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Una semana había transcurrido desde que entre a mi nueva etapa adulta, tan solo una semana y tenía una mezcla de sentimientos; feliz y emocionada porque la materia y la carrera me estaba gustando y agobiada porque sé que no será fácil. En estos momentos desearía volver a la época preescolar donde solo tenía que jugar, dormir y comer.

Sentada en mi escritorio con el libro de anatomía que me conseguí en la biblioteca y con miles de hojas de resúmenes esparcidas intentaba estudiar, el viernes el profesor de Anatomía nos dijo que estudiáramos lo que pasamos en la clase porque el lunes nos haría un control, mientras Pía estaba molesta porque tenía planes de salir con su novio este fin de semana yo estaba nerviosa porque los controles valen un 30% y eso vale más que algún examen, se supone que semanalmente nos harán controles que todos estos se juntaran y en total equivaldrá a un 60% de la nota final el otro 40% equivale a las pruebas finales del semestre. Y por más que he estado todo el fin de semana leyendo las cuatro páginas que pasamos la clase del viernes no lograba aprenderme en su totalidad la materia y considerando que mi hermana y su novio llevan toda la tarde discutiendo y tomando en cuenta la voz de mi hermana cuando se hace la víctima es más chillona de lo normal no lograba concentrarme por su culpa. Me levanté enojada y Salí de mi cuarto para ir al de mi hermana que estaba al lado del mío, abrí la puerta enojada y ambos me miraron sorprendidos.

- ¡Joder! Váyanse a un motel y arregle sus malditos problemas allá y déjenme estudiar tranquila- les grite para luego cerrar la puerta de un golpe.

Mamá quien iba saliendo de su habitación me miro con aquella mirada desaprobatoria, pero me daba igual, Victoria le da igual los estudios porque dice que será una modelo y actriz y que solo estudia para tener un cartón, al contrario mío que si quiero ser alguien en la vida y para poder serlo debo estudiar y sacar buenas calificaciones y con distracciones como estas jamás podre. Los gritos y llantos de mi hermana cesaron por fin, tome aire profundamente y me acerque hasta mi ventana para tomar un poco de aire, allí me encontré a un Louis molesto que se montaba en su moto y se marchaba a toda velocidad, ciertamente a veces me da pena ese chico, partiendo por la estupidez que cometió de no ir a la Universidad privada en Madrid porque su novia no le alcanzo el puntaje ni se graduó con honores como él para obtener becas e ir a estudiar a Madrid junto a él, por otro lado también me da pena porque desde el verano que sus peleas han ido en aumento, desde que recuerdo sus inicios de relación siempre han discutido, pero estos últimos meses las cosas han empeorado, aun no entiendo cómo es que se han aguantado cinco años y sin embargo todas todas las peleas terminan con un Louis trayendo rosas, peluches o sacándola a comprar y a comer en restaurantes finísimos en modo de disculpas, pese a que las peleas sean culpa de Vicky la gran parte del tiempo; creo que al final sería una buena actriz de todas maneras.

Suspire cansada, no podía seguir estudiando; por más que leía y leía perdía el enfoque y terminaba pensando en osos pandas y viendo videos en mi laptop sobre animales graciosos. Agarre mi celular y me anime a mandarle un mensaje a Héctor, sé que aún seguía enojado, pero no perdía nada con invitarlo a salir un rato y así vernos y hablar para solucionar las cosas.

Alena: ¿Un helado hoy?

Deje el celular a un lado y me tire a la cama mirando al techo, mi celular sonó avisándome que un mensaje me había llegado, me levante rápidamente y abrí el mensaje de mi novio con una sonrisa que poco a poco se me fue borrando

Héctor: No puedo, acaba de llegar Louis y estamos hablando.

Me mordí el labio mientras intentaba contener las lágrimas, un nuevo mensaje me llego y eso me dejo un poco más tranquila.

Héctor: ¿Mañana?, te paso a buscar a la Universidad, besos Alena.

Pese a lo cortante del mensaje me dejo más tranquila. Eran las cinco de la tarde y el sol brillaba con todo su esplendor, moría de ganas de comer un helado y no podía quedarme con las ganas y muchas ganas de estudiar ya no tenía, me puse mis zapatillas y agarre mi pequeña mochila guardando mis audífonos, billetera, celular y baje contenta a avisarle a mamá que saldría a dar una vuelta, luego de escuchar un cuídate de su parte me fui hasta el garaje y me monte en mi bicicleta para salir a recorrer las calles de Barcelona al ritmo de los grandes Jonas Brothers, me gustaba su música, aunque mis gustos musicales eran variados, escuchaba de todo un poco pero como aquellos tres hermosos chicos anunciaron su regreso y a comienzos del próximo año tocarían piso español con su gira me estaba volviendo a poner al día con todas sus canciones, porque de alguna u otra manera debía ir a ese bendito concierto y tachar eso de mi lista.

Querer sin limites (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora