Capítulo 17

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Aitana

Sábado por la mañana. Uno cualquiera había pensado yo hace unas horas hasta que Miriam me ha recordado el importante acontecimiento de hoy.

Estos días habían ocurrido muchas cosas que me han hecho que se me olvide algo tan importante como que hoy voy a ver a mi ex en persona después de mucho tiempo. Estoy nerviosa, para que negarlo, pero también ansiosa por descubrir por fin el por que de esas ganas de verme.

Después de aquel día horrible en el que llamé a mi madre, seguí el consejo de Luis y hablé con mi abuelo. Aquella conversación no pudo reconfortarme más y mi abuelo consiguió tranquilizar la situación tanto en Barcelona como aquí en Valencia, consiguiendo que estuviera tranquila y con ayuda de mis amigos aquí me olvidé casi por completo del tema. Me dijo que estaba muy orgulloso de mi, no por haber elegido la música sino por haber elegido el rumbo que quería tomar sin ser influenciada por nadie. Lloré mucho después de hablar con él pero me reconfortó.

La relación con Luis no ha tenido muchos cambios desde aquella tarde perfecta. Hablamos largo y tendido hace dos días y quedamos como amigos hasta que pasara el día de hoy, ni él ni yo sabíamos que podía pasar después de que viera a Vicente. Él sabe que mi reacción es impredecible porque ni siquiera yo sé que voy a sentir al verle. Después de las sensaciones de hoy ya veríamos que pasaba.

He desayunado con Miriam y Ana en una cafetería del centro. Queríamos tener un rato para nosotras, para seguir conociéndonos y hablar de todo lo que nos preocupará con la confianza suficiente. El vínculo que estoy creando con ellas es muy especial y cada día me siento más cómoda viviendo con ellas, además nos complementamos perfectamente y son unas compañeras envidiables.

Ya es la una del medio día y hace una hora Vicente me mandó un mensaje diciéndome que estaba a mitad de camino y le mandé la ubicación de un centro comercial que quedaba al lado de la carretera de Madrid, al que yo llegaré en bus.

Acabo de recibir otro mensaje suyo en el que me dice que le quedan unos 45 minutos y yo le contesto con un vale. Ya estoy lista y ando un poco aburrida así que decido hacer una visita rápida a mis vecinos de enfrente. Es Roi quien abre la puerta y me recibe con un abrazo enorme. La verdad es que le he cogido mucho cariño a este gallego y estoy muy feliz de que la relación con aquella chica de la discoteca vaya por buen camino. Nos ha prometido presentárnosla esta semana.

Cuando entro en la casa Luis está recogiendo la cocina y al verme deja su tarea para venir a saludarme. Me abraza y me coge la cara para darme un beso en la mejilla. No puedo evitar que mi sonrisa de boba salga a relucir.

-¿Estáis muy tontos vosotros dos no? -interrumpe Roi.

-Cállate anda -le contesta Luis riendo.

Roi desaparece haciéndole burla a Luis como si tuvieran seis años cada uno.

-¿Estas nerviosa? -me pregunta.

-Un poco, pero necesito esa conversación, creo que me la merezco -digo convencida.

-Sí necesitas algo llámame ¿vale? -yo asiento y vuelve a abrazarme.

Me despido y voy a buscar a Roi para despedirme también. Después de darle un abrazo me acaricia el brazo con cara de preocupación.

-Aiti, no seas muy cruel con él si algo cambia esta tarde, por favor. Está ilusionado y no quiero que sufra otra vez -me pide para proteger a su amigo. Supongo que lo pasó peor de lo que me dijo con lo de Irene.

-Nunca le haría daño Roi, le tengo mucho cariño y aunque cambiaran las cosas con otra persona lo que me pasa con él seguiría igual.

Me vuelve a abrazar sin decir nada más y después me dirijo a la puerta para ir a la parada del bus. Cuando voy a abrirla noto que Luis se acerca a mi.

NUNCA PUDE REEMPLAZARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora