Owen.
-¿Y luego de eso qué sucedió?-preguntó mi terapeuta.
-Le dije que ya no tengo amor para darle.
-¿Y es verdad?-preguntó nuevamente.
-No sé. En parte sí lo es, pero por otro lado la veo y todo mi amor podría entregarlo a ella nuevamente, es un hechizo.
-¿Es sano para ti?.
-No lo sé. ¿Es sano?.
Me observó detenidamente, como analizando mis palabras y mis gestos.
-Es justo lo que estoy preguntándole, Dr. Hunt.
-No, no es sano.
-¿Por qué?.
Eran muchas preguntas, me estaba volviendo loco.
-Porque las confusiones que esto genera en mí pueden hacerme mal, además perdería la mayor parte de mi vida en mentirle.
-¿Mentirle?.
-Le miento a ella diciendo que no tengo amor para darle.
-¿Eres honesto contigo, Owen?-preguntó.
Esa pregunta comenzó a dar vueltas en mi cabeza y por un instante analicé todas las opciones posibles.
-Me estoy mintiendo-afirmé. -Y me está haciendo daño.
-Entonces. ¿Qué es lo que te está haciendo daño?.
Me incorporé en mi asiento y suspiré. La respuesta la tuve siempre ante mis ojos: yo.
Me hice daño, como cualquier ser humano haría en mi lugar, porque no hablé con ella.
Me hago daño a diario al mentirme.
-Yo me hago daño.
-Correcto, Owen-sonrió. -Pero recuerda: no es tu culpa, actuaste como cualquier persona lo haría.
-¿Usted lo haría?.
-No, yo no lo haría.
-¿Cómo lo sabe?-pregunté.
-Porque al tener años de experiencia en problemas como este y peores, aprendí. Hace unos quince años hubiese respondido que sí a tu pregunta.
-Supongo que debo decirle la verdad a ella-solté.
-Siempre y cuando no te lastimes y tampoco lastimes a la otra persona.
-Voy a intentarlo-sonreí. -Gracias.
Me dirigí hacia el piso de Neuro, Derek me necesitaba allí al parecer.
-¿Sucedió algo?-pregunté.
-Es complicado, viejo.
-Dime. Puedo soportarlo.
-Tú sí puedes hacerlo, no sé si Amy podrá.
Fruncí el ceño y lo miré.
-¿Qué sucedió, Derek?
-Mi madre tuvo un accidente automovilístico.
-¿Está aquí?-Pregunté incrédulo.
-Owen, murió.
Derek comenzó a llorar desesperadamente y lo abracé.
-Debes ser fuerte.
-Es mi madre-dijo.
-Lo sé, pero tranquilo.
-Mi familia me espera, no sé cómo hablaré con los niños.
-Tranquilo, primero intenta calmarte tú y luego ve.
Asintió.
-Gracias.
-No me agradezcas-sonreí. -Yo hablaré con Amy.
-No hace falta, en serio.
-Lo haré-hablé.
Le di un último abrazo y salió de la oficina.
Suspiré porque aún me quedaba la parte más difícil: Amelia, Laurence y Tom.
Laurence era lo que más me preocupaba, es más cerrada que todos nosotros y esconde sus emociones muy bien cuando está frente a alguien.
Marqué el número de Amelia seis veces y no respondió a mis llamadas.
Busqué a Meredith en los pasillos, pero no la vi.
Observé el tablero de cirugías y encontré a Meredith, estaba en el quirófano.
-¡Arizona!-exclamé al verla.
La rubia caminaba de una manera elegante y sonrió ante mi saludo. A su lado estaba Amelia.
-¿Podemos hablar?-pregunté.
-Si es sobre nosotros, no hay nada que hablar-dijo en un tono duro.
-Amelia, esto no es sobre nosotros.
Asintió y me siguió.
Decidí que el único lugar donde podríamos hablar tranquilos eran las escaleras. Nadie las utilizaba así que estaríamos solos.
-¿Qué sucede?-preguntó.
-Amy... necesito que me escuches con atención.
-Estoy aquí.
-Bueno. Hoy hablé con Derek y él me dijo que...
-¿Qué te dijo?.
-Amy, tu mamá tuvo un accidente.
-¿Dónde está?-preguntó con calma.
-Ella...no está aquí. Amy, tu madre falleció.
Al decir esas palabras me sentí muy mal, quizá no era la forma.
Observé su rostro durante algunos minutos, que se hicieron eternos, y sonrió.
-Estás esperando que me rompa aquí y ahora.
-Sería lo más normal-respondí.
-No voy a romperme delante de ti, Owen.
-Estoy aquí y no voy a irme hasta que no te descargues-dije con un tono de voz firme.
Amelia.
-No voy a descargarme porque no lo necesito-sonreí.
Mi madre está muerta, ya no voy a volver a verla jamás.
-Sí, lo necesitas.
-¡No!-exclamé.
Su mirada expresaba lástima. Owen Hunt me miraba con lástima.
-Amelia, ninguno de los dos va a irse de aquí hasta que no hables, llores, o des una señal de dolor. Entiendo si quieres pelear conmigo, es tu enojo el que habla, no tú.
-¿Y hacemos todo esto para complacerte a ti? ¡Claro, estás feliz de verme sufrir!
Owen seguía observando mi rostro con lástima.
-¡Ya no me mires así! Entiendo perfectamente que te encanta verme mal, pero no quiero darte pena Owen. Te odio con todo mi ser.Respiré profundamente y sentí enojo. Estaba enojada con Owen.
-¿Tienes idea de lo que provocan tus palabras? ¡Hacen que el odio hacia ti aumenten!.
Mi respiración estaba entrecortada, mi pecho subía y bajaba.
-¿Por qué no me hablas ahora? ¡Te odio, Owen!.
-¿Me odias?-preguntó.
-Con todo mi ser.
-¿Y por qué desperdicias tiempo de tu vida en decirlo?.
-Porque estoy encerrada en este maldito lugar gracias a ti, porque es hora de que lo sepas y porque necesito que dejes de mirarme así.
-¿Así cómo?-preguntó.
-Fingiendo compasión por mí-respondí. -Vete, olvida todo este asunto de mi madre y deja que me encargue de lo que va a suceder.
-Es hora de que te descargues.
-¡No soy una adolescente o una niña, puedo hacerlo sola o quizá no lo necesito!-respondí a la defensiva e intentando salir de ahí.
Pero, para mi desgracia, fue más rápido que yo y bloqueó la puerta con su enorme cuerpo.
Me acerqué a él y le di un suave golpe en su pecho, pero no se inmutó.
Comencé a golpearlo, con más fuerza, y continuó mirándome con lástima.
-¿Por qué no te duele?-pregunté sintiendo que me iba a romper en mil pedazos en cualquier instante.
-Porque no eres tan fuerte como intentas ser-dijo en un tono hiriente.
Me aparté sintiendo que ya no tenía a nadie. Me dolía ver como mis seres queridos se iban.
-Me dejan, todos me dejan.
-Ambos sabemos que es parte de la vida-dijo con una tranquilidad envidiable.
-La vida es injusta-reí irónicamente.
-Tienes razón. Comparto ese pensamiento.
Rompí en llanto, mi mamá ya no estaba aquí.
La persona que me acompañó durante todos estos años, me ayudó a sanar mis heridas y me guío cuando estaba haciendo las cosas mal.
Antes no éramos tan unidas, pero desde que perdí a mi padre todo cambió.
Nuestro vínculo era hermoso, nos costó construirlo porque cuando pasé por la etapa de la adolescencia lo descuidé, pero finalmente habíamos logrado ser las de antes.
Owen abrió sus brazos y no pude resistirme, me aferré a él y comencé a llorar desesperadamente.
-Owen, estoy derramando lágrimas sobre tu uniforme-dije.
-Son tuyas, no me molestan.
-Pero-dije.
-Sin peros-me interrumpió.
Entonces me aferré más a él, como si fuera lo último que iba a hacer en mi vida.
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¿Cómo están?
Ese abrazo al final me mató de amorrrrrrrrr.
Owen confesó que fue una confusión.
Pobre Amy💔
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Family And Problems||•Omelia•
FanfictionAmelia Shepherd y Owen Hunt. Un matrimonio feliz, con dos hijos adolescentes y su vida prácticamente formada. Sus hijos ya no son tan pequeños como antes, deben adaptarse y acompañarlos en cada paso que dan.