𝟏𝟑𝟒𝟑𝟒𝟎 | Relatos ficticios, tomando a los siete chicos de bangtan seonyeondan como principales protagonistas.
Tu mirada sofocante, todavía giro a tu alrededor y nada ha cambiado. Pero si el amor no tiene nombre, todo ha cambiado ─ BTS, 134340...
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─Joder Jin.─ gruñí gimiendo.
Sus manos están afirmándome de una manera estratégica en mis muslos sin dejar de penetrarme. Él estaba de pie sin parar de entrar en mí y salir, constantemente.
Aún teníamos nuestra ropa, solo que algo menos ordenado, mi camisa blanca con una corbata roja y amarilla estaban más que arrugadas en mi vestimenta, mi falda estaba levantada, mis bragas corridas hacia a un lado, realmente no fueron una barrera, su pantalón no ha sido bajado, sino que solo ha abierto su bragueta, y bajando un poco de su ropa interior, su camisa estaba desordenada y su corbata azul estaba sostenida en mis labios, evitaba que yo estuviera lloriqueando.
Mi respiración era algo complicada, cien por ciento errática y para nada coordinada, la de Jin igual lo estaba, estábamos en medio de algo que ni siquiera me había importado si podían escuchar nuestras respiraciones, tratábamos de no gemir, gruñir o gritar, pero es que para mí era imposible, y más con el pene de Jin entrando y saliendo de mi con tanta firmeza.
Mis sentidos estaban sensibles, antes de tenerlo entre mis piernas la boca de SeokJin estaba ocupada dándome un delicioso sexo oral.
Sentía su pene con el preservativo a la perfección, mi vagina estaba algo sensible, ya me habían corrido por el sexo oral, que tuvimos en el lava manos del baño, mi mente lo recordaba tan bien, que me hizo estremecer entre sus brazos.
Su lengua hizo unas cuantas maravillas hace unos minutos que las recuerdo perfectamente.
Habíamos recién comenzado con las embestidas, aún estábamos en aquello cuando sentimos las puertas del baño sonar, alguien había entrado, mordió mi labio con fuerza y jadeo por lo caliente que había sido.
Había conseguido convencer a Jin de que lo hiciéramos dentro de los cubículos que habían en el baño de su instituto, algo peligroso, pero no nuevo para nosotros.
El sexo en lugares público no era la nueva sensación en nuestra relación, nos gustaba sentir la adrenalina y el cierto morbo de poder ser descubiertos.
─¿Crees que ganemos?─ pregunta un chico, Jin me penetra fuertemente a propósito, un jadeo casi se escucha de mis labios si no fuera por su corbata.
Este idiota, mi cuerpo quiso reaccionar de manera arrebatadora por su penetración, mi boca se abrió pero de esta no salió nada, ningún gemido, ya que su mano me cubrió, salvándonos.
─Quizás, los de la otra escuela son buenos.
─Y las chicas igual, habían unas muy sexys.
Las caderas de Jin no tenían control y el mío se estaba perdiendo por su maldita causa, no estaba teniendo piedad de mí, mis uñas estaban clavadas en sus hombros fuertes, afirmándome de estos como si mi vida dependiera de aquello. Mordía con una prometedora fuerza mi labio, porque realmente estaba siendo increíble, las embestidas de mi novio estaban dándonos un sexo asombroso.
