Nunca he sido el centro de atención, nunca había recibido tantas miradas en vida como las que he estado recibiendo desde que baje las escaleras de mi casa, una mirada de asombro de mi madre, una mirada de felicidad de mi padre, una mirada de asombro mezclada con burla de parte de mi hermanita y una sonrisa de satisfacción de mi parte.
-Que lo pases bien cariño.
-Gracias papi- me acerco y le doy un beso en su mejilla.
Miro a las demás personas de mi pequeña familia y les sonrió para luego agarrar mi bolso, colgármelo al hombro y salir de casa finalmente. Quizás sea por mi vestimenta; un short azul con pequeños diseños de desgaste y roturas, una polera negra con letras blancas que decían "Whatever", una chaqueta de Jeans rojo con pequeñas roturas y finalizando con unos botines negros estilo militar. O quizás era porque por primera vez me arreglaba más de lo normal, aunque a la vez no tan cargado, acentuando más mis ondas naturales de mi cabello, delineando mis ojos con una fina línea negra terminada en punta, mi mascara de pestañas normal y un labial rojo haciendo acorde con la chaqueta. No solía dedicar mucho tiempo en arreglarme más de la cuenta, pero desde hoy lo hare, ¿Por qué? Porque se me daba la regalada gana, o bueno quizás si tenga mis motivos...y puede que me haya cansado de ser la Alena sosa que me decían en el instituto, la Alena sosa que Héctor me llamaba, la simple hermana de la maravillosa Victoria, estoy cansada que las palabras hacia mí siempre sean: Sosa, simple, normalita...entre otras cosas que prefiero no recordar. Por alguna vez en mi vida desearía que me vieran como algo más que eso, y decidí seguir el consejo de mi mejor amigo y comenzar a preocuparme más de mi misma y un poco de maquillaje y ropa nueva no cambiara lo que realmente soy como persona.
Un chiflido capta mi atención y levanto mi mirada topándome con mis amigos, no puedo evitar sonrojarme y sonreír levemente. Llego hasta ellos y los saludo con un beso en la mejilla a cada uno.
-Pero que belleza ven mis ojos- Pablo toma mi mano y me hace girar mientras silva.
-Ya bobo, me estoy arrepintiendo de esto.
-Eso ni de coña bebe- Dice Pía mientras engancha su brazo con el mío- no pasamos horas comprando y luego mirando videos de YouTube sobre maquillarse para nada.
-Valieron la pena, créeme Alena querida...ahora tu vida va a cambiar- suelta Pablo con dramatismo.
-Bueno...movamos las nalgas que Karen y Nat nos esperan en el Pub- informa la pelirroja.
Habían sido unas semanas de locos, entre el cambio que le pedí a mi nueva amiga donde nos fuimos de compras y como dijo ella luego viendo videos de maquillaje. Noches de estudio y tardes de juntas con el nuevo grupo de trabajos que consistía en Karen, Pía, Nat y yo, comenzábamos a tener controles cada semana acompañada con trabajos grupales y exposiciones, se notaba que ahora comenzaba de verdad la vida universitaria y me agobiaba, pero a la vez me gustaba porque estaba estudiando algo que me encantaba y acorde pasaban las clases más me gustaba mi carrera. Han sido las dos semanas más locas de mi vida y debido a tanta locura habíamos decidido salir el viernes por la noche para así despejarnos de tanto ajetreo estudiantil y al parecer un poco de música y alcohol nos ayudaría con eso.
-Hasta que llegan- exclama Karina- Nat ya estaba loco por beber.
-Deja de mentir, aquí la alcohólica eres tu- dice con burla.
-Mucha charla y nada de alcohol, ¿Dónde están los chupitos perras?- pregunta Pablo.
Sonrió al ver a mi mejor amigo hablar con tanta soltura, siempre he admirado a Pablo por su facilidad de sociabilizar. Terminamos sentados en una mesa circular con varios vasos de chupitos frente a nosotros y a medida que conversábamos nos íbamos bebiendo uno, y luego del tercero nos fuimos al centro de la pista a bailar. No era una experta bailarina, pero algo me defendía y con algo de alcohol recorriendo mi cuerpo me daba la confianza suficiente para soltarme aún más. Frente a mi estaba Pablo quien colocaba sus manos en mi cintura de vez en cuando para hacerme mover las caderas, mientras yo posaba mis brazos en sus hombros y nos movíamos acorde a la música, Karen y Pía llegaron con otra ronda de chupitos y sin dudarlo me lo lleve a mi boca bebiéndolo con rapidez, el sabor amargo que sentía al comienzo ya no estaba y podía jurar que ya me sabia a agua. Cierros los ojos y comienzo a disfrutar la música.
![](https://img.wattpad.com/cover/188593396-288-k752624.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Querer sin limites (Louis Tomlinson)
RomanceAlena siempre había seguido las reglas, sabia cual era su lugar fuera donde fuera. Y en su primer año de Universidad sabia muy bien que las cosas seguirían igual. ¿Pero que sucede cuando comienza a gustarle los métodos únicos de estudios que su cuñ...