𝟏𝟑𝟒𝟑𝟒𝟎 | Relatos ficticios, tomando a los siete chicos de bangtan seonyeondan como principales protagonistas.
Tu mirada sofocante, todavía giro a tu alrededor y nada ha cambiado. Pero si el amor no tiene nombre, todo ha cambiado ─ BTS, 134340...
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Juro que mis ojos no querían abrirse, sabía que era temprano por la mañana, deseaba seguir durmiendo tranquilamente en mi cama junto con mi novio a mi lado, aprovechando estos pocos días que nos quedan unidos antes de que se vaya nuevamente de gira o algunos eventos fuera de Seúl.
La gran vida de mi novio era importante, para él, para mi, para su familia y las masas de personas que lo amaban y respetaban.
Mis manos sintieron algo cálido, húmedo y pegajoso tacto de solo unos segundos, mis ojos se entre abrieron y gruñí.
─¡Vete Misiku!─ gruñí casi inaudible a nuestra mascota, pero casi podía jurar que me entendió y lo hizo a propósito, volvió a lamer mi mano, solo que pude notar que demoró más tiempo en terminar de lamerlo. Quité mi mano de inmediato y no aguantando más aquella sensación en esta, me limpié con las sábanas.
Después la metería en la lavadora, de todas formas debía hacerlo, apostaba que en alguna parte la cama estaba sucia por el calor que nos dió a mi y a Taehyung en la noche.
Me senté en la cama y miré hacia la mesa de noche donde tomé el vaso de agua, cuando lo dejé en el lugar vi el peludo rostro de mi perro. Aunque sinceramente, a veces me desquicia, me despierta sin piedad.
─Bien, vamos.─ sin hacer movimientos demasiados bruscos salí de la abrigada cama colocando solo mis pantalones deportivos y la camisa de Taehyung en mi cuerpo.
Salí de la cocina dejando a Misiku bebiendo agua, le había servido el desayuno que, sinceramente era su comida de todos los días a todas horas, comida de perro.
Me acosté en la cama solo que quité mis pantalones, quedé con la gran y cómoda camisa de mi novio. Cuando me acomodé sentí la gran mano de Taehyung acariciar mi cintura, reí y me giré encontrando su lindo rostro dormido justo enfrente de mi, sus lindos ojos estaban cerrados... De igual manera tenía lindos párpados, todo en él lo encontraba hermoso y perfecto.
Mis manos inquietas acariciaron sus pestañas delicadamente y con demasiado cuidado, pero a la misma vez disfrutando la suavidad de estas, el recorrido no quedó solo en sus suaves pestañas, también acaricié sus labios recordado cada rincón de estos y sus perfectas mejillas, las cuales amaba morder juguetona.
─¿Qué hora es?─ su voz ronca hizo que todos los pequeños vellos de mis brazos se coloquen de punta.
Kim Taehyung tenía cierto poder sobre mi, en especial sobre mi cuerpo y él tenía toda la intención sin si quiera aceptarlo, lo hacía a posta pero hay veces que no lo hace y realmente me confundía, no sabia si era bello apropósito o porque no tenía idea de lo perfecto que era ante mis ojos.
─Vuelve a dormir, es temprano.─ comenté mirándole tiernamente, lo amaba.
─Ni siquiera sabes que hora es─ reí suavemente al saber que tenía razón, pero realmente no quería moverme y alejarme de él.
