Park Jimin vive enojado. Tiene un carácter duro, frío, rebelde y no hay mucho que le importe realmente en la vida o lo motive. Actúa como un idiota la mayor parte del tiempo y odia a todo el mundo pero en especial odia con todo su ser a Jeon Jungkoo...
Jimin abrió los ojos y se descubrió a si mísmo colgando y meciéndose en el aire, sus pies apuntaban hacia el vacio. Ni siquiera podía ver el piso de abajo de lo oscuro que estaba. No entendía cómo estaba vivo. Hacía tan solo dos segundos creyó que iba a perder la vida. Dos segundos que le bastaron para entender que no quería. No quería morir. Planear morir y verle la cara a la muerte en vivo y en directo eran dos cosas muy distintas...e increíblemente aterrador.
Levantó la vista y vio a Jungkook haciendo una fuerza increíble sosteniéndolo de la mano. El castaño le había salvado.
- Jungkook! No me sueltes! - gritó asustado y sin parar de llorar - Por favor, no me sueltes! No quiero morir! No quiero!
- No lo haré, solo intenta trepar, Jimin! Vamos tú puedes! - lo animó. El pelinegro estaba muy desesperado y Jungkook no estaba seguro de cuánto más podría soportar el cuerpo contrario. Pero no iba a soltarlo por nada del mundo. Antes se desgarraría cada tendón y ligamento de su mano. Pero jamás soltaría a Jimin.
- Súbeme! Súbeme! - el mayor no paraba de gritar.
- Jimin, mírame. Tranquilízate y mírame. - le pidió y entonces el otro sujetó el brazo que lo sostenía con su otra mano, y luego buscó sus ojos. - Jamás te soltaré, mi amor. Ahora trepa!
Como si hubiese recibido una inyección de adrenalina, Jimin juntó fuerza y se impulsó hacia arriba hasta poder alcanzar la barra de hierro más cercana a su mano. Una vez que pudo conseguir eso, la fuerza de Jungkook fue suficiente para poder subirlo otro poco, hasta que Jimin pudo apoyar los pies en la misma barra. El resto fue más fácil.
Cuando por fin el pelinegro estuvo a salvo del otro lado de la baranda, Jungkook lo abrazó y cayeron los dos por el impulso al suelo de la terraza.
- Lo siento, lo siento! - exclamaba Jimin mientras seguía llorando. Hundió su rostro en el cuello de Jungkook y tenía miedo de soltarlo. Se sentía seguro y protegido entre sus brazos.
- Tranquilo, mi vida, estás a salvo ahora. Todo estará bien. - Jungkook lo consoló. Su alma había vuelto a su cuerpo al tener al chico que amaba sano y salvo frente a él.
Y cómo dijo, jamás lo soltaría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Caos. Esa fue la palabra para describir las minutos siguientes en la vida de los chicos. Jungkook llamó a Hoseok y Taehyung y les contó que ya había encontrado a Jimin. Se reencontraron todos abajo, junto con una ambulancia que Hoseok había llamado por precaución.
Y la ambulancia significaba sirenas, y las sirenas, chismosos que salieran a ver qué ocurría. La policía también estaba presente en el lugar, llamando todavía más la atención. Todo ese espectáculo era mas interesante incluso que el mismo partido que se estaba llevando a cabo en ese momento. Muchos espectadores estaban esperando para ver al chico que supuestamente se quiso suicidar la noche del juego.
