Capítulo 38|confesiones parte II

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Narra Owen. 

-¿Qué esperabas?-preguntó Amelia. 
-Que me digas que soy el amor de tu vida-respondí.
-Pero no eres el amor de mi vida-dijo y me penetró con su mirada. 
Sonrió con picardía y luego regresó su mirada hacia mis labios.
-Quiero el divorcio entonces-bromeé.
-Oh,  esperaba con ansias que me lo pidas. Voy a conceder tu deseo, vamos a divorciarnos Owen Hunt.
-¿Si?-pregunté.
-Sí. Mi amor por ti acabó cuando...
-¿Cuándo?
-Cuando desperté y no tenía mi desayuno preparado-respondió.
Reí y besé sus labios.
-Nuestro último beso antes del divorcio. 
-Tienes algo que es mío-dijo y estiró las sábanas,  provocando que mi cuerpo quede descubierto.
-Suelta eso-dije y esta vez fui yo quien estiró las sábanas. 
-Oye, eso es mío-dijo y comenzó una guerra, ambos queríamos que el otro quede al descubierto.
-Basta Owen-ordenó con seriedad.
-Está bien-dije fingiendo paz y sonriendo.
Frunció el ceño y apoyó su mano sobre mi frente.
-¿Tienes fiebre?-preguntó. 
-No-respondí. 
-Jamás me dejas ganar la batalla. 
-Sólo quiero seguir durmiendo-mentí.
-Está bien-dijo y se acercó hacia mí, pero sin darme la parte de la sábana que me correspondía. 
Se aferró a mi pecho y cerró sus ojos, luego relajó su respiración y justo cuando su sueño se estaba volviendo profundo comencé a hacerle cosquillas.
-Basta, Owen-dijo y comenzó a reír de una manera desesperada.
-Melody puede despertar-dije. -Ten cuidado.
-No puedo-dijo y lanzó otra carcajada mientras se estremecía. 
Reí y comencé a hacerle cosquillas nuevamente.
-Basta Owen,  o voy a enojarme-advirtió.
Pero dejé pasar su advertencia y me concentré en hacerle cosquillas.
Rodó sobre la cama y luego, cuando menos lo esperé,  cayó al suelo de una manera inesperada.
-¿Estás bien?-pregunté. 
Me fulminó con su mirada y como pudo se levantó. 
-Iré a darme una ducha, si Melody llora es porque tiene hambre.
-Te amo, no te enojes.
No respondió, sólo se fue a dar una ducha y sólo pude incorporarme en la cama para esperarla nuevamente.
Amelia lograba sacar cualquier versión de mí, a veces hasta parecía un niño cuando estaba con ella.
Nuestra pequeña bebé comenzó a llorar, me levanté de una manera rápida de la cama y la tomé en brazos.
-Tranquila-susurré y besé la punta de su nariz. -Mamá vendrá enseguida. 
Me regaló una sonrisa casi tan tierna como ella y se aferró a mí como pudo.
-Tenían razón,  eres una niña de papá-reí. -Aunque con un rostro igual al de mamá. 
Lanzó una carcajada como si comprendiera la situación y de un momento a otro comenzó a llorar nuevamente. 
Narra Amelia. 

-Aquí estoy-dije mientras tomaba en brazos a Melody. -¿Tienes hambre?
La pequeña comenzó a alimentarse con desesperación,  como si nunca antes lo hubiese hecho. 
-¿Aún estás enojada?-preguntó el hermoso pelirrojo que estaba frente a mí.
Lo observé intentando contener la risa pero evidentemente no lo logré.
-Sí-respondí.
-Me tienes loco-dijo y se inclinó para acariciar mi mejilla. -Si no tuvieras a esa inocente bebé en brazos...
-¿Qué?-pregunté. -Tengo a una niña en brazos. Mira su inocente rostro ¿Piensas en sexo?
-No, con Melody en brazos te veo como una inocente madre. 
-¿Inocente?-pregunté. -No, por favor, puedo ser muchas cosas pero no me llames inocente.
Sonrió y volvió a observarme.
Rompí el poco espacio que nos separaba y besé sus labios, reí en medio del beso al notar que Owen no reaccionaba. 
-¿Por qué no reaccionas?-pregunté.
-Es que no puedo creer que la mujer de mi vida me esté besando.
-Eres demasiado cursi-dije. -Ve y prepara un desayuno, tengo hambre.
Rió y besó mi frente,  luego salió de la habitación. 
Cuando logré tranquilizar a Melody la aseguré entre mis brazos y cuando coloqué su cabeza sobre mi hombro supe que era momento de levantarme. 
Me dirigí hacia el cuarto de Laurence y la vi allí con su celular.
-Buen día.
-Mi humor es pésimo hoy, no te acerques a mí.
-¿Qué sucede?-pregunté. 
-¡Vete!-gritó.  -Por tu culpa desperté temprano.
Lanzó una almohada hacia mí y comencé a sentirme molesta.
-Laurence Hunt, no tengo la culpa de tus pésimos humores.
-Vete-dijo.
-Voy a irme porque de no hacerlo, estarías castigada.
Llevó ambas manos a su rostro y salí de su habitación. 
Tommy dormía plácidamente sobre su cama y sonreí al verlo allí con su cara angelical.
Bajé hacia la cocina y Owen estaba allí preparando un delicioso desayuno.
-¿Qué sucedió?-preguntó. 
-Nada-respondí de mala manera. -¿Por qué tiene que suceder algo?
-Dile eso a tu rostro-dijo.
Rodé los ojos provocando que ría y luego le entregué a Melody.
-¿Qué sucede?
-Estoy mareada-respondí. -Siento que mi cabeza va a explotar.
-Toma asiento-ordenó.
-No-dije. -Ya estoy bien, ya estoy bien.
-Necesitas estar tranquila.
-¡Lo estoy!-grité. -Mira, estoy tranquila.
-Ve a acostarte un rato más. 
Negué. 
-Te lo estoy ordenando, Amelia.
-Te detesto-dije. -Pero eres totalmente irresistible, iré a acostarme un rato más. 
Sonrió y tomó mi mano para acompañarme hacia nuestra habitación. 
Narra Laurence.

Family And Problems||•Omelia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora