Capítulo 43|"Caminos divididos nuevamente"

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Narra Laurence. 

Mientras preparaba algo para merendar, Noah tomó asiento a mi lado y me observaba atentamente.
-He olvidado dónde queda el baño-dijo.
Reí.
-Aquí hay uno-dije.
-¿Pero en dónde?-preguntó.
-Ven-sonreí y tomé su mano.
Caminamos hacia el baño y lo esperé fuera, él me lo había pedido.
Luego ambos regresamos a la cocina y continué concentrada en la receta de mamá para preparar un pastel.
-¿Por qué Melody es bebé?-preguntó.
-Porque nació hace algunos meses-respondí. -Hace seis meses.
-Pero yo quería jugar con ella, correr y poder ser un príncipe para rescatarla de los monstruos.
Sonreí. Me fascinaba ese niño, todo de él me parecía lindo,  adoro a los niños pequeños. 
-Cuando ambos tengan la edad suficiente serás ese príncipe que puede rescatarla, mientras tanto necesito que tomes asiento a mi lado. No puedo perderte de vista. 
Asintió y regresó a su silla.
-¿Te gusta el chocolate?-preguntó.  -A mí me fascina, pero sólo probé una vez.
-A mí no me agrada mucho-respondí. -Es raro. Si quieres puedo preguntarle a Amy, puede que luego te deje comer chocolate.
Sonrió emocionado, algo que logró sacarme una sonrisa también. 
Pero lo bueno dura poco tiempo, y lo comprobé cuando la puerta principal se abrió dejando ver a mamá con un aspecto distinto, estaba enfadada y las lágrimas recorrían sus mejillas sin parar.
Papá estaba detrás de ella también,  aunque él intentaba conseguir su atención, no podía,  creo que nadie podía conseguir su atención en ese momento.
-Noah-susurré al ver que él observaba lo mismo que yo.
-¿Qué sucede, Laurence?
-Ven, vamos a jugar a mi habitación-sonreí.
Tomé su mano y ambos subimos,  una vez que llegamos a mi habitación cerré la puerta y me encargué de entretenerlo a pesar de las discusiones de mis padres, que al parecer olvidaban que habían adoptado a un niño pequeño y elevaban su tono de voz.
Tommy no estaba en casa, él y Emilia habían decidido ir de compras.
Melody dormía, o al menos antes de que mis padres lleguen a casa y la paz del lugar se acabe, dormía. 
-¿Por qué Amelia lloraba?-preguntó.
-Porque Owen y ella están teniendo algunas diferencias-expliqué.  -No es nada, tranquilo. 
-¿Quieres mis audífonos?-pregunté. -Puedes escuchar música ¿Alguna vez te dije que amo escuchar música?
Sonrió y asintió.
Decidí dejarlo allí escuchando música y me dirigí hacia la habitación de mis padres. 
-Disculpen-dije logrando llamar la atención de ambos. -Pero Noah es un niño pequeño, Melody es una bebé que aún duerme, milagrosamente.
Ambos se observaron,  supongo que avergonzados,  y continué hablando:
-Por lo tanto, los invito a retirarse de aquí,  pueden pelear donde ustedes deseen, pero no aquí-suspiré. -¡No donde hay dos niños pequeños!
-Puedo explicarte-dijo mamá, quien recibió una mirada fulminante por parte de papá. 
-Yo puedo explicarte-dijo éste último. 
-No me deben explicaciones a mí-dije. -Ustedes si quieren pueden explicarse todo de principio a fin, pueden ser hirientes el uno con el otro,  o lo que deseen. Pero bajen el tono de voz, no quiero oír sus discusiones, no me interesa.
Avancé algunos pasos y tomé en brazos a Melody, luego regresé con Noah, quien me esperaba hace algunos minutos.
-¡Me encanta la música,  Laurence!
-Genial-sonreí intentando darle atención, aunque no podía,  no cuando mis padres estaban en el cuarto de al lado hiriendo sus sentimientos.
Narra Amelia. 

Todo se había destruído cuando decidí visitar un cuarto de descanso para dormir, al menos durante mi tiempo libre, y del otro lado encontré a Carina DeLuca besándose con Owen.
No quería oír ningún tipo de explicación,  estaba dolida, creo que eso estaba más que claro. 
Podía hablar con cualquier persona, nadie me haría cambiar de opinión,  quería estar alejada de Owen. 
-Sólo vete-dije.
-Créeme,  puedo explicarlo. 
-Créeme,  no quiero oír tus explicaciones,  ni las de Carina, ni las de nadie. Sólo hazme un favor y vete.
No dijo nada. Desistió. Nuestro matrimonio había acabado aquí,  quizá. 
Si alguien o algo me hubiese dicho cuando desperté que esto iba a suceder creería que miente, porque Owen y yo estábamos realmente bien al despertar.
Cruzó la puerta, dejándome un inmenso dolor, porque él seguía siendo todo para mí.
Aunque, el odio comenzaba a apoderarse de mí.
-Laurence-dije cuando me sentí más calmada. Estaba frente a la puerta de su habitación,  esperando una respuesta de su parte.
-¿Qué quieres?-preguntó distante cuando estaba frente a mí.
-¿Podrías cuidar de ellos dos?-pregunté.  -Necesito tomar aire.
-Por supuesto-respondió y luego me observó,  intentaba analizarme,  conocía todas sus miradas. 
-¡Amy!-exclamó Noah al percatarse de mi presencia.
-Hey pequeño-sonreí cansada y lo aferré a mí.
Con sus pequeños brazos rodeó mi cuerpo y cerró sus ojos mientras me abrazaba. Sonreí.
-No tienes que llorar-dijo. -Porque si lo haces los monstruos podrán ganarte. 
-¿Quiénes son los monstruos?-pregunté admirando su inocente sabiduría. 
-No lo sé-confesó. -Tú sí lo sabes. Eso me decía Nana.
Sonreí. Nana era una de las encargadas de Noah en el hogar de niños.
-Saldré un instante-sonreí. -¿Sí?
-No-dijo. -Por favor, no quiero que te vayas. 
-Está bien-reí. -Voy a quedarme aquí. O puedes venir conmigo.
Sonrió emocionado y salió corriendo.
-¿Vienes?-pregunté a Laurence. Estaba seria y eso me daba miedo, ella siempre preguntaba el motivo de nuestra pelea,  pero esta vez estaba enfadada.
-No-respondió. -Voy a quedarme aquí y cuidar de Melody. Suerte con el paseo.
Besé su mejilla y fui en busca de Noah,  que me esperaba en el living con entusiasmo.
Narra Tommy.

Emilia y yo habíamos decidido ir de compras, pero también queríamos hablar.
Ambos estábamos al tanto de que lo nuestro no sería lo mismo cuando yo vaya a la universidad.
-Podemos ser amigos-propuso.
-¿Amigos que se besan?-reí. -Es raro.
-Pero podemos serlo-propuso.
-Sí-respondí. -Podré venir a visitarlos cada un tiempo.
-No me interesa-dijo. -No seguiremos teniendo una relación mientras estés lejos,  no es que no confíe en ti pero todo puede suceder.
Sonreí y asentí.
-Supongo que somos amigos entonces-dije. -Entonces, amiga, ¿Dejas que bese tus finos y suaves labios?
-Por supuesto, amigo-dijo divertida.
Había sido un largo día,  estaba exhausto, así que acompañé a Emilia a su casa y luego regresé a la mía. 
-Hola-dije y besé la cabeza de mamá. Hoy no la había visto, tampoco a papá. 
-¿Papá regresa tarde hoy?
-Tu padre y yo peleamos-dijo. -Y se fue de casa.
Observé sus ojos azules, que estaban cristalizados, y sólo pude abrazarla.
Fue un impulso, pero supuse que necesitaba un abrazo para sentirse acompañada.
-¿Quieres decirme qué fue lo que sucedió?-pregunté.
-No-respondió. -Ambos fuimos culpables, eso tienes que saberlo.
Asentí confundido.
-Estoy algo cansada-dijo. -¿Podrías encargarte de la cena? Iré a tomar una ducha.
-Voy a pedir pizza-reí.
Rió y me dejó solo, en el living, intentando descifrar por qué habían peleado.
Es que, nada había sucedido con ellos dos, siempre nos demostraron lo cariñosos que eran, siempre papá cuidó de mamá y mamá de él. 
Nada se me ocurría,  porque no podía creer que habían peleado, a pesar de ser algo común para mí no lo era. Porque ellos hace tiempo no peleaban así, con uno de los dos abandonando la casa.
Narra Owen.

Era increíble. Carina me había tendido una trampa, me llevó engañado al cuarto de descanso y me besó justo cuando Amelia estaba frente a nosotros.
Era extraño,  Amelia justo en ese momento estaba allí,  y no entendía aún cómo había llegado.
Yo no tenía intenciones con Carina, jamás la vi como algo más que colegas.
Pero, al parecer,  ella sí tenía intenciones conmigo. Aunque jamás,  por mucho que ella lo desee, estaríamos juntos. Porque mis ojos sólo podían observar con segundas intenciones a Amelia, ella era la mujer de mi vida.
Mi cerebro aún no lograba procesar todo lo que había sucedido, Amelia me odiaba y en su lugar también me odiaría.
Todo esto me hacía recordar a una situación que habíamos vivido hace casi un año, cuando el ex esposo de Teddy se aprovechó de ella y la besó,  logrando que tomemos distancia.
Detestaba estar lejos de Amelia, detestaba nuestras discusiones con todo mi ser.
Mi nuevo hogar, al menos hasta que todo vuelva a la normalidad, sería la casa de Jackson Avery. Uno de mis mejores amigos. 
Sería el lugar donde pasaría las noches, al menos hasta que Amelia y yo recuperemos nuestra relación. 
No me iba a dar por vencido con ella, porque ella era el amor de mi vida y jamás podría darme por vencido si se trataba de ella o nuestros hijos. 

NO ME ODIEN, NO ME ODIEN, NO ME ODIEN,  NO ME ODIEN.
Bueno corazones,  acá les dejo otro capítulo de esta historia, espero que les haya gustado (a pesar de lo que sucedió) y que sean pacientes.
¿Qué piensan de este capítulo? ¡Los leo!
(NOAH ES DEMASIADO TIERNO😍)

Family And Problems||•Omelia•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora