CepedaCuando entro a casa Roi me está esperando expectante, sabía mis planes para la tarde y lo nervioso que estaba por ello, también sabía que era importante para mi ese rato con Aitana. Está sentado en el sofá y ha dejado hecha cena en la cocina para que cenemos los dos juntos, así que cuando me ve entrar se levanta y se acerca a mi para, sin necesidad de palabras, hacerse una idea de cómo están mis ánimos.
Lo cierto es que desde la chica del flequillo abrió la puerta y la tuve delante la sonrisa no ha desaparecido de mi cara, y mi amigo se ha dado cuenta de eso.
-Muy mal no ha ido por lo que veo -me dice riendo- Menuda cara de bobo que llevas amigo.
Me río y miro al suelo con vergüenza, no pensaba que mi felicidad pudiera notarse tanto. Lo cierto es que es una felicidad a medias, obviamente lo de esta tarde ha sido absolutamente increíble y sigo flipando por los cojones que he tenido de lanzarme así, pero no se lo que siente ella y sigo teniendo miedo de que se arrepienta de lo que está haciendo, por eso al despedirme de ella he preferido no tensar más la cuerda por hoy y hablar con ella en frío para saber como va a seguir esto. Pero lo cierto es que me moría de ganas de volver a probar esos labios.
-Ha ido bien, la verdad, o muy bien, no sé.
-Anda siéntate y cuéntame -dice percibiendo mis dudas, una vez más sin necesidad de palabras.
Le cuento todo con pelos y señales y no se sorprende demasiado hasta que llega la parte más subida de tono y empieza a flipar con mi relato.
-Espera espera, ¿estamos hablando del mismo Luis Cepeda? -asiento con una sonrisa- ¿Desde cuando eres tan directo con una chica que te gusta?
-No sé Roi, fue un impulso, no pensé, mi cuerpo actuó solo.
-¿Y que es lo que te preocupa? Porque está claro que hay algo que no está bien -pregunta mi amigo.
-A veces la veo muy insegura, creo que tiene un lío en la cabeza importante y que yo no estoy precisamente ayudando a deshacerlo.
-Te lo dije ayer, ten paciencia y habla con ella, dejaos las cosas claras para que no haya más malos entendidos como el del otro día, a partir de ahí lo que tenga que pasar pasará.
Le di un abrazo a mi amigo. Podía ser bromista y destensar cualquier situación con algún chiste, pero cuando tenía que animarte de otra forma lo hacía, y te decía las verdades a la cara y por eso estoy tan feliz de que una persona como él sea un imprescindible en mi vida.
Después de estas palabras salgo a fumarme un cigarro y caigo rendido en la cama esperando que mañana nada haya cambiado.
Aitana
Me levanto con una sonrisa más grande de lo normal, con suerte no me cruzo con ninguna de mis compañeras y no hay posibilidad de que me tomen por loca. Me preparo lo más rápido que puedo ya que la puntualidad nunca ha sido mi fuerte y salgo hacia el conservatorio.
La primera clase que tengo hoy es coro así que entro en clase y noto la ausencia de Amaia. En parte lo agradezco porque siendo conocedora de donde iba la tarde de ayer lo primero que va a hacer es preguntar y no de una manera disimulada precisamente.
Cinco minutos después de haber empezado la clase tocan a la puerta y la chica de Pamplona aparece con cara de haber corrido por lo menos media maratón. Se disculpa por el retraso y se pone a mi lado. Su cara cambia al mirarme y ya se que no me voy a librar del tema.
-¿Vas a contarme como fue ayer? -me dice guiñándome un ojo.
-Estas loca, aquí no -le digo con un pequeño codazo- espérate al descanso.
ESTÁS LEYENDO
NUNCA PUDE REEMPLAZARTE
Любовные романыAitana no está pasando por su mejor momento. Sus padres se han separado y ella está un poco dolida con su madre, así que decide que hará la carrera alejada de su familia. Su destino será Valencia. Allí vive desde hace 3 años Luis, un chico amante de...