2 semanas después.Narra Jenny.
Observo a Jamie jugando con sus amigos de la escuela. Están aquí en mí oficina porque les prometí que después del trabajo los llevaria a una dulceria para comprar diferentes dulces y haremos una pijamada esta noche en mí casa.
Hace una semana que volvimos a Argentina. Quiza se pregunten por James, pero realmente entre el y yo ya no sucedió nada. Después del día que le di una cachetada, se limito a ir a ver a Jamie, llevarlo a pasear y ahorita no puede verlo porque ya nos hemos regresado a nuestro hogar.
Mí celular me saca de mis pensamientos y suelto un suspiro, veo la pantalla y es una llamada de Sandra.
- Buenas tardes bonita. - Dice en cuanto tomo la llamada.
- Hola flaca. ¿Qué sucede?
- No tengo nada que hacer hoy ¿Paso por ti y vamos por un café? - Pregunta y puedo imaginarme la sonrisa de inocencia que suele poner cuando me pide algo.
- Me gustaría pero no puedo hoy.
- ¿Qué? ¿Qué puede ser más importante?
- Jamie tiene invitados, iremos por dulces y haremos una gran pijamada en mí casa. Puedes venir sí quieres.
- Suena muy buena idea, llegaré a tú trabajo en un rato.
- Con cuidado. - Sandra me manda un beso y cuelga la llamada.
Levanto la mirada al ver a Mari parada en la puerta, su cara no es nada animada.
- Adelante Mari. - Digo y asiente.
Jamie se acerca a darle un beso, el piensa que cada que alguien entra a mi oficina debe saludar aunque sea la misma persona.
- Te han llegado estos papeles, llevare a los niños a la fuente para que puedas verlos con tranquilidad.
- ¿Es algo malo? - Digo tomando el folder.
- Deberías verlo.
Asiento y Mari se lleva a los niños a la pequeña fuente que tenemos en recepción.
Abro el folder en cuanto Mari sale y comienzo a leer los documentos. Cierro los ojos al ver que es una demanda que ha hecho James para pelear por la custodia de Jamie.- ¡Maldita sea! - Grito molesta.
Comienzo a leer los papeles más detalladamente y de estar en México para dentro de una semana.
■■■■
Camino detras de los niños mientras ellos eligen todos los dulces que quieren.
- ¿Qué piensas hacer? - Pregunta Sandra a mi lado.
- ¿Qué puedo hacer? No tengo muchas opciones. De entrada tengo que estar en México en una semana.
- Nunca pensé que llegarían a esto.
- Yo menos, no le he negado estar con Jamie jamás.
- Igual no importa nena, tu sabes que en mí familia todos somos abogados. Tu dime y cualquiera estará a tu disposición.
- Gracias Sandra, eres un gran apoyo en este momento. - Digo abrazandola pero el sonido de mí celular me distrae.
Veo una llamada entrante de Leila y respondo de inmediato.
- Hola Leila. - Respondo.
- No había tenido tiempo de llamarte porque tenía mucho trabajo pero ahora tendré mucho tiempo. Bueno no importa ¿Cómo estás? Hoy en la mañana me enteré de lo que hizo James. Por favor dime que ya huiste de Argentina y estás en China o algo así.
- ¿Por qué estás hablando tanto? Ni siquiera puedo procesar lo que dices. - Respondo riendo.
- Perdón, estoy nerviosa.
- ¿Por qué? Y como es eso de que ya vas a tener mucho tiempo ¿Qué hiciste?
- Renuncie, le renuncie a James en cuanto me enteré de la demanda.
- Leila, sabes que te amo con todo mí ser, pero no tenías que renunciar a tu empleo solo por eso.
- Es que simplemente no estoy de acuerdo con lo que hizo, solo se esta dejando llevar por el coraje.
Sandra me hace señas de estar completamente de acuerdo con lo que Leila esta diciendo.
- Yo lo sé, pero ya lo hizo y no hay vuelta atrás. Solo me queda luchar por mi hijo y esperar a ver que pasa.
- De todas maneras avisame lo que necesites. Estaré esperandote aquí en México, te puedes venir a quedar a mí casa mientras tengas que estar aquí.
- Muchas gracias amiga, no sabes cuanto valoro todo lo que haces por mí.
- Llámame cualquier cosa, te amo.
- Te amo. - Respondo y Leila cuelga la llamada.
Pago los dulces y salimos de la dulceria. Subimos a los niños a la camioneta.
- Su cara no refleja felicidad. - Dice Ismael.
- No es tan fácil en este momento Ismael, pero poco a poco. - Digo aguantando las ganas de llorar.
- Vos sos más fuerte de lo que crees. Yo la vi llegar sola y perdia. Pero también la he visto crecer y luchar por su hijo sin parar. Quizá su único error fue no decirle al papá de la existencia de Jamie pero no sos una mala madre.
- Muchas gracias Ismael. - Digo llorando y lo abrazo.
- Venga, la pijamada los espera. Disfrute está noche con su hijo y olvide los problemas.
Asiento dándole una sonrisa y subo a la camioneta de copiloto. Sé que esto va a ser muy difícil pero no puede ser imposible.
ESTÁS LEYENDO
Siempre Fuimos tu y yo. (COMPLETA)
Romance¿Cómo sabes que es el amor de tu vida? ¿Cómo puedes estar segura de que no te harán daño? ¿Cómo sabes que te estas entregando a la persona correcta? Son preguntas que no tienen respuesta, pero bien se sabe que el que no arriesga no gana. Y aunque e...