(LGBT+) Isaías ama la música, tiene un IQ por encima de la media y un talento abrumador para todo lo que haga, sin embargo, no tiene idea del rumbo que le quiere dar a su vida. Isaías ha vivido hasta ahora en un paraíso terrenal, rodeado de árboles...
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—¿Qué es esto? —Isaías observó una torre de libros en el departamento de Nicolás que parecía estar colocada de manera muy sospechosa en una caja cerca de la cama.
Al principio pensó que eran referencias o libros que había comprado para leer por el simple hecho de leer, sin embargo, cuando comenzó a hojearlos supo que había algo extraño en ellos.
Leyendo las sinopsis era obvio que todos giraban alrededor de romance barato.
La mayoría muy dados a tramas que contuvieran sexo por montones. Isaías abrió uno de ellos, tratando de descubrir que había dentro para que Nicolás decidiera comprarlos, sin embargo, lo único que hallo fueron escritos que rayaban en lo pornográfico y consiguieron que se avergonzara por lo explícito de todo aquello.
Isaías miró las tapas, luego revisó los demás libros y descubrió que todos pertenecían a la misma autora. Una sonrisa divertida se le escapó de los labios y por alguna razón los sacó de la caja y los acomodó por fecha de publicación. Quizás se debía a que Nicolás solía hacer hincapié en el hecho de que el primer libro de un autor casi siempre iba a ser su peor obra, pero trató de descubrir el progreso de aquella mujer.
Al principio ella escribió una novela sobre un profesor y una alumna teniendo sexo desenfrenado en casi cualquier lugar, luego había una saga de cuatro libros con temática de secretaria y jefe, dos de madre soltera, tres de chicas universitarias descubriendo el sexo, ocho de temática victoriana, una de una cafetería y otra de una pueblerina que viaja a la ciudad para cumplir sus sueños. Estos habían sido publicados más o menos en ese orden y se volvían un poco más gruesos con el paso del tiempo, lo cual no quería decir que la trama se volviera mejor, pero sí que aumentarían las escenas de sexo.
¿A Nicolás le gustaban ese tipo de libros?
Un poco confundido tomó uno al azar y empezó a leerlo. Cayó en uno de los victorianos.
Fue un poco sorpresivo que la escritura fuera tan buena, aunque en realidad la trama era muy simple y los personajes de verdad parecían vivir en el siglo pasado. De todas formas, se podía leer, aunque no tenía nada que pudiera atraer a alguien a comprar veinte libros de esta autora.
Tal vez el sexo excesivo era lo que lo había convencido. No estaba seguro.
—¿Que estás haciendo? —Nicolás se asomó por encima de la cama, mientras se secaba el cabello mojado y se acomodaba en el borde de esta.
En cuanto vio lo que sostenía en las manos, la sonrisa se esfumó de su rostro, en su lugar parecía bastante contrariado, como si quisiera arrebatarle el libro y al mismo tiempo tratara de mantener la apariencia.
—No sabía que te gustaran este tipo de lecturas —comentó, con una sonrisa en los labios, mientras examinaba el volumen de tapa dura. Incluso la edición parecía demasiado buena para el tipo de historia que contenía, lo que solo quería decir que se vendía muy bien.
