~Imaginas y Reacciones. Kpop 2~

Rosé (BLACKPINK)

Era algo doloroso ver cómo ni siquiera podía alzar su mirada de la comida, hace cinco minutos removía un trozo de carne con los palillos dentro de la salsa. No podía seguir viéndola de esa forma.

—Creo que esa carne ya está bastante embadurnada en salsa, amor —dije tratando de aligerar el ambiente pero solo logré que, aún sin mirarme, llevara la comida a su boca—. Vamos, cambia esa cara.

—Es la única cara que tengo, Chaeyoung —replica con la voz baja antes de cerrar los ojos y frotar su rostro con sus manos—. Perdón, no quería sonar brusca.

Una mueca apareció en mi rostro cuando miré su mano puesta sobre la mesa y busqué de sujetarla, aunque dejó que lo hiciera sentí como se tensó con el contacto. Sin embargo fue obvia la manera en que ambas
suspiramos de alivio al tener los dedos entrelazados.

Con esta momentánea tranquilidad las dos volvimos a comer.

Vi como miraba con disimulo a nuestro alrededor, hábito suyo que sinceramente odio pues sé la razón. Y no es que me moleste con ella, en lo más mínimo, molesta con la situación que la ha hecho estar siempre
pendiente de todo lo que nos rodea.

Ella merece salir sin tener que preocuparse de que alguien la está mirando, y la gente debería solamente mirarla por ser hermosa, no por estar conmigo.

—Creo que es mejor que nos vayamos —escondió su suplica en una simple sugerencia. Seguramente cree que no me doy cuenta de las chicas que unas mesas lejos de nosotras nos toman fotos.

Claramente asentí dejando los palillos cruzados sobre la mesa y tomando el abrigo de la silla, ella hacía lo mismo que yo pero bastante más rápido y sus manos temblaban. Había sido una muy mala idea dar la noticia tan rápido.

Sin importarme quien nos estuviera mirando tomé su mano con fuerza caminando un poco más rápido de lo que quería. De igual manera escuché unos pasos siguiéndonos.

— ¿Ustedes de verdad están saliendo? —escuché una voz femenina a nuestras espaldas y aunque yo estoy acostumbrada a ignorar las preguntas de las personas en la calle, ella no lo está y se giró a encararlas.

En el interior sonreí al verla tan valiente.

—Sí, ¿por qué? —dijo sin soltar mi mano aún cuando temblaba.

—Están enfermas, es completamente antinatural —empezaba a replicar bastante rápido aún cuando su compañera, al parecer su hermana menor, trataba de convencerla de irse en ese momento.

Sentí asco cuando dijo eso, tal vez el mismo asco que escupió ella en cada palabra, sobretodo en la última. Y claro que quise reclamarle, gritarle y tal vez llegar a golpearla, lastimarla por lastimar a mi princesa, pero
también recordé la frase que siempre nos dice el mánager: “Una cámara siempre estará apuntando hacia ti esperando que hagas algo estúpido para hundirte”

No me rebajaría a su nivel por lo que apretando el agarre la jalé tras de mí para dirigirnos al auto. Estaba que echaba humo por las orejas y ella se dio cuenta de eso pues no dijo palabra alguna ni siquiera cuando
ambas estuvimos dentro del vehículo, entonces mientras lo encendía vi como dos siluetas se acercaban con rapidez al auto. Eran las mismas chicas aunque la menor en realidad tomaba la mano de la otra tratando de
detenerla.

—Quiero atropellarla, pasarle por encima una y otra y otra vez —solté apretando el volante  con ambas manos.

—Atrás instinto homicida —murmuró tratando de bromear pero se encontraba muy seria.

Haciéndole caso y alejando las ganas de asesinarla vilmente arranqué el auto alejándome de ellas saliendo del estacionamiento y dejando todo el drama atrás, pero toda la tensión dentro del auto.

El viaje era completamente silencioso de parte de ambas, solo se escuchaba en un volumen muy bajo una canción en la radio que ninguna de las dos se molestaba en cambiar. Odio las situaciones así, odio el hecho de que hayan arruinado nuestra cita, odio no estar hablando alegremente con ella, pero más que todo me odié a mi misma al ver como llevaba con rapidez su mano a su ojo para evitar que yo viera como salía una lágrima.

No debí meterla en todo esto.

Me di cuenta que se asustó cuando llevé de repente el auto al borde la carretera. Debí hacerlo pues no podía conducir en una transitada autopista con los ojos llenos de lágrimas.

[…]

—Lamento todo esto —sollozó dejando salir el llanto contenido cuando el vehículo se detuvo por completo alertando de inmediato a la otra chica pues no se lo veía venir en lo absoluto—. Es mi culpa haberte metido en esto.

Lloraba con la cabeza metida en el volante pues no se atrevía a verla al rostro mientras ella lo único que podía hacer era sobar su espalda tratando de encontrar las palabras correctas aunque dudaba que en realidad
hubiera algo completamente correcto que decir.

Ambas sabían que el momento de quiebre de alguna se daría pronto, desde que se dio la noticia de que ellas dos en lugar de ser amigas, como siempre se había dicho, eran en realidad una pareja, todos sabían que no
muchas personas recibirían bien esta información. Sin embargo nunca hablaron de eso.

—No mereces esto, mereces tener una relación normal con quien salir sin que las personas estén sobre ti —decía entre hipidos logrando que la chica estuviera también al borde de las lágrimas.

— ¿Sabes? Vivo en Corea y me gustan las chicas, nunca tendré una relación supuestamente normal —dijo en voz baja, sin saberlo la otra sonrió levemente ante su frase—. Además yo no quiero algo normal y aburrido,
yo te quiero a ti.

—Yo soy normal y aburrida —aseguraba levantando su rostro dejando al aire sus lágrimas que la otra no se tardó en limpiar con su manga.

No dijeron nada ninguna de las dos mientras se miraban a los ojos. Cualquier drama, tensión o inseguridad se disolvió en ese momento, nada de eso importaba cuando se tenían la una a la otra, ambas deseaban poder quedarse ahí por siempre encerradas en su burbuja personas sin tener que temer de nada ni de nadie, demostrar su amor sin todos los prejuicios que abundaban en su alrededor.

Ellas se amaban con locura, ¿por qué eso es un problema para las personas?