CAP 2 DE VUELTA

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SE LES VA PARTIR EL CORAZÓN 💔
NO APTO PARA SENSIBLES

-¿Estás seguro Capi?

-Si... aprovecharé para hacerle una pequeña visita a una vieja amiga. -Dijo con una sonrisa amarga, Tony simplemente palmeó su hombro en son de apoyo.

-Gracias Tony... no sé cómo te lo agradeceré... -Soltó el blondo con melancolía.

-Bueno, ya se nos ocurrirá algo. -Dijo divertido.

El capitán tomó su cuaderno de dibujo y le entregó su celular y escudo al pelinegro, quien los recibió con preocupación.

-¿Piensas regresar, No es a así? -Soltó angustiado.

-Regresaré por eso. -Dijo intentando sonreír y apuntando a su escudo. -No pienso ser más que aquel torpe chico de Brooklyn que solía ser antes sólo por un tiempo.

-¿Cómo crees que lo tome el equipo? En especial la arañita. -Susurró esto último.

-No lo sé y honestamente no me interesa. -Mintió el blondo.

-Bueno, si se ponen feas las cosas te lo haré saber, Cap, te mantendré al tanto. -Dijo Stark encogiéndose de hombros.

-Yo preferiría no saber nada, me pondré en contacto muy pronto. -Finalizó para abordar el jet y abandonar el lugar.

Tony simplemente se quedó mirando como el líder de su equipo partía sin esperanzas, pero estaba dispuesto averiguar qué rayos había pasado, conocía tan bien a su pequeña gemela malvada que le parecía increíble creer que se hubiese enredado con aquel hombre, ese tal Sebastián.

Steve podía ser torpe, inocente, un completo idiota, pero ¿mejor prospecto que él? imposible. Estaba hablando del perfecto trasero de américa. Tony usaría la situación a su favor para molestar a Natasha e igual y aquello le serviría para reconocer sus verdaderos sentimientos por el Capipaleta.

Aquella noche Natasha simplemente no pudo conciliar el sueño, le había llegado la madrugada y no dejaba de pensar en la nota que le había dado Steve. Se odió internamente por no correr tras él para aclarar el mal entendido que gracias a Sebastián se había creado entre ellos.

-Maldita sea. -Susurró la rusa para pararse de la cama con molestia y vestirse.

Nat no aguantaba más por lo que decidió dirigirse a la base de los vengadores. No podía esperar otro minuto, necesitaba ver a Rogers.

Eran apenas las 6 de la mañana y Natasha se dispuso hacer calentamiento, para luego disponerse a golpear el saco de box y sacar toda la frustración que venía cargando encima. La rusa se concentró tanto en su actividad que por un momento se olvidó del tiempo y del lugar en dónde se encontraba, iniciando una disputa consigo misma.

-Solo debo aclarar todo. -Dijo jadeante mientras golpeaba nuevamente el saco.

-No, no, no... Demonios. -Susurró deteniéndose abruptamente y limpiar las gotas de sudor que comenzaban a recorrer su piel sobre su frente y cuello.

-Ni siquiera se porque me importa después de todo solo somos compañeros de trabajo.

-¿Qué estoy diciendo? maldición a quien quiero engañar. -Susurraba mientras tenía una pelea interna con ella misma.

-¿Hablando sola arañita? -Soltó Tony parándose en el umbral de la sala de entrenamiento, apoyándose sobre el marco de la puerta con una pose engreída.

-No molestes Tony. -Le dijo con una mirada desafiante. -¿Qué te trae por aquí tan temprano? -Soltó la rusa.

-¿Qué? Pero si son las 9:55. Llegué justo a tiempo para el desayuno ¿Por qué supongo que desayunan verdad?

ROGERS' LIST Vol 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora