Sólo ámame. (2 Temporada #ASM)

25

25. Hundida en su pasado.

Su pasado la hacía revivir tantas cosas como si fuera su presente. No tenía ya la noción en qué tiempo estaba viviendo porque se sentía en el pasado, estaba atascada en el ayer y se olvido de su presente.

Levanta su rostro y ahí lo ve a Matt mirándola como queriendo saber que ocurrió por su cabeza. Lo tenía frente a sus ojos y no sabía que había pasado entre ellos.

—Hace media hora que llevas callada pensando y no me dices nada, Sam. Te extraño, siento que te estoy perdiendo y no me das la chance de sacarte de ese infierno — le dice estirando su mano por la mesa hasta llega a su mano.

Observa su acción y se asusta de sentirlo cerca de nuevo como hacía meses no lo tenía — No es tan fácil, mi historia es un desastre desde el principio — le confiesa.

Desde que se había ido dejándolo sin ninguna explicación, Sam no sabía cómo remontar en su vida con Matt y no quería arrastrarlo a su depresión. Lleva su mirada al cuaderno que llevaba meses leyendo como una biblia, y él no se quedó atrás hizo lo mismo.

Se levanta hasta estar parado a su lado, le tocó el hombro —Debes quemar el pasado y ser feliz. Yo estaré acá a tu lado esperándote — le dice después le da un beso en su cabeza.

Cierra sus ojos y sus lágrimas recorren sus mejillas, respira hondo y agarra con todo ese cuaderno. Estaba olvidando todo su presente y quedándose en el pasado.

Escucha los pasos de Matt alejándose de su lado. Estaba siendo un año complicado, no podía disfrutar del amor porque necesitaba cerrar su pasado y poder empezar de cero.

Se voltea rápidamente —No te alejes — le pidió.

Volvió a ella y sonrió —Voy a buscar mi ropa porque no pienso dejar que te vuelvas a escapar de mi — le dice acariciando su pelo.

Intenta sonreír y se acomoda en su silla de nuevo. Se quedó mirando su cuaderno, reabrió la página donde había quedado antes: la separación con Sebastián.

Matt espía un poco y no soporta controlar sus celos —Recuerdo ese momento, esos tiempos, años donde él casi arruino todo — señaló el nombre.

Acaricia la hoja —Ese fue mi primer paso a la libertad. Sebastián me soltó y dejó que vuele —le recordó.

—¿Qué te atormenta ahora? — le pregunta queriendo saber todo o quizás, lo que ella pueda decirle.

—El miedo al sufrimiento, Matt —le confiesa.

Se queda callado sin saber cómo responder a eso pero no supo resistirse —A pesar de todo estoy acá, esperándote, Sam. No dejas que te haga feliz, no quieres nada conmigo y aún así estoy acá hace años que espero por ti y no creo que pueda seguir estando a tu lado porque sin darte cuenta los que estamos a tu alrededor sufrimos hace años — le dice en un tono medio molesto.

Deja el cuaderno abierto y lo queda mirando —Nunca quise que te sintiera así por eso me aleje. Por eso después de casarnos quise liberarte de mí y que no vivas lo que me estaba pasando, no estoy bien y nunca lo estuve, Matt — le dice tocándose el pecho.

La ayuda a levantarse de su silla, cuando la tiene cerca suyo toca su rostro —Me volví loco cuando te fuiste sin decirme nada y ahora que te tengo de nuevo no pienso equivocarme en nada contigo, quiero mucho ese futuro juntos, Sam — le susurra mirándola a los ojos y le regala una sonrisa.

No quiera llorar de nuevo y sólo le devolvió la sonrisa. Con un poco de miedo cerro sus ojos y se acercó a él, besó lentamente sus labios y pudo sentirlo como antes. No podía olvidarlo, separarse de él y menos rehacer su vida sin él.

—Te amo — le dice alejándose un poco de sus labios.

Lleva sus brazos a su cintura y la abraza, la pega a su cuerpo —Quiero ayudarte a encontrar tu paz, ese brillo en tus ojos que me hacían olvidar de todos los líos en mi trabajo. Necesito a esa mujer del disfraz que me ponía demasiado loco — le susurró al oído.

Se quedaron abrazados en silencio, la puede sentir a ella respirando hondo como queriendo encontrar su tranquilidad y confianza. Llevaba mucho tiempo que no sentía ese calor de ella como antes.
Ahora pudo ver cómo la estaba perdiendo para siempre. Ya no era la misma Sam con la que se había casado, ya no era esa mujer que supo dejar ese bar nocturno  donde solía bailar para hombres desconocidos, ya no estaba la secretaria cabeza dura que podía enojarlo con una frase. Habían cambiado, en su presente, estaba encerrada en su depresión y él estaba intentando ser su apoyo, ocupándose como siempre de su empresa y ahora de sacar a su mujer de la depresión profunda que la estaba consumiendo.

Recordó a Sebastián cuando hablaron después de que ella pudiera salir de ese bar nocturno.

—Cuidala que no están fuerte como parece y puede caerse rápido — le había dicho.

Ese día lo recuerda bien. Ya hacía años que veía más a Sebastián. Después de sacarla de ese mundo creyó que todo se había acabado hasta que descubrió que no era así, se había casado con Sam y después se fugó sin darle explicaciones. Ahora la encontró peor que antes y toda desprolija, cosa que no era ella misma.

La suelta — ¿Quieres volver a casa?, ahí podemos estar más cómodos como antes — le dice sonriéndole.

Temerosa por no querer repetir lo mismo se quedó en silencio observándolo —Está bien — le responde.

Lo soltó, giro y cerró su cuaderno donde hacía meses leía todo su pasado para recordarlo como si fuese su presente olvidándose de vivir de nuevo. Tomó su cuaderno y lo miró —Voy por mi ropa — le dice yéndose.

Matt sonríe pero se queda pensando en ese cuaderno y no sabía que hacer. Escribe un mensaje con su celular y la espera para volver juntos a su propia casa.

Aparece con dos valijas —Ya está pero no me pidas que dejes de venir a este lugar, no puedo hacerlo — le dice.

—¿Qué tiene este lugar ?— le pregunta abriendo la puerta de salida.

Tenía tantos secretos que por un lado Matt no sabía cómo manejarse con ella y tampoco podía hacer algo para alejarla de todo su pasado, necesitaba descubrir y responderse preguntas para sacarla de todo. Necesitaba levantarla y vivir aquel futuro que tanto desearon.

Camina con sus valijas —Es dónde viví un tiempo gracias a Sebastián — le responde.

Otra vez Sebastián aparecía en su vida, y Matt no se sentía para nada feliz. Algo ocultaba de lo que había vivido con Sebastián después del divorcio que nunca le confesó a nadie.