Laurence.
Llegamos a casa luego de nuestra cena en McDonald's y me dirigí rápidamente a mí habitación.
Sentí náuseas pero las ignoré, no tiene nada malo comer una hamburguesa.
Respiré profundamente conteniendo las ganas de vomitar que aumentaban cada vez más y sonreí victoriosa al lograrlo.
Pero después recordé:
Si engordaba, iban a verme como la típica chica obesa en el instituto.
Si bajaba mucho de peso iba a ser el esqueleto.
De ninguna manera iban a verme bien.
Me contuve quince minutos, hasta que no pude más y corrí hacia el baño para enterrar mis dedos hasta lo más profundo de mi garganta.
Vomité todo lo que pude. Esta vez, para mi suerte, nadie lo vio.
Sé que esto me está haciendo daño, juro no volver a hacerlo.
Salí de allí, algo débil, y tomé un vaso con agua.
Me recosté sintiendo paz interior y cerré mis ojos intentando conciliar el sueño.
Desperté sobresaltada al oír la puerta de mi habitación abrirse.
-Duerme un tiempo más si quieres-mamá rió. -Sólo venía a decirte que hoy tienes una cita con Robert.
-Es domingo, no quiero verlo hoy.
-Lo siento, no te estoy preguntando si quieres o no-respondió.
Suspiré pensando en que no me haría mal hablar con él. Tuve una recaída y él podría ayudarme.
Claramente no le diría la verdad sobre lo que pasó anoche, sería humillante.
Me preparé para bajar a desayunar y allí estaba papá.
-Hey, pa.
-Princesa-dijo besando mi frente.
-¿Qué vamos a desayunar hoy?-preguntó mamá.
-Yo nada-respondí.
Me observó fijamente durante unos instantes y finalmente aceptó.
Tomé mi celular y vi dos llamadas pérdidas de Tommy.
Marqué su número y al instante respondió:
-Laurence...
-¿Qué sucede?.
-Acabo de perder mi virginidad.
-¿Que hiciste qué?-pregunté desconcertada.
-No le digas a nadie, pero sí. Fue asombroso.
-Sin detalles, Tommy-reí. -Supongo que debo felicitarte.
-Oh, no lo hagas, es vergonzoso. Sólo quería que lo sepas.
-Me alegro por ti, en serio.
-Suerte con Robert.
Finalicé la llamada y sonreí, Tommy ya no era tan pequeño.
-¿Por qué sonríes tanto?-preguntó papá.
-Virginidad-respondí sin pensarlo.
Mamá me miró divertida y papá de ahogó con su café.
-Quise decir: Libertad.
-¿Libertad?.
-De expresión. Acepten que si sonrió es porque estoy feliz-reí.
El señor Robert hoy estaba de mal humor, lo noté apenas lo vi.
Yo tampoco quería estar aquí un día domingo, no era el único que estaba de mal humor.
Ignoré su seriedad y tomé asiento.
Owen.
-Laurence hoy dijo virginidad-hablé mientras Amelia se sentaba a mi lado.
-Vamos, Owen. Ambos sabemos que Tommy perdió su virginidad anoche. Era el único que no estaba en casa y el celular de Laurence no paraba de sonar con llamadas de él.
Sonreí negando con la cabeza.
-Aún no puedo creer que estén tan grandes. A veces, parece mentira.
-Yo tampoco puedo creerlo. Crecieron más rápido de lo que esperábamos.
Besé su frente y la aferré a mí.
-¿Crees que Laurence sigue siendo virgen?-pregunté.
-Oh, créeme que sí. He hablado con ella unas cuántas veces acerca de eso.
La miré fijamente y sus ojos parecían decir la verdad.
Amelia suele cubrir sus acciones a veces.
Cuando Laurence salió de allí dentro, vino directamente hacia nosotros.
-Tommy quiere que vayamos por él. Está en casa de Elliott.
-Allí lo llevé hace dos noches-dije.
Laurence me miró nerviosa y comenzó a caminar hacia el auto.
-Definitivamente es lo que pensamos-Amelia rió.
-No creo que haya perdido su virginidad. Estaba en casa de un amigo no de una amiga...
Amelia se colocó sus lentes de sol y caminó al igual que Laurence hace unos instantes.
¿ qué estaban ocultando ahora?.
Fuimos por Tommy y luego regresamos a casa.
-No puedo creer que tengo tanta tarea-dijo Laurence.
-¿Necesitas ayuda?.
-Claro que sí. En francés no me va muy bien...
-Odio francés-dijo Tom.
-Oigan, es una linda asignatura-agregó Amelia.
Pasamos lo que quedaba del domingo ayudando a Laurence y luego cenamos.
-Debo hablar con ustedes-dijo Tommy.
Laurence parece haber entendido todo; se levantó y se fue a su habitación.
-Habla.
-Perdí mi virginidad-soltó. -Con un chico.
Lo miré incrédulo y luego a Amelia.
-Sí, pa. Soy homosexual.
Respiré profundamente.
-Está bien si te hace feliz.
Amelia sonrió orgullosa al oír lo que dije y suspiró.
-Te felicito, amor-dijo besando su cabeza.
-Al igual que yo-sonreí y lo abracé.
Me sentía orgulloso de él. Su felicidad era mi prioridad.
Laurence apareció en la cocina y se abalanzó sobre él besándole la cabeza y la cara.
-Dije que en algún momento serías una persona activa en la vida sexual y dejarías de recurrir a la masturbación.
-¡Laurence!-dijo Tom avergonzado.
Negué con la cabeza y no pude evitar reír.
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Y acá, doy por finalizada mi mini maratón.
3/3
Este fue medio aburrido pero bueno.
Laurence y su recaída me preocupa. ¿A ustedes?.
Gracias por leer :)
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Family And Problems||•Omelia•
FanficAmelia Shepherd y Owen Hunt. Un matrimonio feliz, con dos hijos adolescentes y su vida prácticamente formada. Sus hijos ya no son tan pequeños como antes, deben adaptarse y acompañarlos en cada paso que dan.