Segunda parte del libro de reacciones e imaginas porque imaginar sigue siendo gratis y sigue tratándose de Kpop por lo que es aún mejor.
~Pedidos completamente abiertos~
Portada hecha por: @softlyoonie
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Quien quiera que hablara de la hija menor de los doctores Kim podría usar palabras como “tonta” “desdichada” e “inmadura”. Dejar a un, según todo el mundo, completamente perfecto partido por salir con un idol; comparaban la estable situación de un doctor con la dramática vida de un idol.
Una terrible decisión; perder su empleo en el hospital, perder su apartamento pagado por sus padres, su auto, toda su vida era gracias a sus padres y de repente no lo tenía nada.
Pero no podían estar más equivocados, no había persona más feliz en el mundo que ella y su ahora esposo Jiyong. Sabían que lo único que necesitaban para estar bien era tenerse uno al otro, después de ellos no importaría nada más. Aunque claro que fue un gran escándalo que de un día a otro el afamado rapero fuera un hombre casado, no lo habían visto venir pues ni siquiera se sabía que estaba en una relación. Fue un BOOM cuando sin más un día aparecieron las fotos de su matrimonio, el cual para el resto del mundo fue muy bien aceptado. Se veían felices, ¿Quiénes eran ellos para juzgarlos?
En el instante en que juntos salieron de ese lugar como marido y mujer él supo que no dejaría nunca más que la familia de su princesa decidiera por ella cualquier cosa, tampoco quería que siguiera dependiendo de ellos para absolutamente nada. Ella misma tuvo que hacer un gran esfuerzo para que aceptara de siquiera dejarla ir a buscar sus pertenencias en la casa de sus padres a donde prácticamente se había mudado hacía un año.
Fue divertido ver como los chicos de iKON sacaban caja tras caja mientras Taeyang y Jiyong lucían como guardias de seguridad procurando que nadie de la familia Kim interrumpieran la mudanza. Estos dos aguantaban sus ganas de burlarse de las expresiones fruncidas que tenían los padres de la familia cada vez que pasaban casualmente por ahí para ver lo que estaban haciendo. Con seguridad fijándose de que no se llevaran nada de su pertenencia o que no hicieran algún vandalismo en la casa.
Todas y cada una de esas cajas fue llevada a la gran casa del rapero dejándolas arrimadas en la sala a la espera de que la pareja les buscara algún acomodo al contenido de estas.
— ¿Segura que no se te quedó nada? —preguntó casi con burla botando el resto del aire acumulado causándole la risa a la mujer.
—Lo siento, no pensé que fueran tantas cosas —confiesa sentándose en el suelo junto a uno de los montes abriendo una de las cajas—. Aunque mucho de esto pienso donarlo, es ropa que mis padres me hacían usar únicamente en las cenas con otros viejos doctores.
Sacó una especie de vestido gris algo aburrido y lo enrolló dejándolo a un lado viendo como Jiyong tomaba asiento en un sillón cerca de ella observando sus acciones sintiéndose de repente inútil al no saber cómo ayudarla, no entendía el método que usaba para poner una prenda a su derecha y la otra a la izquierda.
Veía todo un poco perplejo, como si en realidad no se encontrara ahí en ese momento.
Lo alertó la repentina risa de su esposa. Esposa, amaba decirle así.
