ya deja su especial en el centro.
