𝟏𝟑𝟒𝟑𝟒𝟎 | Relatos ficticios, tomando a los siete chicos de bangtan seonyeondan como principales protagonistas.
Tu mirada sofocante, todavía giro a tu alrededor y nada ha cambiado. Pero si el amor no tiene nombre, todo ha cambiado ─ BTS, 134340...
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Despierto por los murmullos de alguien a mi lado... mi amiga, mi mejor amiga, no se como puede dormir tan libremente en el frío entorno de la celda en la que estamos.
5 horas, no se que hora es, lo que se es que salimos a la fiesta a las siete y media, pero creo que nos superamos en el momento, yo estaba totalmente consciente y lo estoy aún, cuatro cervezas no me hacen ni cosquillas en mi cuerpo, pero mi amiga a su quinta cerveza ya estaba más que loca.
Comprar jalea en una farmacia cercana no es tan sencillo para mi amiga, estuve detrás de ella mirando a la farmacéutica, quién me miraba a mí buscando ayuda, tratando de descifrar lo que decía mi amiga, yo solo negaba riéndome, no me esperaba que mi mejor amiga reaccionaría lanzado algunas cajas con jarabes o remedios, la policía llegó por obvias razones y no me pude librar.
Millones de veces e dicho que no es mi culpa, pero uno de los policías convencía al otro de que no me dejara salir, que olía a alcohol... ¡Pues claro! Estaba en una fiesta, mi mejor amiga estaba en esa fiesta... somos mayores de edad, podemos beber alcohol, si quisiera más problemas no me molestaría partirle la cara.
─Buena madrugada jefe─ escucho que dice el que era sumiso.
─Buenas madrugada─ dice una voz, de ninguno de los oficiales que nos dejaron aquí tenia esa voz.─ ¿Que hay de nuevo?
─En la tarde Jeon y yo detuvimos a un tipo extraño en el centro comercial, dimos varios partes a autos y desde las diez encerramos a dos chicas por ebriedad, están en la celda.─ Comenta la voz del sumiso nuevamente.
─Gracias, ¿quieres ir por un café? yo vigilaré por tí, Kim─ dice el jefe del chico, que se apellida Kim, tan reprimido al lado del tal Jeon, hijo de puta, se notaba que el tal Jeon era el que mandaba entre el y Kim.
─Si, gracias jefe━ todo queda en silencio hasta que suspiro y me levanto de aquella banca de cemento, me dolía el culo por estar sentada allí por horas, miré a mi amiga a mi lado, aún durmiendo en la banca de mi lado.
Me las pagaría muy caro, no era la primera vez que terminamos en la celda de la estación de policía, solo que esta vez es más tarde y menos soportarble, quería dormir.
─Hola señorita, soy el oficial Jung Hoseok─ dice detrás de las rejas de mi celda.
Joder, linda sonrisa, lindos ojos y lindo uniforme, marca su buena figura, amén.
─Hola oficial─ sonreí, tratando de aparentar que no me estaba mojando allí mismo, el hombre era guapo, me gustaron la forma de sus mejillas al sonreírme.
Cuando veía a un oficial solía a correr al lado contrario.
Con este solo quería correr hacia sus brazos y posiblemente que dejen de temblar mis piernas por oo caliente que era.