- ¿Cómo crees que te fue en el examen? - pregunto la pelirroja a mi lado.
¿Cómo me fue?, una pregunta un tanto difícil de responder puesto que por mi mente solo rondaban los besos de ayer con mi cuñado y pese a que complete las treinta y cinco casillas faltantes de la tabla periódica, no estaba muy segura de haberlo hecho bien, porque cada casilla que veía se me venía a la mente los labios de Louis...Entonces ¿Cómo me había ido?
-Fatal- dije para luego soltar un largo suspiro.
Ambas un poco cabizbajas caminamos hasta la cafetería para comer algo lleno de calorías y así poder pasar nuestras penas. Pía pidió una pizza con un batido de fresa, la mire un tanto curiosa y algo asqueada por la mezcla que había hecho, ella simplemente me sonrió mostrándome su perfecta dentadura y se fue a buscar alguna mesa libre. Por mi parte pedí una hamburguesa con papas fritas y un jugo de piña, la señora tras el mostrador me entrego mi pedido con una sonrisa cansada y tras darle las gracias gire buscando a mi amiga, a lo lejos distinguí su llamativo cabello que se movía acorde a sus manos enérgicamente indicándome donde estaba, reí más para mí misma y camine con mi bandeja hasta su lado, unas voces un tanto altas hicieron que mirara a mi izquierda y tres mesas más allá que la mía estaba mi hermana junto a su novio y por como mi hermana movía sus manos podía asegurar de que estaban discutiendo otra vez, Louis por su parte la miraba con el ceño fruncido mientras estaba recargado en el respaldo de la silla con sus brazos cruzados, de repente nuestros ojos hicieron contacto mientras él seguía en la misma posición y con su ceño aun fruncido, sonreí sin separar mis labios, un sonrisa más de incomodidad, simplemente por cortesía y corte aquel contacto para sentarme en mi lugar, mi amiga estaba lo suficientemente concentrada en su raro almuerzo que ni cuenta se dio que estuve de pie más de lo que debería.
-Te iras por el baño con eso- le comenté.
-Pues me vendría bien, llevo un par de días estancada.
-Qué asco...-reí mientras ella sonreía- estas últimas semanas me he preguntado algo... ¿Tienes más amigas?
Pía frunció su ceño y dejo su batido en la mesa nuevamente.
-Que sutil manera de decir que te molesto- noté un poco de tristeza en sus palabras y yo me sentí estúpida, no era esa mi intención y debía aclararlo.
-No...yo...lo preguntaba porque quizás había alguna amiga del instituto.
-Oh...-miro el trozo de pizza que aún le quedaba e hizo una mueca- si hay algunos de mis compañeros de instituto por distintas facultades, pero solo eso, compañeros. Tenía a mi mejor amiga de toda la vida...pero perdí todo contacto con ella en el verano.
-Oh, lo siento- susurre sin más saber que más decir.
-Que va, por algo suceden las cosas. Puede ser que yo igual me alejé cuando comencé a salir con Javi y que no pasábamos tanto tiempo juntas, pero igual intentaba dividir mis tiempos, ella simplemente decidió cambiar los planes que teníamos de estudiar en la misma universidad y se marchó a Londres a estudiar.
-Bueno, como bien tu dijiste por algo suceden las cosas y de no ser por todo lo sucedido no hubieras conocido a esta loca y su secuas afeminado- bromee provocando que ella riera.
Continuamos conversando de nuestra época de escolares, es como si hubiera sucedido hace muchos años y tan solo habían pasado unos meses, nos dimos cuenta que nuestros institutos estaban cerca y que en más de una ocasión debimos habernos topado debido a las actividades que se realizaban, le conté como conocí a Pablo y de mi escaso círculo social, se emocionó al saber que era la primera amiga que tenía, bueno está bien pablo era una chica más, pero no era lo mismo en su totalidad. Su celular comenzó a sonar y con una sonrisa se disculpó y contesto rápidamente, aproveche el momento de mirar el mío y recién note que la luz purpura parpadeaba indicando que tenía un mensaje, desbloquee el celular con mi huella y revise las notificaciones que tenía, aunque una me intereso más que las otras, un mensaje que había sido enviado hace diez minutos.
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Querer sin limites (Louis Tomlinson)
RomanceAlena siempre había seguido las reglas, sabia cual era su lugar fuera donde fuera. Y en su primer año de Universidad sabia muy bien que las cosas seguirían igual. ¿Pero que sucede cuando comienza a gustarle los métodos únicos de estudios que su cuñ...