-Demonios ¿Por qué tengo que tener las piernas tan cortas?
-Argh... Malditos árboles. -Soltó Nat al haberse enredado entre varios arbustos que impedían que avanzará más rápido.
Natasha trató de ignorar toda la maleza a su paso, ni siquiera notó en que momento había soltado los zapatos de su agarre, los había dejado en alguna parte de todo el camino. El tiempo le parecía eterno y no había forma que llegara a su destino, comenzaba a desesperarse.
-Si se marcha... No podré verlo hasta dentro de tres días, lo trate tan mal, soy una estúpida. -Se iba reprochando y maldiciendo por todo el camino.
Hasta que finalmente llegó a la parte del bosque en la que habían aterrizado el Jet.
-Steve... -Murmuró
Natasha apresuró su paso, sentía que su corazón se le saldría del pecho. Éste chocaba estruendoso bajo su piel, latiendo tan fuerte que podía escuchar como un zumbido muy agudo invadía su cuerpo. De repente comenzó a sentir como su piel comenzaba a enfriarse, esa desesperación en su pecho comenzó ahogarla, de repente el aire comenzó a faltarle, pero debía llegar hasta él.
Ahí estaba...
Natasha abordó el Jet y ahí de pie frente a los controles de mando estaba su tonto americano. Estaba tan perdido en sus pensamiento que ni siquiera notó su presencia tras él. La rusa caminó hasta su lugar tratando de regular su respiración sin éxito.
Sin pensarlo tanto estiró sus brazos hasta su cuerpo y lo abrazó por la espalda, enrollando sus brazos delgados al rededor de su estómago, apoyando sus mejillas en su espalda ancha. Rogers dio un pequeño brinquito al sentir un pequeño cuerpo rodearlo. Pero aunque no podía ver de quien se trataba, conocía esas manos pequeñas y conocía ese aroma tan dulce.
Era Natasha...
-Nat... -Susurró, llevando sus manos hasta las de ella que se aferraban a su cuerpo. Su piel pálida estaba tan fría que preocupó al rubio.
Rogers tomó sus manos y se giró para encararla y ahí estaba justo frente a él, con su precioso vestido azul cielo, le había quedado justo a la medida. Se veía tremendamente hermosa y sexy.
Natasha lo miró con aquellos brillosos ojos esmeralda, sintiendo los pulgares de Steve hacer pequeños remolinos sobre sus manos. No dijo absolutamente nada... Simplemente se tiró a sus brazos para aferrarse a su cintura, hundiendo su cabeza en su cuello masculino. Rogers respondió gustoso a su repentino abrazo, sintiendo esta vez como su cuerpo menudo temblaba entre cortadamente entre sus brazos, su pecho subía y bajaba agitado. El Cap la estrechó con más fuerza y comenzó a tallar su brazos y espalda con ternura para proporcionarle calor, esperando que eso pudiera tranquilizarla.
-¿Nat qué pasa?
La rusa solo negó con la cabeza, abriendo sus labios para llevar más aire a sus pulmones, cerró sus ojos con fuerza maldiciéndose por no poder controlarse. Aunque las caricias del rubio sobre su espalda estaban funcionando.
ESTÁS LEYENDO
ROGERS' LIST Vol 2
FanfictionPercatándose que ella siempre había estado ahí, presente en cada uno de sus dibujos. Steve deslizó sus dedos sobre el contorno de su dibujo, estudiando cada detalle cuando una idea no tan estúpida pasó por su mente como una revelación. Debía ingenia...