Pov Lauren.
Me encontraba en mi oficina revisando los últimos informes financieros de la empresa, no estábamos mal, de hecho habíamos subido 10% de los ingresos en el mes.
Apenas hoy habíamos vuelto a trabajar y necesitábamos ponernos en acción cuanto antes para no bajar los ingresos.
Sé que debería estar súper concentrada en esto, pero no puedo, no puedo dejar de pensar en el beso con Camila, sus labios no quieren salir de mi cabeza, aunque para ella yo lo olvide después de separarnos del beso, bueno en realidad ambas lo hicimos, hicimos de cuenta que ese beso nunca ocurrió, quiero decir no fue como que alguna de nosotras le haya pedido a la otra que lo olvidara, simplemente no hablamos de eso, ese día el camino a casa fue un poco incómodo de mi parte porque no sabia que iba a pasar después, tenia miedo de que ella me dijera que fue un error o algo así, pero gracias al cielo o a la vida, Camila no cambio en nada conmigo, aun seguimos durmiendo en la misma cama; desayunamos, almorzamos y cenamos juntas, hablamos sobre cualquier tema, vemos películas en la cama o sofá mientras comemos palomitas, lo único que cambio es que ahora cuando le veo los labios pienso en besarla y creo que a ella le pasa lo mismo también.
— ¡te odio! — gritó Normani mientras entraba agresivamente a mi oficina, Yomaira venia detrás de ella con cara de preocupación.
— lo siento Lauren, intente detenerla pero no pude — dijo mi secretaria al borde de una crisis nerviosa.
— no te preocupes Yomaira, yo me encargo, puede retirarse — le dije amablemente, ella solo volvió a murmurar otra vez que la disculpara y salio de la oficina con la cabeza gacha — ¿qué paso Mani? ¿Por qué casi haces que le de un infarto a mi secretaria? — pregunte tranquila.
— ¡oh no, nada de mani! Para usted soy la señora Kordei de Hansen — dijo ofuscada.
— ¿ya qué esta pasando? Creí que la neurótica dramática era Dinah, no tú — le dije seria.
— ¡No ofendas a mi mujer! Mejor explicarme tú ¿por qué mierda no fuiste a la cena que Dinah y yo te invitamos? Quería conocer a Camila ¡maldición! — si creo que esta un poquito enojada.
— ahhh bien te contare, solo te advierto que es una historia muy larga — dije entrecerrando los ojos.
— oh, descuida, tengo todo el tiempo del mundo, ayer Dinah y yo lo hicimos tantas veces que creo que no me necesitara en unas horas — dijo guiñandome el ojo. Así es como se tranquiliza al monstruo, un buen chisme.