Capítulo 31

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Cepeda

Habría sido un 21 de noviembre normal si no hubiera sido por el mensaje que llegó a mi móvil a eso de las once de la mañana. Aún seguía temblando por el contenido de este aunque una hora después no me queden más lágrimas en los ojos.

Las últimas semanas he estado muy motivado y mi perfil de instagram ha sumado tres o cuatro vídeos más. La canción que le enseñé a Aitana en aquella noche mágica fue una de ellas y creo que fue ahí donde estalló la bomba. Los últimos días los comentarios se han multiplicado por tres y me llegan de todas partes mensajes preciosos de apoyo y admiración. Es algo muy raro para mi pero por otra parte me hace muy feliz saber lo que puedo llegar a hacer sentir a la gente.

Todas las personas de mi entorno me han hecho saber lo orgullosos que están de mi y hasta mi hermana se ha enterado. Me llamó hace dos días con lágrimas en los ojos al ver como mi sueño de siempre estaba un pasito más cerca.

Pero el mensaje de hace una hora sí que ha sido fuerte.

Uno de los vídeos era otra canción de Antonio José, al que admiro infinitamente, y el mensaje era suyo. ¡Me invita a su concierto! En el mensaje me explica que en dos días viene a Valencia con su gira y que le gustaría que cantara algo con él, que tengo mucho talento y le recuerdo a él cuando hace escasos años se intentaba hacer un hueco en el panorama musical. En ese momento empezaron a brotar lágrimas de mis ojos que no han parado hasta hace apenas diez minutos.

En el momento en que soy capaz de asimilar un poco lo que acaba de pasar pienso en Aitana, que anoche salió de fiesta con Amaia hasta las tantas y seguramente esté durmiendo, pero no puedo aguantarme las ganas de contarle esto así que salgo impulsivamente hacia casa de las chicas.

-¡Hombre Cepi! -abre Ana- Si vienes a buscar a la bella durmiente sigue siendo durmiente-me advierte.

No me da tiempo a contestar cuando Miriam aparece por detrás de Ana.

-Como tú por aquí -dice irónica sonriendo- pasa carallo.

Me adentro en la casa y sigo a las chicas al salón.

-¿Oye te pasa algo? Menudos ojos llevas -me dice Miriam.

-Es que me acaba de pasar algo increíble y me he emocionado un poco.

-¿Y a qué esperas para contárnoslo? -dice Ana emocionada.

-Que tú no lloras por cualquier cosa, debe ser muy fuerte -acierta Miriam.

Después de dar la noticia ninguna de las dos da crédito, Miriam empieza a gritar que la estoy vacilando y Ana se lleva las manos a la boca.
Al insistir varias veces por fin consigo que me crean.

-¡Luis Cepeda esto es muy fuerte! -dice la gallega lanzándose a mis brazos- ¡Madre mía como me alegro por ti!

En medio de ese abrazo que acaba convirtiéndose de tres, uniendo a Ana, aparece una personita con flequillo por el pasillo con los ojos casi cerrados todavía.

-¿Que os pasa? -pregunta con la voz ronca rascándose un ojo.

-Ay que ternurita -se acerca a ella Ana para dejarle un pequeño beso en la mejilla- Buenos días amor.

-Que tu novio es una estrella niña -dice Miriam y ella pone cara de no entender nada, cosa que me hace bastante gracia.

Yo estoy sentado en el sofá y viene a sentarse a mi lado para apoyarse en mi hombro y volver a cerrar los ojos. La miro y suelto una carcajada.

-Menuda resaca lleva esta -dice Miriam al verla.

-Ayer no bebí lista -le contesta sacándole la lengua- pero tengo un sueño que me muero. ¿Qué es eso de que eres una estrella?

NUNCA PUDE REEMPLAZARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora