Segunda parte del libro de reacciones e imaginas porque imaginar sigue siendo gratis y sigue tratándose de Kpop por lo que es aún mejor.
~Pedidos completamente abiertos~
Portada hecha por: @softlyoonie
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(Si leen con este Chan en mente, llorarán de amor)
Dalkom siempre había tratado de mantener toda su vida bajo control y lo podías notar a simple vista; su uniforme siempre impecable, todos sus cuadernos pulcramente identificados y su estricto horario de estudio. Todo perfecto en cada momento, incluso su propia personalidad tranquila e inmutable le otorgaba el título de "Perfección Andante".
Hasta que un día se chocó con la persona que traería el caos a su perfección, y chocó en el sentido más literal de la palabra.
Cada quien estaba en su mundo, por un lado la chica iba caminando con su celular en una mano y con la otra mantenía el pequeño cartón de leche de fresas junto a sus labios, y por otro lado se encontraba un escandaloso grupo de amigos que venían corriendo y riendo entre sus bromas, hasta que, luego de una partida de piedra, papel o tijeras, Jisung corrió junto a Chan robándole el celular de sus manos para huir con este.
Todos se esperaban un regaño o un grito, no que empezara a correr detrás de él, causando que el resto de los chicos comenzaran a reír por los gritos de auxilio del menor.
— ¡Dame eso! —exclamó saltando sobre la banca que Jisung acababa de rodear, sin poder evitar reír ante el chillido que soltó.
— ¡Va a matarme, va a matarme, va a matarme!
Justo entonces cruzó por la esquina rodeando hábilmente a la chica, quien gruñó por la interrupción, pero Chan no tuvo la misma suerte. Estaba demasiado enfocado en Jisung como para ver a Dalkom que venía en su celular chocando de frente con ella, lanzando al suelo a la chica con su celular y el cartón de leche.
El pobre quedó boquiabierto mirándola en el suelo, justo antes de espabilarse y extender su mano para ayudarla.
—Oh por Dios, ¿te encuentras bien? ¿Te lastimaste? —comenzó a preguntar apresurado buscando con su mirada alguna herida o raspón— Lo siento, fue tonto de mi parte no fijarme por donde iba, lo lamento.
Ella, aún sin levantar la mirada, tomó su celular del suelo para cerciorarse de que su pantalla estuviera intacta, respirando hondo para calmarse antes de soltarle el reclamo de su vida a aquel chico.
Solo que las palabras no lograron salir de su garganta en el momento en que visualizó el rostro del chico, cuando vio a BangChan tan cerca de ella con su cabello rubio todo alborotado por la carrera. Todo el ímpetu que tenía para reclamarle se quedó atascado disolviéndose en un suspiro.
Todas sus alertas se encendieron al sentir su mano sujetando su muñeca para ayudarla a ponerse de pie, ¡estaba segura que notaría su pulso acelerado!
—Estoy bien —masculla sacudiendo su falda como una excusa para soltarse de su agarre.
— ¿Segura? Porque podemos ir a la enfermería e iré a comprarte otra leche como tiré...
