Sólo ámame. (2 Temporada #ASM)

14.

14. Amor mío.

Todo estaba volviéndose a complicar en su vida. Quizás Matt estaba involucrándose demasiado en su pasado y ella no estaba feliz con esa situación.

Camina lentamente en aquellas calles que solía transitar, observa aquel parque que tantas tristezas se llevó con el correr de los años. Pone sus manos en sus bolsillos y se detiene a mirar a las personas que pasaban por al lado riéndose, contándose cosas de la vida diaria y así se quedo parada mirando todo a su alrededor.

—Yo también sabía detenerme a mirar la vida de los demás, se ven tan felices. ¿No es así? — le pregunta poniéndose a su lado.

Mira a su lado para verlo —No lo sé, Matt — le responde cortante.

La empuja suave para que se divierta un poco —Vayamos a desayunar — le pide.

Deja la mirada hacia adelante para pararse frente a él —Necesito estar sola — le dice intentando salir de su lado.

La toma por los hombros — Y yo no quiero dejarte sola, vamos — le exige.

Matt se queda mirándola, no sabía cómo hacer para sostener toda la pasión en la pareja y cada vez le costaba más entenderla. Esa mañana ella pudo por primera vez olvidarse de su pasado y vivir el presente con ese hombre.

Terminando el café — ¿Me contarás sobre tu madre? —le pregunta.

Ella dejá a un lado la taza — Mi madre nunca soporto mi vida, no acepto a la vieja Sam y ya no puedo hacer nada — le dice levantando los hombros.

Extiende su mano y toca la suya — Deberías empezar de cero, Sam — la aconseja.

Baja su mirada — Eso intento — le asegura.

Después del desayuno caminaron de regreso al departamento. No tocaron el pasado por ese día, Matt había pedido el día libre para estar con ella y poder empezar a disfrutar la vida juntos.

La abraza riéndose — Te deseo — le susurra.

Ella se acerca a su oído — Soy toda tuya— le guiña el ojo.

La besa lentamente, baja sus manos hasta su trasero y la presiona hacia él — Te necesito, amor — le dice sobre sus labios.

Ella sube sus manos hacia la nuca y profundiza el beso entre ellos, siente las manos de él recorriendo su cintura por adentro de su ropa y corta el beso para quitarse la blusa que llevaba encima.
Recorren todo el pasillo hasta llegar a la habitación. Completamente exitados, ella decide tomar el control por primera vez entre los dos, lo empuja para hacerlo caer sobre la cama y ella se sube encima de él. Se queda mirándolo sonriendo, y desorientado por completo por la mujer que estaba encima suyo.

Ella levanta su remera por completo, él la ayuda —¿De dónde saliste? — le pregunta riéndose mientras lleva sus manos a su cadera.

Ella hace su pantalón hacía un lado y sonríe. Se agacha bien para besarlo, y él la abraza para poder voltearse pero ella lo detiene — No, no —le dice dejándole varios besos cortos sobre sus labios.

Estaban disfrutando de cada caricia que se daban, Matt hacía tiempo que no sentía el placer de una mujer así. Llegó el momento donde sintió que el pantalón era lo más que estorbaba, lentamente bajo sus manos hasta el cierre para bajarlo completamente.

—Estás jugando con fuego, amor mío — le alcanza a decir gemiendo por las caricias de ella.

Besa sus labios haciendo que se perdiera en el placer nuevamente, y lentamente recorre su cuerpo con sus manos hasta llegar al borde de su boxer. Se detiene un momento, él se sobresalta ante el contacto de ella y sonríe negando con la cabeza. Las manos siguen su camino, las coloca por encima de la tela del bóxer haciendo que él largue un gemido sobre sus labios y comienza a mover los dedos suavemente sobre la tela haciendo que él abra más su boca.

— Te necesito — le dice él sacando sus manos de su ropa interior.

No deja que siga ella teniendo el control, se gira quedando él encima de su cuerpo y le acaricia todo su rostro — Te amo tanto — le dice acercándose a sus labios.

Sam sonríe al escucharlo decir todo eso —Yo también, Matt —le susurra antes de darle un beso y olvidarse por completo de todo.

Él comienza a besarla completamente, hace un camino hasta su cuello. Ella disfruta de esas sensaciones que le provocaba una caricia de él, se saca toda la ropa tan rápido que no se dió cuenta como había pasado. Y lo abraza a su cuerpo — Matt — le dice gemiendo.

Estaban tan deseosos ambos que no podían controlar sus manos, todo terminaba siendo un poco brusco y a la vez maravilloso. Él termina sacándose el bóxer, y sus manos llegan a la cintura de ella para sacar a un lado su ropa interior. Los dos completamente entregados a la pasión.
Matt levanta su mirada para verla a los ojos, podía verla tan perdida en el placer que muerde su labio inferior y de sorpresa la embiste con fuerza. Su mirada sigue pegada a ella que en ese movimiento, abre la boca largando un gemido de placer y se desespera abrazándolo por la espalda. Nuevamente repite la acción y ella sigue gozando —Amor mío — alcanza a decir gemiendo.

No para con las embestidas, ella sigue gemiendo disfrutando de hacer el amor y los dos llegan al clímax. La besa suavemente en los labios y la abraza —Te amo — le repite mirándola.

— Yo también — le dice descansando su cabeza en el pecho.

Se queda abrazados en la misma cama, escuchando el sonido de sus respiraciones calmandose y ella levanta su cabeza mirándolo fijamente. Se aparta, mira por adentro de las sábanas y vuelve a mirarlo — ¿Qué ocurre? — le pregunta.

Se toma la cabeza cubriéndose con las sábanas — Dime que no pasó — repite varias veces.

Se sienta en la cama buscándole explicación a lo que quería decirle — No entiendo — le dice.

Le da la espalda poniéndose algo de ropa para volver a mirarlo — Matt, dime qué te cuidaste — le ruega en aquellas palabras.

Se queda quieto sin saber cómo reaccionar y se golpea solo la frente — Creí que tú lo ...— ella lo interrumpe.

—No, no — repite levantándose de la cama.

Matt se coloca el bóxer rápidamente y se levanta de la cama para frenarla  — ¡Detente! — le grita.

Se tapa el rostro — Maldición —dice furiosa.

Le destapa el rostro y deja un beso en sus labios rápido — ¿Te asusta tener un hijo mío? — le pregunta sin más rodeos.

Se aleja de él — ¿A ti no? —le responde con otra pregunta.

— Tengo edad para formar una familia y no me preocupa si la mujer que amo lleva un hijo mío, vuelve a la cama Sam — le responde seriamente.