Park Jimin vive enojado. Tiene un carácter duro, frío, rebelde y no hay mucho que le importe realmente en la vida o lo motive. Actúa como un idiota la mayor parte del tiempo y odia a todo el mundo pero en especial odia con todo su ser a Jeon Jungkoo...
Cuando Jungkook entró al vestuario para cambiarse e ir a entrenar, todo parecía normal. Sus compañeros lo saludaron y hablaban como siempre. Nada parecía diferente. ¿Podría ser que Yoongi no comentó nada sobre su secreto?
Se acercó a su amigo y le preguntó en voz en baja.
- ¿No les contaste?
- ¿Crees que es algo que me muero por divulgar? - respondió el otro mientras terminaba de atar sus botines.
- ¿Te doy vergüenza porque soy...?
- Dios, no. - lo cortó el otro. - Solo estoy malditamente molesto contigo, Jungkook. ¿Qué haces aquí de todas formas? Creí que ibas a dejar el equipo.
- Tengo que jugar el partido del viernes. Es una condición que tengo que cumplir.
- Aún no puedo creer que vas a abandonarnos. - comentó Yoongi mirando hacia todos lados, prestando atención a que nadie escuchara su conversación.
- ¿Por qué siento que eso te molesta más que el hecho de que sea gay?
- Porque somos amigos! Se supone que estábamos en esto juntos!
- Solo porque me quiera dedicar a otra cosa no quiere decir que tengamos que dejar de ser amigos, Yoongi. Por favor, no estoy feliz aquí.
- Pues lamento oír eso después de que me hiciste creer todo este tiempo que sí lo eras. ¿Cómo crees que me siento, eh?
Jungkook suspiró. No podía discutirle eso. Tuvo tantas, tantas oportunidades para decir la verdad, pero había sido demasiado cobarde.
- Aún sigo creyendo que ese chico te metió cosas en la cabeza. - añadió Yoongi. - No sé de qué mierda te ha convencido, pero si lo prefieres a él, mejor no me hables.
- Por favor, sabes que no se trata de preferencias. - Yoongi lo ignoró e intentó alejarse pero Jungkook lo detuvo. - No les digas nada a los chicos. Ya lo haré yo después del partido, por favor.
- No lo haré. Eso es cosa tuya. - respondió y luego se fue.
Eso alivió un poco al menor pero aún se seguía sintiendo terrible. Quizás era demasiado pronto, quizás su amigo necesitaba tiempo para asimilarlo, para darse cuenta de que él no estaba prefiriendo a Jimin por sobre ningún otra cosa, se trataba simplemente de cómo prefería vivir su vida. Esperaba que algún día el otro lo entendiera. O al menos que lo respetara.
Terminó de vestirse y salió a entrenar a la cancha como cualquier otra vez. Un día más fingiendo algo que no quería. Pero faltaba poco. Y luego sería libre finalmente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jimin estaba en crisis. Encerrado en un baño no dejaba de mirar su celular. Estaba buscando información en internet, sobre el accidente, sobre el caso de su padre de hace tantos años atrás. Sabía que la historia de Beom-gyu también era la suya pero necesitaba corroborar.