Narra Amelia.
-Owen-dije. -¿Realmente tienes que irte?
-Sí-respondió y besó mi frente. -Pero tú puedes quedarte durmiendo.
-Ya dormí demasiado. ¿No crees?
-Lograste conciliar el sueño luego de días. Creo que debes continuar.
Reí. No quería continuar durmiendo.
Un calambre en el abdomen interrumpió mis pensamientos.
Owen, que sostenía mi mano, parece haber sentido dolor.
-Lo siento, no quise presionar tu mano-dije y rápidamente me alejé.
-¿Qué sucedió?-preguntó.
-Me duele-dije señalando mi abdomen.
Llevó su mano a él y me acarició suavemente por debajo de mi pijama.
-¿Mejor?
-No-respondí con total sinceridad.
De repente, sentí como si estuviera orinando, claramente sabía qué era.
Corrí hacia el baño, tenía pérdidas.
Era increíble cómo me dolía el abdomen, jamás sentí ese dolor.
Y jamás perdí tanta sangre, siendo sincera.
-¿Owen?-grité.
-¿Qué sucede?-preguntó y abrió la puerta del baño.
Parecía más impactado que yo.
-Amelia...-intentó decir.
-Debemos ir al hospital-interrumpí.
Tomé una ducha rápida mientras Owen limpiaba el desastre que causé minutos antes.
Tom y Laurence dormían profundamente, así que decidí llevar a Melody con nosotros.
-Hey bebé-dije y besé la punta de su nariz, provocando que sonría.
Era hora de lactar, al menos Melody necesitaba alimentarse.
-Owen tengo miedo-dije.
-Todo va a estar bien-sonrió.
Jamás había pasado por una situación así, era extraño para mí sufrir pérdidas y sentir dolores abdominales tan fuertes como este.
Me estremeció sentir otro calambre como el primero.
-Llegamos-dijo Owen y tomó a Melody en brazos.
Arizona nos esperaba en un consultorio, cuando April le comentó lo que sucedía conmigo dijo que quería hacerme un ultrasonido.
Caminé con ayuda de Owen, porque si hacía mucha fuerza mi abdomen dolía.
-Bien, Amy-dijo la rubia. -Veremos qué sucede contigo.
-Es mi periodo. No hay nada malo en mí.
-Claro-sonrió. -Pero un control no te hará daño.
Asentí. Odiaba sentir el frío gel sobre mi vientre.
-Veamos-dijo y noté cómo frunció el ceño. -¿Amy hay algo que me hayas ocultado?
-No-negué.
-¿Owen puedo hablar contigo a solas?-preguntó la rubia dejándome aún más confundida.
¿Por qué quería a Owen? Es decir, se trataba de mi salud no la de Owen.
-Claro-dijo el pelirrojo, que al parecer entendió la mirada de Arizona.
-Enseguida vuelvo-dijo la mujer y salió junto con Owen.
Estaba confundida y comencé a sentirme algo furiosa. Tenía derecho a saber qué sucedía conmigo.
Narra Owen.-¿Qué sucede?-pregunté sintiendo miedo. Sí, miedo. Porque tanto Arizona como yo sabíamos que eso no era normal.
-A ti no puedo engañarte. ¿Amelia sufrió síntomas de algo parecido a...?-preguntó y parecía dudar si decir la palabra.
Pero yo no podía perder mucho tiempo más en esto, necesitaba que sea directa conmigo y me diga toda la verdad. Si algo malo sucedía estos minutos podían ser útiles por más inútil que parezca.
-¿A qué?-pregunté.
-A un embarazo, Owen.
-No-respondí casi sin pensar.
Me detuve un instante y observé a Melody.
-Me retracto, sí tuvo síntomas.
-¿Cuáles?-preguntó.
-Vómitos creo, y luego no sé, creí que el estrés podía ser culpable de ellos.
-Owen, Amelia perdió un embarazo, sufrió un aborto espontáneo.
-Es imposible-dije. -Nos cuidamos siempre.
-No quiero saber en detalle, sólo déjame decirte que perdió un embarazo y debo llevarla a cirugía.
-¿Por qué-pregunté sintiendo cómo los nervios invadían cada parte de mi ser y el miedo se apropiaba de mí. Dejándome totalmente aislado de mí mismo.
-Porque aún hay tejido dentro del útero.
-¿Dilatación y legrado?-pregunté haciendo referencia al procedimiento que iban a practicar en ella.
-Sí-respondió.
-Pero si algo se complica podría quedar estéril.
-Me encargaré de que eso no pase, podré hacerlo. Ahora debemos hablar con ella.
Respiré profundamente, sé que sería la parte más complicada.
-¿Van a decirme qué sucede?-preguntó alterada.
-Amy, estabas embarazada-comenzó Arizona.
-Y lo perdí-dijo. -Por eso las pérdidas y el dolor abdominal.
-Sí-dijo Arizona. -Sucede que aún hay tejido en tu útero y debo encargarme de extraerlo o puede hacerte mal.
-Hazlo entonces-dijo seria y sin mirarme.
-Debemos charlar sobre algunas cosas antes de llevar a cabo este procedimiento.
-¿Como por ejemplo?-pregunté.
-Owen, vuelve a casa-dijo Amelia, que por primera vez en minutos me miraba nuevamente. Sus ojos azules hacían contacto con los míos, fue una mirada que dijo más que mil palabras.
-No-negué y me acerqué a ella.
-Por favor-suplicó y noté sus ojos cristalizados.
-Iré a dejar a Melody y volveré.
-Inventa alguna excusa, pero que Laurence y Tom no sepan esto.
Besé sus labios delicadamente y luego le regalé una sonrisa a Arizona.
-Cuida de ella.
-Lo haré, lo prometo.
Salí del hospital sintiendo como el aire fresco me estremecía.
Me sentía mal porque por un instante creí que Amelia y yo seríamos padres nuevamente.
Y la posibilidad de ser padres nuevamente, a pesar de tener ya tres hijos, era algo que nos enloquecía a ambos.
Narra Amelia.-¿Anestesia general?-preguntó Arizona.
-Anestesia general-dije sintiendo como si mi corazón estuviera roto.
-Cuando estés lista entonces lo haremos.
-¿Me das un minuto?-pregunté.
Asintió y salió de la habitación.
Cuando al fin estuve sola me permití derramar algunas lágrimas, antes de perder este embarazo tuve síntomas y los ignoré, creí que era imposible.
Llevé mis manos a mi vientre y me dispuse a hablar.
-Lo siento-susurré y mis ojos estallaron en lágrimas nuevamente. -Pero supongo que si no voy a tenerte en mis brazos es porque no debía ser.
Limpié mis lágrimas y volví a concentrarme en el procedimiento, conocía los riesgos y debía someterme a ellos, porque de no hacerlo podía sufrir cosas peores.
-Bien Amy-dijo Arizona. -Cierra los ojos y piensa en cosas lindas.
Pero no pude obedecer sus órdenes, la anestesia impidió que lo haga.
Desperté confundida. No entendía qué hacía en el hospital.
Aunque luego vi a Owen allí, al verme sus ojos se iluminaron y creo que los míos también.
-Owen-dije.
-Shh-Susurró. -Lo hiciste bien, ahora descansa.
Me aferró a él y comencé llorar. Creo que debía demostrarle lo que en verdad sentía.
-Lo siento, yo no sabía que estaba así-dije.
-Sé que lo sientes-dijo. -Pero luego hablaremos sobre eso. Ahora sólo quiero que estés bien.
Arizona se adentró en la habitación y me regaló una sonrisa.
-No hubo ninguna complicación durante el proceso-sonrió. -Así que puedes regresar a tu casa cuando estés lista. Pero necesito que hagas reposo al menos durante dos días.
Asentí y limpié mis lágrimas.
-Y, lo más importante, nada de sexo durante dos semanas.
Reí.
-No planeaba tener sexo al salir de aquí-dije.
-Cuida de ella-dijo Arizona.
-Lo haré-Owen sonrió y besó mi frente.
-Si quieres irte ahora puedes hacerlo, sólo que estarás algo confundida aún por la anestesia, pero descuida es normal.
-Tranquila, eso lo sé-sonreí.
-Oh, y tendrás un leve sangrado. Pero descuida, es leve.
Asentí.
-Gracias Arizona-dije y abrí mis brazos lentamente.
-Quiero que me obedezcas-advirtió. -Puedes sufrir consecuencias de no hacerlo.
-Entendido-respondí. -Además, a su lado jamás podría desobedecer tus órdenes-señalé a Owen.
Besó mi frente y sonreí al sentir que ese beso había sido más largo de lo que normalmente era.
Cerré mis ojos sintiendo el amor que me transmitía el amor de mi vida.
Y me permití sonreír, no estaría sola, lo tendría a él siempre.
-Te amo Owen-dije y acaricié su mejilla. -Y por favor no te vayas nunca de mi lado.
-Jamás-respondió y besó mis labios.
Y, respecto a lo que pasó, aprendí que quizá ese bebé no tenía que nacer. Pero, de todos modos, siempre estaría presente en mí como ese pequeño acontecimiento que me permitió ver la vida de otra forma. A veces se gana y a veces se pierde, pero lo importante es mantenerse de pie y luchar siempre.[♡]
¡Wow! Bueno, realmente espero que les guste.
Me costó escribir este capítulo y dudé en publicarlo, pero creo que es importante comprender que no todo a veces es como uno quiere y estas cosas suelen suceder también.
Gracias por leer♡ Gracias a todos♡
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Family And Problems||•Omelia•
FanfictionAmelia Shepherd y Owen Hunt. Un matrimonio feliz, con dos hijos adolescentes y su vida prácticamente formada. Sus hijos ya no son tan pequeños como antes, deben adaptarse y acompañarlos en cada paso que dan.