Capítulo extra||"catorce años"

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Narra Owen

Catorce años. Pasaron catorce años desde aquel momento que todos recuerdan.
Catorce años son como una eternidad, si en este preciso momento imaginamos qué podríamos estar haciendo en catorce años lo vemos como un futuro muy lejano, pero en realidad no es tan lejano como creemos.
Los últimos catorce años dieron lugar a lo mejor de nuestras vidas, algo que junto a Amelia soñábamos pero no imaginábamos que sucedería.
Todos éramos mucho más mayores que antes: Tommy y Laurence ya no eran adolescentes; Noah estaba a un paso de convertirse en un adulto; Melody, Rose y Sophia eran adolescentes y junto a Amelia estábamos a un paso de la tercera edad.
Imagino que se estarán preguntando:¿Quiénes son Rose y Sophia?
Para responder, tenemos que retroceder unos trece años atrás.

Trece años antes.

-Owen-la voz del amor de mi vida llamó mi atención.
-¿Qué sucede?-pregunté y sonrió.
Señaló su enorme barriga y abrí mi boca sorprendido.
-Creo que las niñas quieren conocer el mundo real-sonrió y sus ojos se cristalizaron.
Tomé las cosas de Amelia y de las niñas y luego de encargarme de que Laurence despierte (para cuidar de Noah y Melody) nos dirigimos hacia el hospital.
Y dos horas después, luego de un parto algo difícil teníamos en brazos a nuestras dos últimas hijas, gemelas.
Ambas parecían ser idénticas a Amy, sus rostros transmitían paz y ver a Amelia junto a ellas también transmitía paz.
Era mágico.
-Esto es todo lo que quiero para mi futuro-sonrió entre lágrimas y besé sus labios.
También era todo lo que yo quería para mí futuro, nuestro futuro era juntos.
No habían dudas, Amelia era el amor de mi vida.
-También lo es para mí-besé su frente.

En la actualidad.

-¡Sophia!-gritó Amelia. -Ya te he dicho que no toques mis cosas.
Reí y negué con la cabeza, Sophia sin duda alguna era todo lo que sus hermanos no fueron.
Era rebelde, molestaba a Amelia, era muy unida a mí, su relación con Laurence era pésima, todo lo contrario a sus hermanos.
-Sophia, ¿Has hecho algo?-pregunté y negó.
-Mamá me prestó su maquillaje-se encogió de hombros.
-Eso es mentira-dijo Amelia y me observó. -Sabes perfectamente que no les permito utilizar mi maquillaje.
Suspiré y tuve que contener las enormes ganas de reír.
-Sophia vete a tu habitación-ordenó Amy con seriedad. -Estás castigada.
-Un momento-dijo. -No has discutido con papá sobre mi castigo.
-Owen, Sophia está castigada, ¿estás de acuerdo conmigo?
Asentí y nuestra hija nos fulminó con la mirada.
Amelia suspiró frustrada y tomó asiento.
-¿Por qué me odia tanto?-preguntó y acaricié su mejilla.
-Ella no te odia-sonreí. -Sólo es algo distinta a los demás y no estás acostumbrada a tratar con niñas así.
-¿Estás insinuando que no sé lo que hago?-preguntó a la defensiva y besé su mejilla.
-Sabes lo que haces, sólo que es la primera vez y te frustra. Sophia es una mini Amelia, te recuerda a ti en tu pasado.
Asintió y me besó.
La aferré a mí y acaricié su espalda. Amaba hacerlo y ella amaba que lo haga.
-Laurence, Tommy y Noah vendrán mañana por la mañana-me informó. -Creí que pasar un día entero todos juntos sería lindo.
Los últimos años, una de nuestras tantas costumbres familiares, era pasar un día a la semana todos juntos.
Nos mantenía unidos y nos ayudaba a conocernos más, era divertido, nos hacía bien.
Aunque no lo demostraba, disfrutaba y ansiaba que llegue ese día, cada día de mi vida despertaba y pensaba en llegar al día en que todos nos reuníamos y así poder disfrutar de lo que más amaba: mi familia.

Narra Tommy.

-¿Qué es lo que más te divierte?-preguntó Laurence.
- Lo que más me divierte es verte así en este momento-reí. - Te ves demasiado ridícula.
Rodó los ojos y tomó asiento justo al lado de Sophia,  era divertido porque se llevaban pésimo y eran tan parecidas. 
-Mami,  Tommy dice que me veo ridícula-dijo Laurence poniendo voz más aguda y se aferró a mamá.  -¿Me veo ridícula?
-Sí-respondió Sophia. -Tienes treinta años, no entiendo por qué vistes un pijama de unicornios. Es ridículo, tengo trece y parezco más madura que tú.
-Sophia cierra la boca-ordenó Lau. - No pedí tu opinión, niña.
Rose y Melody rieron y no tardé en unirme a sus risas, Sophia sentía celos de Laurence porque según ella era la más protegida por parte de mamá.
Nosotros intentamos explicarle muchas veces que era más allá de eso,  que su amor era tan incondicional que nada podía separarlas. 
Y es que era la verdad, desde que Laurence tiene dieciséis años no discuten,  pasaron catorce. Es increíble.
Giré para observar a Cielo, mi hija.
Se encontraba corriendo junto a sus primos: Thomas y April.
Sonreí porque un recuerdo agradable apareció en mi mente al apreciar a mi hija.  El día en que mamá y papá se enteraron que sería padre por primera vez.

Family And Problems||•Omelia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora