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Me encuentro de brazos cruzados en el asiento del copiloto del auto de mi mejor amigo, noto en su expresión que está molesto, sin embargo sé que va mordiéndose la lengua para no decir lo que piensa en estos momentos, me deja en mi casa y nos despedimos dándonos un fuerte abrazo, me bajo y camino hasta la puerta de mi casa mientras busco en mi mochila el manojo de llaves, antes de encontrarlas la puerta se abre y está mi mamá con su ceño fruncido y con tan solo mirarla levemente me doy cuenta que estoy en problemas, le dedico una leve sonrisa en modo de disculpas mientras ella me dice que luego hablaremos, son las siete de la tarde, se supone que debí haber llegado hace un poco más de dos horas y como no le avise entiendo su molestia. Dejé mi mochila en el sofá y corrí a lavarme las manos para cenar, estaban todos sentados en la mesa y por todos digo: mis padres, mi hermana y mi novio.

-Cariño al fin llegas, llevo esperándote aquí un buen rato.

Este último se pone de pie y besa mi mejilla levemente mientras yo me muerdo la lengua para no gritar todo lo que llevo guardado, termino sonriéndole levemente y me senté en mi lugar a comer con rabia el trozo de carne que mi madre había hecho, lo sé la carne no tiene la culpa, pero tengo una rabia contenida que estaba luchando por salir y si no como y sacio mi hambre el monstruo saldrá en plena cena con todos aquí presentes.

Héctor comienza a hablar sobre sus vacaciones familiares mientras mi madre está encantada de todos los lugares que visito mientras yo mordía con rabia mi comida, terminando mi plato me disculpe y me pare para ir a dejar el plato a la cocina y luego irme a mi habitación, de arriba se podía oír las carcajadas de todos mientras yo estaba tirada en mi cama mordiéndome el labio para no largarme a llorar, mi celular suena avisándome que me llego un mensaje y por el tono especial que le había puesto sabía que era Pablo, sin ánimos saco el celular de mi bolsillo y lo desbloqueo para luego abrir el chat de mi amigo, leo su mensaje y termina causándome risa en vez de molestia.

Pablito: Es un puto capullo y un cabron de primera, lo siento cariño tenía que decirlo no podía seguir estudiando sin sacarme esto de encima

Alena: Lose

Pablito: sé que te molesta que me meta en tu relación, pero no soporto que te vean la cara de idiota y menos ese idiota

Alena: ¿Gracias? Jajaja

Alena: tranquilo pablushi en estos momentos ya me da igual si lo insultas o le vas a tirar huevos a su casa

Pablito: ¿Puedo hacer eso?

Alena: No

Pablito: así que chiste, no puedes darme ideas y luego negármelas, pero pasando a un tema serio amiga

Me morí el labio y cerré mis ojos levemente, sabía lo que iba a decirme, porque en otras ocasiones me lo había dicho, no era la primera vez que me dejaba esperando como tonta, aunque las otras veces había tenido la decencia de responderme los mensajes y decirme que no podía venir, ahora fue distinto, por más mensajes que le mandaba y llamadas que le hacía no me cogía el teléfono y no respondía los mensajes, y ahí estuve un poco más de dos horas esperando sentada en el césped de la entrada de la facultad a que él pasara a buscarme, donde Pablo me vio después de salir de sus clases y me obligo a subirme a su auto donde me llevo a casa.

Pablito: es un capullo y no merece ninguna lagrima tuya Alena, ni siquiera te merece, fueron dos horas ¡Dos horas Alena! si no te hubiera visto todavía estarías esperando a que el principito apareciera en su caballo blanco

Me reí ante las últimas palabras, pero a la vez me daba pena porque sabía que era cierto, de no ser por él aun estaría como estúpida esperando a que pasara a buscarme, sí, soy muy estúpida más de lo que la gente cree. Seguimos conversando un poco más, omití la parte en que él estaba en casa cuando llegue porque sabía que eso empeoraría las cosas. Dos golpes interrumpieron mi conversación y la puerta se abrió dejando ver una cabellera negra azabache y unos ojos color avellana, me senté a lo indio en mi cama y mi cara borro todo rastro de felicidad que mi amigo me había transmitido por chat, Héctor me sonrió como siempre y se sentó a mi lado tomándome de la mano, por auto reflejo la quite rápidamente llevándome una mirada de sorpresa por su parte.

Querer sin limites (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora