Pov Lauren.
Me encontraba en el pasillo de la habitación de Mani del hospital general, tenia los nervios de punta y el bendito doctor no salia a decirme si Mani estaba bien. De camino aquí le llame a Dinah y vaya mierda, la pobre se oía más asustada que un pavo en navidad. Me grito que venia para acá, eso fue hace unos 10 minutos.
- por favor, que ellos estén bien - imploraba con las manos en mi cara, la sola idea de que Mani perdiera al bebé me tenia al borde del colapso, por un momento me imagine que era Camila la que estaba ahí adentro y mi corazón se rompió en mil pedazos, las lágrimas corrían libremente por mis mejillas mientras temblaba violentamente.
- ¿Lauren? - escuche que alguien grito, vi a Dinah correr por el pasillo, cuando estuvo cerca de mi se detuvo abruptamente - no...no...Lauren...dime que no Lauren - dijo Dinah suplicante, mientras caí llorando al suelo, creo que al verme en este estado pensó lo peor.
Corrí rápidamente hacia ella y la envolví en mis brazos, ella metió su cara en mi cuello y lloró como una niña pequeña.
- dime que están bien - suplico entre hipidos.
- no lo sé, aun no han dicho nada - dije luego de respirar profundamente para poder hablar.
- ¡no es justo! - grito Dinah - ¿sabes cuanto intentos hicimos para salir embarazadas? Maldita sea Lauren, no puedo perderlos, no puedo perderlo - dijo llorando violentamente.
- lo siento, fue mi culpa, lo siento - dije sintiéndome culpable por verla en ese estado. Sentí como su cuerpo se tenso.
- ¿de qué hablas? - pregunto separándose de mi rápidamente.
- por mi culpa Mani se desmayo yo... - intente explicar pero ella se levanto rápidamente y se limpio las lágrimas.
- levantate - dijo con los dientes apretados. Yo me levante y me le acerque un poco
- yo...- un golpe en el ojo me interrumpió, caí estrepitosamente al piso, sentía que el pómulo me hormiguieaba y me punzaba.
- ¡eres una maldita mierda! - me grito y me levantó por las solapas de mi chaqueta, me estampó contra la pared - escuchame bien, si Mani pierde al bebé ¡a mi bebé! Te matare, tiraré tu cuerpo al océano para que los tiburones te devoren - me dijo, vi ira en sus ojos, vi que decía la verdad - el maldito contrato se rompe ahora mismo - dijo tirandome al suelo. Podía defenderme, aprendí karate hace tiempo, pero sabia que me merecía esto, así que deje que me golpeara y si me iba a seguir golpeando, también la dejaría.